Si dejar de escuchar por un momento tenía aterrorizado a Brandon, oír un centenar de balas enterrarse en sus objetivos, enterándose de esa manera que habían sido infiltrados lo llenó de algo peor que el miedo. La oreja le estaba sangrando, pero no se fijó en ello alcanzando la glock 40 que recargó para caminar con grandes zancadas hacia el extremo que Kiara tomó.No se le iba a ir de las manos. No se le volvería a burlar en la cara. Kiara por su lado se topó con una puerta bloqueada que empujó sosteniendo su oreja, al mismo tiempo que estampó la palma al verse desorientada y sin ninguna arma para defenderse, contrario a quienes se estaban acercando. Lanzó una patada. Pero el vidrio era muy fuerte como para ceder y poder abrir de esa manera. El desespero le ganó al ver el grupo que iba acercándose, buscando otra forma de salir, viendo una puerta que empujó y al fin cedió, pero no había salida. Solo era un cuarto de insumos, oscuro, maloliente y con nada más una rejilla para salir.
__ ¡Vaya sorpresa! - Brandon abrió los brazos cuando la figura de Bastian apareció por la puerta que se cerró en cuanto la atravesó. - Te juro que creí que no te importaba Jonas. Creo que hasta él lo pensó.El alemán no dijo absolutamente nada, pues sus ojos estaban solo sobre el hombre con tez pálida y rostro delgaducho que ahora era su hermano menor. Los ojos los tenía tan rojos que dudó que pudiera tener la vista funcionando como debía. El cabello estaba sucio. Se había rasgado la piel con las uñas. Lo sabía porque era una de las consecuencias de esa droga a la que él también estuvo a nada de condenarse. Los labios agrietados tenían sangre seca. Las uñas las tenía rotas y su mirada ya no era la del sujeto con quien trató de llevarse bien y solo cuando puso de su parte funcionó su relación de hermanos. Pero ahora, de ese Jonas no quedaba nada. __ Debiste irte. - le dijo con el leve temblor de su voz.__ Me odias a mí, Brandon. Fui quien te quitó todo. - dejó de ver a Jonas para
__ La orden que solicitó, señor. - dijo el agente especial para su supervisor. La hoja fue deslizada por la superficie de cristal en donde él se terminaba de abotonar la camisa, luego se haberse vendado el abdomen con el disparo que recibió. Revisó la firma, notando que era la del ministro, quien luego de haber sido atacado horas antes, tenía toda la disposición de apresar a los culpables. __ Esto parece un chiste. - no le quedó más alternativa que reír. - Cuando la necesité para salir de aquí, el gran señor no estaba disponible y ahora que perdí a la mitad de mis agentes ni siquiera debo buscarlo, porque es quien viene a mí.__ ¿Qué hacemos?__ Estamos de manos atadas. Debemos sacar a esos tipos de aquí. - suspiró colocando el arma en su cintura. - Prepara un equipo, iremos en su búsqueda.__ No sabemos donde. - le recordó su agente. __ Interfiere los canales policiales. Deben haber denuncias de tiroteos en la ciudad. - señaló saliendo con su agente detrás suyo. - Enfócate en aqu
__ Seguimos al auto que nos indicó. - avisó el agente a su supervisor. - Fue derribado, señor. Sus dos ocupantes están muertos. __ ¿Te aseguraste que fuera así? - cuestionó su jefe. __ El terreno en el que el auto terminó, nadie podría sobrevivir. - entregó su informe. - Se encontraron restos de sangre, pero están buscando los cuerpos. Aunque se dice que están despedazados. __ Quiero la segunda confirmación y nos iremos de este lugar. - respondió Kord. - Me cansé de perseguir a tipos tan escurridizos. Se dio la vuelta en su silla abriendo el informe que le llevaron, en el cual se especificaba sobre el explosivo que enviaron para derribar al vehículo que cayó por una ladera empinada de difícil acceso. Todo indicaba que al fin se había deshecho de ese caso que lo había hecho perder la mitad de su equipo, literalmente. Un gran alivio le llegó y disfrutó de ello, sabiendo que cabía una posibilidad, pero que sería descartada con la segunda confirmación de sus muertes. Mientras