Ahora si podemos decir ¡Alerta negra! Esto se va a descontrolar.
__ Abuelo, ¿que haces aquí? - Kiara al no entender nada se alejó de Bastian para avanzar en dirección de Federico. Con pasos lentos, sin ver a nadie más que no fuera él. Tratando de saber si lo que estaba viendo era un espejismo o en verdad lo veía realmente. __ La verdadera pregunta es, ¿que haces tú aquí? - exclamó el general Moretti. __ Soy la... Estoy en la... ¿Que es esto? ¿Porqué entraste de esa manera? - habían muchas dudas que quería que alguien despejara. Quiso por lo menos una respuesta.__ Evadir mi pregunta no te va a funcionar. - le dijo el hombre a unos pasos de Marc. __ No estoy evadiendo nada, solo que... __ Ese anillo que portas ahí. - señaló su dedo. - ¿Eres la mujer de un criminal? Y no me mientas, Kiara. __ No estoy...__ Muéstrame tu mano. - no era un favor, ni un comentario, sino una orden que puso de mal humor al alemán que se removió con un solo deseo. __ Déjame hablar. Te dije lo que sucedió con Camilo hace un tiempo. - no la dejó terminar y se aproximó
Conan detalló a la chica que casi atropelló su chófer cuando salió de la nada. Tenía un rostro tan dulce que no pudo dejar de verla, una mirada tan opaca que sintió algo extraño en sus nudillos. Se veía confundida, orientándose en su entorno, perdida en lo que la rodeaba, mientras él se perdió en ella.Le dijeron bien. Le dijeron muy poco de la esposa del Don. Debió averiguar más de esa mujer antes, así no hubiese tenido esos pensamientos al conocerla. __ Kiara, ¿Te sientes bien? - le preguntó Bastian, en tanto ella negó sin poder entender que ocurría. Desde que se levantó de la cama, solo caminó sin rumbo fijo. No había un sitio al que quisiera ir. No tenía nada en la cabeza, como si hubiese una especie de bloqueo que le impidió ese derecho. __ Marc, llévala a mi alcoba. - le pidió al asesor en cuanto la vio. Kiara lo observó por un segundo, tratando de adivinar lo que sucedió, quien era ese hombre o donde se encontraba, ya que por ese preciso instante, no podía concibir ninguna
Bastian caminó hacia la salida, haciendo a un lado a todos con solo su presencia. Nadie se atrevía a verlo a los ojos ni un segundo. Bajando la mirada o apartandola de su campo de visión, pero siempre evitando que este los encontrara en su camino. Abordó la camioneta que esperaba por él, trasladándose al lugar en donde le dijeron que se encontraba su hermano esa mañana. No se le hizo extraño que estuviera en un lugar desconocido tirado en el suelo con tantas drogas como para ya causarse una sobredosis. Desde que lo vio, le dio la orden a Marc de meterlo a la ducha para quitarle la peste que cargaba con él. Era imperdonable que su apellido estuviera en esas condiciones. Vio el paquete que le encontraron y lo detalló para ver lo que su asesor le señaló. ¿Como no lo imaginó antes? Esa era una manera imperceptible de comunicarse. Leyó el código que había en el paquete de la bolsa, lo cual podría fácilmente pasar como una cosa cualquiera, pero entendió que era algo seguro para no ser
__ Si esperan una felicitación, hubiesen empezado con no hacer fiesta en donde trabajo, sin al menos preguntar. - esclarecido el tema Bastian le pidió la mano a Nessi y pasó la mano por la cintura de Kiara. Santos dispersó la seguridad y los siguió.__ ¿Y quien es ella? - preguntó Sámara, la hermana del difunto Artemio. __ Una escla...__ Soy la esposa de su sobrino, señora. - declaró Kiara cerrándole la boca a Amaranta, mientras Conan le colocó una mano en la espalda. Bastian no desmintió tal declaración dejando ver que no estaba mintiendo. - Para los que se acaban de enterar, disculpen el no invitarlos, pero fue algo muy íntimo. __ Querido, ¿Eso es...? ¿Fue por un...__ Fue porque quise verla como algo que sí le luce, mi esposa. - reiteró.__ Solo se aprovechó de...