La naturaleza de un Blackwood siempre sería tomar las cosas con la más ansiada calma, no solo por ser parte de uno de sus preciados atributos, sino por hacer posible que estos fuesen mucho mas productivos. La casa que el capitán Ford visualizó desde la distancia eta su objetivo, no planeando mucho, pero sí con el interés intacto de obtener mayor credibilidad para Brandon. La media noche había llegado y él no desaprovecharía la oportunidad para lograr hacer de esas horas una gran hazaña. Kiara se acostó a un lado de su hija, mientras ella dormía plácidamente luego de la oración en la cual pidió ver a su padre pronto. Preguntando a cada hora por él, aclamando su llegada y amando la idea de volver a verlo. Guardó la esperanza de que dicha cosa sucediera. Nessi confiaba en que su padre volvería por ella como se lo prometió, él jamas mentía. Su madre también lo pensaba, pero de cierta forma el miedo instalado en su pecho no la dejo estar tan tranquila como su hija. Ella también pensó e
__ ¿Porqué no conecta la llamada? - cuestionó Brandon, notando que este parecía estar en un sitio con demasiada interferencia. - Ford, dame informes. __ No nos escucha, señor. Hay algo que bloquea la señal. - dijo el técnico. - Veré si logro hacer que vuelva a funcionar, así no sea en su totalidad. __ Como sea, necesito saber si dieron con Kiara. - demandó. No podía volverse a escapar de él. Había perdido todo. No le quedaba nada y si él le ponía las manos encima, la haría ver que era él el único a quien aún le importaba. La pantalla no mostró nada de lo que comenzaba a suceder en la propiedad que invadieron, creyéndose listos al lograrlo tan fácil, sin saber que solo estaban siguiendo planificaciones que se hicieron desde mucho antes que supieran de la existencia de ese sitio. La segunda ronda de hombres fue avanzando por lo bajo, caminando entre los pastizales, sin escuchar nada en su auricular. Se suponía que la orden ya debería haberse dado, pero no hubo absolutamente nada. Ni
El aire caliente golpeó la cara de Ford cuando una granada estalló a unos metros de donde estaba, obligado a correr lo mas lejos que pudiera, pues el hombre con la mirada sinietra que apuntó y derribó con balazos certeros, no tenía intención de dejarlo escapar. Sus hombres lo cubrieron, pero en cuanto asomaron la cabeza, les fue atravesada por la trayectoria de las balas que no tuvo reparos en desatar el fuego contra quienes tenia de frente. Un disparo le rozó el brazo y su mirada se dirijo a ese sitio con las cejas unidas, antes de levantarlas con indignación. Su dedo recayó en el gatillo de la M16 que cargó contra su pecho, apuntando y avanzando a la vez, yendo a la oscuridad de los árboles que cubrieron a la gente de Ford, los cuales supieron que era hora de retroceder. La comunicación fallaba por lo que ninguno de ellos logró dar aviso al resto de lo que sucedía.Samara cargó al coronel cuando este tuvo que saltar, notándose más la línea de sangre que emanó de su herida. __ D
Bastian saltó de una piedra a otra, las cuáles se arrancaron con su peso, pero su habilidad para encontrar otra lo hizo seguir bajando sin caer. Fue muy feroz su entrenamiento desde sus doce años, pero eso lo volvió el cazador en el que se convirtió, soltando las riendas de su control para caminar por un terreno inestable sin temor a caer, como sucedió con Ford. Lo podía escuchar jadeando por el dolor al caer, sin embargo, eso solo alentó a continuar persiguiendo su presa, mientras Santos encontró al general, a quien reconoció sin nada de gusto por verlo al haberlo visto años antes tratando mal a Kiara. Pero tampoco lo mataría. Ella lo amaba, él lo sabía. El Don guardó su arma y se hizo del cuchillo saltando a la tierra en donde enterró la hoja bajando por el escabroso terreno, siendo el punto de apoyo para no caer del todo. __ ¡Rescate! Necesito que me saquen de aquí. - dijo Ford en el auricular. Aterrado al oír un ruido que le erizó la piel. - ¡Saquenme de aquí, maldit@ sea! L
En cuanto el helicóptero en el cielo se hizo presente, todos los mörder giraron su cuello como si la promesa de un ser capaz de arrasar con todos ellos fuese la que llegaría. Sin prever las puerta siendo abiertas por Chang, quien dejó pasar los vehículos pintados con Vantablack que se hicieron presentes justo a tiempo para custodiar el primer paso de Bastian Blackwood entrando a la fortaleza con arma en mano. Sus ojos solo estuvieron puestos en ese sitio que muchas veces fue el refugio que sintió seguro, pero que ahora no era más que una cueva en donde se cometían error tras error. Los ojos negros recayeron en Ancell plantado en la puerta con cara tensa, viendo como este se aproximó con pasos feroces, alzando el arma a sus tobillos soltando el proyectil que le rompió el hueso, sin darle el tiempo para caer cuando lo tomó de la corbata, arrastrándolo con él. __ ¿Que te dije, Cornell? - lo lanzó dentro de la sala. - ¡¿Que mierd4 te dije?!__ No sé de qué... Tu autoridad sobre el...