ta
La imagen no solo infundia admiración por parte de los hombres, sino envidia en Ruth y Adriana; o respeto como en algunas más seguras de sí, que la veían como el ejemplo del porqué no subestimar a una fémina cuando disponía que el suelo no era su lugar. Aún recordaban cuando la creyeron acabada en el momento en que llegó ante el parlamento, siendo acusada por un integrante del clan Blackwood. Lanzada a una jaula y luego condenada. Ahora no tenía cadenas sino una corona. No habían grilletes, en cambio de eso, un anillo de matrimonio brillaba en su dedo, dejando claro quien era. __ ¿Cuál es la finalidad de esta reunión? - preguntó el mayor de esa sala. - Se nos convocó por algo sumamente importante. Dudo que sea para decirnos que ella es la esposa del Don, porque nos lo dejó muy claro cuando nos presentó a su heredera. - miró de nuevo a Kiara. - Con el debido respeto, mi señora. __ Si vinieron es porque les interesa lo que se tenga que decir, así que creo que lo mejor es guardar sile
__ No puedes estar con dudas y querer continuar con esto. - Evelyn evadió la mirada de Kiara. - Por favor, solo analiza bien todo antes de hacer algo que va a sellar tu futuro. __ Estoy orando para que desaparezca. La madre superiora dice que mi deber es pedir perdón a nuestro señor. - siguió doblando la ropa que llevaría en ese momento hacia el lugar de los huérfanos. - Y no quiero volver a hablar del tema. - zanjó del todo volviéndose hacia la castaña. - Vamos por los tomates de Nessi o me va a desbaratar el huerto. __ ¿Segura que estás bien? - la novicia asintió. - ¿Sabes que estoy para tí en todo momento? __ Lo sé y por eso te quiero. - Kiara le sonrió, pero supo que solo era para evadirla. Aunque no iba a forzarla a retomar el tema. Era como hacía las cosas y aún cuando quisiera que tomara la mejor decisión, escucharla era lo único que podía hacer. Nessi estaba con su canastilla lista, los ojos iluminados y venus cuidando de ella. Kiara no soportaba la blusa que sentía
Ver a su esposo todo lo que Kiara deseaba, pero aún no sabía cuándo volvería y eso la tenía con las emociones a flor de piel. O más bien era... Era absurdo que se enojara por eso. Antes no tuvo problemas así. Por ello, realizó ejercicios de relajación antes de subir a la plataforma con ayuda de uno de los mörder que ofreció su hombro para que no tuviera problemas con los escalones. Al tomar el micrófono habló con tanta soltura que maravilló aún más a los presentes, los cuales no dudaron en levantar la ola de aplausos para ella, extasiados por la hermosa e inteligente mujer que agradeció y felicitó a todos por el logro al final. Su sonrisa deslumbró a todos, deseando poder verla más de cerca, siendo ese el objetivo de quienes habían sido solo invitados por conexiones y no por una relación estrecha con la empresa o sus dueños. __ Si me permite, quiero felicitar a la mujer más hermosa en este lugar esta noche. - dijo un hombre de treinta y tantos, que puso una copa del líquido
Restablecer el orden en una organización que se consideraba caída llevó meses enteros, más cuando los cuestionamientos llegaron, sobre el funcionamiento que le darían desde que volvió a ser puesto en marcha. Bastian llegó para demostrar por qué Artemio lo eligió como líder de la tríada. Ya que si Kiara había levantado murmullos asombrados, él acabó de dejarlos preguntándose cómo era posible dejar algo en polvo y luego reconstruirlo. Los números fueron creciendo considerablemente. Y si eso los dejó atónitos, ¿qué pasaría si se enteraran que el Don poseía tecnología mucho mejor que la que mostraba? El alemán no era un hombre al que le gustara quedarse solo con lo que había conseguido. Siempre quería tener lo mejor y más sofisticado. Lo único y lo exclusivo. Reafirmado con la mujer que no estaba dispuesto a dejar ir. Nada había de la chiquilla que le entregaron. Nada existía de ella en la mujer de negocios que se les medía a grandes proveedores de las piedras preciosas que