Ya sabía el nombre de la loba. Raro, extraño, poco común, pero con fortaleza, digna de la posición en la que había estado. Nebraska un nombre que se le daba a aquellos que no se doblegaban.
Pudo sentir su cuerpo temblar bajo sus dedos, aunque su semblante no cambio. Su expresión seria, con aquellos hermosos ojos violáceos totalmente neutros.
Había aprendido bien. Un líder de manada nunca podía mostrar sus emociones aún se estuviera destruyendo por dentro. Eran el soporte de la manada, si ellos a desmoronaban, todos estaban condenados.
-Rudoc hizo una buena elección en casarse contigo, lástima que no supo aprovecharte -Nebraska tragó en seco al oír el nombre de su esposo -No te preoc
-Tus hijos hicieron un trato conmigo- eso le llamó la atención, era buena para saber cuándo algo malo venía en camino- Es sorprendente lo que puede hacer la desesperación-La omega respiró pesado.-La liberación tuya y de tu manada, a cambio de ti-Nebraska sacudió la cabeza. No podía creer lo que acababa de ocurrir. Hades intentaba tener tacto, algo que no congeniaba con él, decir las cosas de frente le era más fácil.-En resumen. Tú eres mía ahora-Nebraska no movió un músculo. Sabía que todo aquello no podía ser tan fácil. Su manada libre, sus hijos
Nebraska sintió al beta acercarse a ella, y por reflejo retrocedió, apenas, como sus piernas adoloridas le permitieron. La silueta no era tan grande como la del alfa pero si más que la de cualquiera de sus hijos.Siran miró a la mujer ponerse en guardia tirada en el suelo. Tenía que reconocer que eran pocos los lobos que le hacían frente. Su posición de beta no había llegado de la noche a la mañana y no estaba solidificada por gusto. Conocía su reacción en los demás y recibía regaños por eso, de parte de Hades.Se acercó a la omega y se inclinó rodeándola con un brazo y el otro lo pasó por debajo de sus piernas, cargándola. Nebraska se mantuvo quieta y tiesa. Ahora de cerca, el olor de lobo dominante era p
Nebraska intentaba enfocar la silueta del plato con pedazos de carne y fruta muy apetecibles, con desconfianza. Si algo había aprendido en los años que estuvo reclusa era que no debía aceptar comida a menos que supiera su procedencia. No habría sido una, las veces que habían drogado su cena para hacerla entrar en celo y forzarla a tener hijos. Como se dice, la tercera era la vencida y después de la segunda vez se había reusado a comer.Ahí vinieron las inyecciones tan dolorosas que habían dejado marcas en su cuello. Cuando Rudoc quería algo, era difícil que no lo consiguiera.-Tendremos que cortarlo- la voz de Sara a su espalda la sacó que sus pensamientos-¿Qué?-
Hades se llevó la muñeca a la boca y lamió la sangre de su propia mordida que ya estaba cerrando. Sonrió ante la sensación que recorría cada fibra muscular. El pequeño cuerpo que se ajustaba perfectamente a él, bebiendo de su ser, directamente de la vena que latía frenética era más de lo que se imaginó.Recorrió la espalda blanca masajeando cada uno de los nudos que encontró, así como pequeñas cicatrices que aún se negaban a desaparecer. Con la otra acarició su rodilla y subió a lo largo del muslo hasta dejarla sobre la suave piel de su glúteo y la apretó más contra él, en un intento de aliviar el deseo crudo que empezaba a emanar.La oyó gruñir ante el acto, aunqu
Siran se puso la camisa consiente que el día era joven y que aún tenía cosas que hacer, pero se iba satisfecho dejando a su mujer con una radiante sonrisa en la cama envuelta entre las sábanas y que se deleitaba con su figura a medio vestir.-No te preocupes por apurarte, Hades está bien entretenido con su nueva adquisición. Hacía tiempo que no lo veía tan motivado-El beta se peinó el cabello rubio hacia atrás quedando en la hermosa e inmaculada cascada hasta la nuca, que Sara adoraba despeinar solo para molestarlo.-Podrías no mencionarme a esa loba, aún recuerdo cuando lo atacó--Tan rencoroso como siempre. Ella no tenía control de sí--Sara, no hablemos del tema,
Nebraska daba pequeño pasos ya pudiendo sostenerse sobre sus rodillas sin que estas se doblaran en el acto, aun así le dolía, pero ella lo ocultaba de Noa y Alan que hacían su mejor esfuerzo en ayudarla a recuperarse lo más rápido posible.En el otro extremo del cuarto, Nicolás estaba sentado con unos papeles que revisaba de arriba a abajo, con datos de su antigua manada y ahora perteneciente a Hades, quedarse de lado no estaba en su personalidad y le había pedido al alfa que al menos le dejara organizar los registros de su familia lobuna.-Ma, ten cuidado, no te apresures, lo estás haciendo bien- Noa la sostenía con un brazo alrededor de su cintura, cuidando cada uno de sus movimientos.-Cualquiera dirí
-Tengo que reconocer que eres más dura que una piedra- Hades caminaba lentamente, con las manos en los bolsillos de su pantalón, a pocos metros por delante de la loba.Nebraska había insistido en caminar ella sola. Le había dicho, soltándose de sus brazos, que si seguían ayudándola en todo, no sería capaz de levantarse por ella misma, que agradecía su ayuda, pero que necesitaba hacerlo.Mujer decidida, con un espíritu fuerte, cada vez se daba más cuenta que ella cumplía los requisitos. Aún era pronto y no podía dejarse cautivar, después de más de 600 años de firme convicción. El reinado de la manada de plata no era, ni sería de cualquiera.La omega dio un
Hasta el mismo Hades se impresionó por su acción. El gruñido es su garganta no era una simple advertencia. No, no era el hecho que la estuviera tocando, había algo más que por el momento no sabía y lo molestaba al punto de apretar los dientes.El lobo castaño soltó las manos y se levantó cautelosamente, no le gustaba la intensa mirada plateada del alfa que parecía querer moverse en cualquier momento y rasgarle la garganta en dos.Sonrió disimuladamente y prestó su atención a la loba una vez que supo que no sería atacado.-Mi reina venga, todos estarán muy contentos de verla- iba a tomarla del brazo pero se detuvo en el aire. La mano de Hades se había posado sobre la cadera de