Nebraska miró frente al espejo, su imagen y podría decirse que se vio hermosa. Gracias a la buena alimentación de los últimos días había ganado el peso necesario para estar en un peso adecuado, por lo que sus curvas habían regresado.
El vestido que Layan le había regalado las acariciaba agradablemente. Una pieza larga de tela roja que se amarraba al cuello dejando a la vista su esbelta espalda y níveos hombros. Diversos encajes plateados se fundían con la rica y detallada textura del vestido haciendo que con cada movimiento pareciera que tuviera vida propia. Simplemente hermoso.
Se giró para apreciar la leve cola que se arrastraba que terminaba en un completo tejido con diferentes patrones. Sonrió complacida con su aspecto. Le encantaba el vestido, Layan
Nebraska avanzó tomada de la mano de Hades por la alfombra que terminaba a los pies de la pequeña tarima. A ambos lados los miembros de las dos manadas se fusionaban como una. El rostro de los lobos del Consejo se alzaban alrededor de la tarima, mientras arriba esperaban dos personas que Nebraska no reconoció al primer momento, pues no recordaba haberlos visto antes, pero analizando a detalles había rasgos que le parecían familiares, como los ojos plateados del macho de la pareja y el cabello muy oscuro de la mujer menuda y hermosa a su lado.-¿Ellos son tus padres?-le preguntó en voz baja.Hades asintió con la cabeza y una sonrisa en sus labios orgulloso de la mujer que llevaba consigo. No podía negar que estaba extrañamente emocionado, pocas veces se sentía a
Hades pareció oler la incomodidad de su pareja pues la tomó de la mano y apretó los delgados dedos con delicadeza. A su lado apareció el padre de este, que con una sonrisa comenzó a retirarse la camisa. El resto de la manada lo copió para después convertirse todos en lobos.Nebraska se quedó fija en Saisen por unos segundos. Al parecer la mayoría de sus atributos los había sacado de su madre pues mientras Hades era un lobo negro, el pelaje de su padre se extendía entre el cobrizo y el marrón. Eso sí, su estatura era por encima de la media con creces, incluso de Hades y los músculos caninos se detallaban por encima del manto peludo.-¿No nos vamos a trasformar también?- la voz de la omega salió vacilante, a decir verdad
NOEl grito de Nebraska le hizo separarse un poco de ella con el corazón latiéndole exaltado. Apenas si la había tocado y solo besaba su cuello y había colado su mano por debajo de su vestido hacia el muslo.-Nebraska, lo siento. No quería asustarte- se incorporó poniendo una distancia prudente.-¿Asustarme? ¿De que hablas Hades?- ella lo miró levemente jadeando y él se quedó incrédulo -Es que no quiero que me rompas el vestido, me gusta y ya te venías con intenciones-Él alzo una ceja.-Podrías no hacer eso, pensé que te habías arrepentido de continuar-
Nebraska ahogó un grito en la almohada mientras su cuerpo se sacudía y explotaba en un orgasmo donde solo se pudo mantener en el lugar gracias a las manos de Hades enterradas en su cadera. Podía jurar que las uñas de este se incrustaban en su sensible piel.Oyó a su esposo gruñir sobre ella y supo que había llegado el momento. Corrió la cabeza a un lado dejando a la vista su nuca desprotegida. Al igual que sentía como el nudo se extendía de manera dolorosa y sofocante en su interior, un par de colmillos rompieron la piel de su cuello y las llamas recorrieron todo su cuerpo. Se quemaba por dentro y no podía hacer nada para detenerlo.Apretó sus dedos, sus ojos estaban cerrados con fuerza. Las sensaciones que la atravesaban eran abrumadoras y le hicieron r
Decir que estaba molida era quedarse corta. Nebraska sentía que su cuerpo estaba más para allá que para acá. No era que le doliera algo. Cada músculo de su cuerpo estaba tan entumecido que el dolor apenas era perceptible. Aun así había una molestia pulsante en su nuca que no la dejaba descansar en calma.Pero molesta quizás no era la palabra adecuada. La sensación era...diferente. Además el calor que acariciaba su piel era totalmente relajante ayudados de los masajes a cada uno de sus miembros.Abrió sus ojos lentamente aunque con dificultad. Su alrededor no estaba en penumbras. La luz de las velas le daba vida a su alrededor y aunque era de día, las gruesas cortinas oscuras no dejaban que la claridad del exterior entraran por las pequeñas v
Hades les dio una reverencia a sus padres mientras su nueva esposa solo inclinaba la cabeza en respeto. Celesia se acercó a su hijo y después de darle una última inspección de arriba abajo afirmó con la cabeza y le dio un beso en el puente de la nariz.-Visítanos más a seguido o te juro que vengo yo a verte, tú hermano va al menos cada tres meses--O cada vez que se escapa- terminó de decir Hades y le devolvió el beso a su madre. Sabía que ella los extrañaba, solo que en los últimos tiempos y desde que ellos decidieron vivir una vida más libre, les era más complicado encontrarse.-Déjeme eso a mí- Nebraska pestañeó lentamente- Le pondré una rutina
Nebraska podía jurar que su corazón se saltó un latido. Ante ella estaba el cuerpo de su esposo y de su hijo, inconscientes en el suelo. Todo había sido muy rápido. Segundos antes, ellos estaban compartiendo junto a la manada, y ahora estaban allí.-Ne..., Nebrask...., Nebraska- el sonido de su nombre llegó a sus oídos junto con el bullicio de su alrededor.Se había quedado en shock por un momento. Sara movía su brazo para hacerla entrar en razón mientras por su rostro surcaban lágrimas. La reina agitó su cabeza y se centró. No era momento de entrar en pánico.Se arrodilló al lado de su esposo después de verificar que Nicolás la copiaba junto a Rodrigo, y
César abrió la puerta y salió una hora después. Su semblante mostraba una expresión fría y pálida mientras su ceño estaba dolorosamente fruncido. Se limpiaba las manos con un pañuelo, que por más que quería ocultarlo en la bata que llevaba, los presentes lograron ver algunas gotas de sangre.Sara, Siran, Leoxi y por último Nebraska se acercaron hacia él.-¿Cómo está?- Sara se soltó del brazo de su esposo y César la miró.-¿Cómo están?- Nebraska volvió a repetir la pregunta.Estaba seria y su voz salió tan recta que los demás pensaron que ella no sentía nad