__ ¿Por qué me estás ayudando? - preguntó Brandon mirando con cautela a la persona que le entregó ropa seca y limpia. —Sabes que no soy tu amado Bastian, ¿o esto es una trampa para caerle en gracia?— Sé que no eres él. No soy idiota. Así que no me tomes como una. - recalcó con firmeza. - Si lo hago es porque necesito que termines tu trabajo. Matarlo. __ Creí que estabas enamorada de él. - juzgó y a la vez se burló de dicho amor. - Vaya amor el que predicas y prometes. __ Amor, amor, amor. Me cansé de ese término estúpido. —se volvió a enojar. - ¿Sabes que hizo el maldit0 el día de nuestra boda? Se casó con la put4 que ahora se cree la señora de la tríada. Se pasea por ahí y todos la ven como tal cuando ni siquiera da la talla para lo que implica.__ Eso no es lo que vi. —añadió Brandon. - La gata saca sus garras en ocasiones. Golpea fuerte. Si no, mírate, tiene la nariz rota, una cicatriz en la barbilla que… Eso sin tomar en cuenta que te dejó sin marido de nuevo, ¿no? - lo aniquiló
Bastian cayó de espaldas, el golpe en su cabeza lo dejó aturdido por un momento, mientras la tierra que siguió cayendo entorpeció su vista. Se cubrió el rostro con los brazos, dándose la vuelta para tratar de respirar. Una piedra cayó cerca de su cabeza y él se alejó cuando rodó, antes de ver el sitio en donde estaba. No podía moverse, la estructura en la cual se encontraba estaba a unos doce metros de altura y lo único que podía hacer era tratar de ir a la zona con menos riesgo. __ Samara. - le habló a su tía sin verla por ningún lado. - ¡Samara!__ Hablenme. - gritó el teniente Santillan. - Carajo, ¿alguien me escucha?__ Ve por las sogas del auto. - le habló Bastian. __ ¿Dónde está el coronel? - cuestionó tratando de que los demás lo oyeran por la radio.__ No lo sé. Ve por las cuerdas. - dispuso con dolor en sus costillas y el aire escapando de a poco de sus pulmones. - No te acerques o caerás aquí. - dijo lo último en un murmuro. Inhaló profundamente y se dió la vuelta para
__ Te dieron una paliza muy grande. - le dijo Deal cuando la vio salir del auto muy adolorida. - ¿Puedes caminar?__ Claro que puedo. - avanzó despacio. - Si sigues burlándote, te romperé los dientes. __ ¿Eso me harás en agradecimiento?__ También llamaré a Jo, seguro que a tu novia le gustará saberlo. - él se rió entrando al elevador. __ Eres imposible. - la acompañó hasta estar dentro de la caja metálica. - ¿Segura que te sientes bien? __ Sí, te agradezco por traerme. - le sonrió con tristeza. Deal vio el color rojo en sus ojos y no le gustó.La conocía desde que comenzó a trabajar con Bastian, alguna vez le gustó, pero luego ella le dijo en broma que él merecía a alguien completo, zanjó de una vez toda posibilidad y le prometió que le daría su amistad si la quería, pero nada más. Ahora veía una fase que confirmaba el porqué lo decía. No entendía el motivo, pero debía ser muy grande para que alguien con su carácter liberara lágrimas. __ Si necesitas algo, solo dilo. - le indicó