__ Sí, de seguro lo agarré vulnerable. - contestó Kiara hacia Amaranta. - Mejor calla, siéntate y celebra tu compromiso. A eso viniste. A eso atente. __ Tendrá mucho de donde elegir en cuanto el matrimonio sea disuel
Kiara aún cuando su hija dormía en el sitio que su padre le preparó, continuó trabajando. Quería llevarla a la cama, pero lo que veía no le permitió apartar los ojos del computador.Se apresuró lo más que pudo, tratando de no cometer errores para no atrasarse más hasta que al fin tuvo algo concreto para presentar al Don. El hombre cruzó la puerta con un vaso con café que puso en la mesa, masajeando su cuello al tener la molesta sen a sensación de haber cargado algo con la cabeza. Se sentó al frente, viendo que sin pedir permiso o al menos pensarlo Kiara se tomó la cafeína que habían preparado para él. Siempre le molestaba que alguien se adueñars de lo que era suyo, pero con ella era distinto. Le gustó verla sin poner las barreras habituales. Que no le molestara su odio, no quería decir que lo quería ver reflejado aún en momentos tan tranquilos como esos. __ No sé si sea lo que estás buscando, pero encontré eso. - señaló Kiara entregando una hoja impresa. - Tenías razón, hay algunas
La desaparición del Don tenía a quienes estaban al tanto de ello con los pelos de punta, moviéndose de un lado a otro, buscando en el punto en que se dejó de saber de él, pero no hubo un solo indicio de que haya sido derribada la aeronave. Los autos se trasladaron a ese lugar, despertando rumores en otros, los cuales se dispersaron en las esclavas, los mörder no dijeron nada, solo siguiendo las órdenes de quienes mayor rango podían tener. La dispersión de hombres logró que los rumores se volvieran hechos y dichos hechos se convirtieron en las afirmaciones que llegaron a oídos del parlamento. Kiara desorientada con todo lo que debía hacer solo tomó el consejo de Santos sobre permanecer segura en el penhouse en donde la dejaron. Era mejor opción que ir sin sentido a un lugar que no era el suyo. Su hija preguntó por su padre llegada la noche, completando doce horas sin saber de él. __ Todo es un caos. - mencionó Chang a Santos. - En cuanto regresé, la primera orden fue estar cerca d
Jace tenía la vista fija en Kiara cada segundo que pasaba. Pues jamás habían tenido frente a ellos el desacato vuelto una persona, y no solo eso sino dando órdenes a quienes, según su criterio, estaban sobre ella.Pero ella no se volvió una oruga o pretendió esconderse, sino sacó el par de alas que por mucho tiempo le habían hecho bajar, demostrando por qué el Don dijo que era un lugar que sí podía lucir.__ No encontramos nada en la zona norte. - dijo Mordred. __ Oeste, vacío. - exclamó Phillips, el cual se giró con un mapa entre las manos. - Quedan dos zonas.__ ¿Que hay ahí? - cuestionó Kiara, interesada en la respuesta que estuvo por recibir, de no ser por la risa de Amaranta que no disimuló que era parte de la burla hacia ella. __ ¿Es en serio? Estamos frente a una emergencia en la tríada y ¿tú preguntas que hay en una zona remota? ¿Acaso no entiendes que es momento de hacerle frente al problema no de darse un tour? - exclamó haciendo que Kiara apretara el lápiz que tenía en la
El general estaba aún sin asimilar las palabras que había escuchado. Su hijo no era capaz de hacer tal cosa, el mentía. De eso se convenció con cada paso que dio por el pasillo repleto de militares que le dedicaron el saludo correspondiente de su rango. Ni siquiera los reparó, pues mientras avanzó solo tenía en la cabeza que su nieta no era más que la traidora que debía reprender. __ Usted dice que hay que hacer. - lo alcanzó el capitán Ford. - Podemos intentar...__ Que nadie me interrumpa. - manifestó el general Moretti entrando a la sala en donde encontró a su nieta con un sujeto que con solo un tatuaje en el rostro daba indicios de lo que podía ser. Había estudiado a los mörder durante muchos años y ahora podía reconocerlos con tan solo mirarlos, aunque no podía basarse solamente en lo que sabía para atrapar uno, sino tener la certeza con pruebas contundentes que nadie pudiera refutar. __ Me sorprendió la decir verdad. - confesó Kiara al verlo adentrarse a la sala. - Pero en cu