Capítulo 56: Conversaciones de AmigasAmara y Lia se habían reunido en el amplio balcón del apartamento de Dimitrios, disfrutando de la brisa suave de la tarde y de un par de copas de vino. Había algo reconfortante en el ambiente; aunque ambas eran muy diferentes, su conexión crecía cada día más."¿Entonces? ¿Qué pasó con Andrea en la fiesta?" preguntó Amara, con una sonrisa traviesa mientras giraba su copa de vino. "Noté que no se apartaba de ti, y tú tampoco parecías molesta."Lia dejó escapar una pequeña risa, entrecerrando los ojos como si intentara recordar algún detalle insignificante. "Andrea... Es difícil de describir. Tiene algo especial, pero no sé si tomarlo en serio o si solo está jugando conmigo."Amara arqueó una ceja, divertida. "¿Andrea? ¿Jugando? No creo que sea su estilo. Si algo he notado, es que cuando ese hombre pone sus ojos en algo, va en serio. ¿Acaso no lo viste cuando hablaba contigo? Ni siquiera miraba alrededor, solo a ti."Lia suspiró, jugueteando con la c
Capítulo 57: Un Momento RobadoLa oficina de Dimitrios era un lugar de orden y elegancia, un reflejo perfecto de su personalidad. Amara había decidido visitarlo sin previo aviso, llevando consigo unos documentos que necesitaban su aprobación. Vestía una falda lápiz negra y una blusa blanca ajustada, profesional pero irresistiblemente atractiva.Cuando llegó, Dimitrios estaba de pie junto a la enorme ventana de cristal que daba vista a la ciudad. Al verla entrar, sus labios se curvaron en una sonrisa que sólo le dedicaba a ella.—Señor Kallistratos, traje esto para que lo revise —bromeó Amara, dejando los documentos sobre su escritorio.Él se acercó, su mirada fija en ella, como si no hubiese nadie más en el mundo. —¿Vienes a hablar de trabajo o simplemente a tentar mi autocontrol?Amara rió suavemente, pero antes de que pudiera responder, Dimitrios la tomó de la cintura y la atrajo hacia él. —Te he extrañado, —confesó con voz grave mientras su mano recorría la curva de su espalda.—No
Era una tarde tranquila en la oficina de Dimitrios. Amara estaba revisando algunos documentos en la sala de reuniones, mientras Dimitrios estaba en su despacho. Todo parecía rutinario hasta que una voz femenina, elegante y segura, resonó en el pasillo.—Dimitrios, querido, ¡por fin te encuentro!Amara levantó la vista al escuchar la risa cristalina de la mujer. Antes de que pudiera reaccionar, la puerta se abrió, y una mujer alta, de cabello castaño brillante y perfectamente arreglada, entró al despacho sin llamar.—¡Irina! —exclamó Dimitrios, sorprendido pero con una sonrisa en el rostro.Amara dejó los documentos a un lado y se acercó al despacho, intrigada. Desde el umbral de la puerta, vio cómo Dimitrios abrazaba a la mujer con familiaridad. Irina llevaba un vestido ajustado de diseñador, unas sandalias elegantes y un maquillaje impecable que destacaba sus rasgos delicados.—¿Qué haces aquí? Pensé que estabas en París —preguntó Dimitrios, mientras se separaban del abrazo.—Volví h
Capítulo 59: Rendirse al DeseoEsa noche, mientras el cielo de Grecia se teñía de un azul profundo salpicado de estrellas, Amara se encontraba en la terraza del apartamento de Dimitrios. La brisa cálida acariciaba su piel, y el sonido de las olas rompiendo a lo lejos era casi hipnótico. Dimitrios estaba dentro, en la sala, leyendo algunos documentos del trabajo, pero Amara sabía que su mente no estaba realmente ahí. Ella lo había sentido inquieto todo el día, quizás porque aún intentaba borrar cualquier rastro de inseguridad que Irina pudiera haber dejado.Amara respiró hondo, dejando que el aire salado llenara sus pulmones. Había pasado tanto tiempo desde que dudaba, desde que su corazón y su mente peleaban entre el miedo y el deseo. Pero ahora, con Dimitrios, sentía que había encontrado un lugar donde podía ser completamente ella, sin máscaras ni pretensiones. Y esa confianza que había crecido entre ellos la impulsó a tomar una decisión.Volvió a entrar en el apartamento. Dimitrios
Capítulo 61: Lobo al AcechoEspaña los recibió con un clima cálido y un cielo despejado. Las calles de Madrid bullían de vida, y aunque el viaje era por negocios, Dimitrios había planeado que también tuvieran algo de tiempo para disfrutar juntos. Sin embargo, desde que llegaron, Amara no se había sentido del todo bien.—Debe ser el cambio de clima o algo que comí —decía ella con una sonrisa, minimizando su malestar.Dimitrios no estaba convencido, pero decidió no presionarla. A pesar de que Amara trataba de mantener su energía alta, él notaba cómo su rostro se veía más pálido y su caminar más lento. Para la noche, cuando se dirigían a la cena de negocios con socios importantes, ella estaba visiblemente cansada, aunque seguía luciendo espectacular. Había elegido un vestido negro ceñido, sencillo pero elegante, que destacaba su figura y hacía que Dimitrios tuviera que contenerse para no quedarse observándola como un adolescente enamorado.La cena transcurrió en un restaurante exclusivo,
Capítulo 62: Un Día de Cuidado y ConfesionesEl sol apenas comenzaba a filtrarse por las cortinas cuando Dimitrios se levantó con cuidado, procurando no despertar a Amara, que aún dormía profundamente. Su rostro se veía más tranquilo, pero no podía evitar preocuparse por su malestar del día anterior. Decidió que lo mejor sería sorprenderla con un desayuno reconfortante antes de irse a su reunión.Con movimientos ágiles, preparó un desayuno sencillo pero nutritivo: tostadas, huevos revueltos con hierbas, un poco de fruta fresca y un té de jengibre para aliviar cualquier malestar estomacal que pudiera persistir. Junto al plato, dejó un vaso de agua y unas pastillas para el dolor, por si las necesitaba. Antes de salir, se inclinó sobre ella, besó suavemente su frente y susurró:—Descansa, mi amor. Regresaré pronto.Horas más tarde, Dimitrios salió de su reunión con la mente dividida. Aunque había sido un encuentro productivo, no podía dejar de pensar en cómo estaría Amara. Apenas terminó
Capítulo 64: Una Declaración IntensaUna semana después de regresar a Grecia, Amara se encontraba preparada para una de las presentaciones más importantes de su carrera. Había pasado días investigando y afinando detalles sobre un proyecto de expansión en Hong Kong que había identificado para la empresa de Dimitrios. Aquella mañana, vestida con un traje sastre beige ajustado que resaltaba sus curvas y con su cabello recogido en un moño elegante, Amara emanaba profesionalismo y confianza.Dimitrios, sentado al frente de la sala de conferencias junto a los socios más importantes de la empresa, no podía apartar la mirada de ella. Mientras Amara explicaba las estrategias, el análisis del mercado y las proyecciones financieras del proyecto, los ojos azules de Dimitrios permanecían clavados en los de ella, llenos de admiración y deseo.Cada vez que sus miradas se encontraban, Amara sentía que el corazón le daba un vuelco. Las miradas de Dimitrios no eran casuales; eran intensas, como si quis
Punto de Vista de Dimitrios: El Fuego que Es AmaraSentado frente a Amara en el restaurante, Dimitrios no podía evitar que sus pensamientos divagaran mientras ella hablaba con entusiasmo sobre el éxito de su presentación. Ella estaba radiante, como siempre, pero había algo especial en esa noche. Llevaba un vestido negro elegante que abrazaba cada curva de su cuerpo, y su cabello rizado caía con gracia sobre sus hombros. El leve brillo en sus labios y la confianza en sus ojos eran suficiente para dejarlo completamente hipnotizado.Mi negra es un fuego arrollador, pensó mientras sostenía su copa de vino y la miraba con adoración. Amara no era solo hermosa; era intensa, desafiante, y completamente distinta a cualquier mujer que hubiera conocido. Había algo en su esencia, en esa mezcla de dulzura y carácter, que lo tenía obsesionado desde el día que la vio por primera vez.La recordaba claramente aquella noche en el bar del hotel en República Dominicana. Ella vestía una camisa blanca ajus