Siran se puso la camisa consiente que el día era joven y que aún tenía cosas que hacer, pero se iba satisfecho dejando a su mujer con una radiante sonrisa en la cama envuelta entre las sábanas y que se deleitaba con su figura a medio vestir.
-No te preocupes por apurarte, Hades está bien entretenido con su nueva adquisición. Hacía tiempo que no lo veía tan motivado-
El beta se peinó el cabello rubio hacia atrás quedando en la hermosa e inmaculada cascada hasta la nuca, que Sara adoraba despeinar solo para molestarlo.
-Podrías no mencionarme a esa loba, aún recuerdo cuando lo atacó-
-Tan rencoroso como siempre. Ella no tenía control de sí- -Sara, no hablemos del tema,Nebraska daba pequeño pasos ya pudiendo sostenerse sobre sus rodillas sin que estas se doblaran en el acto, aun así le dolía, pero ella lo ocultaba de Noa y Alan que hacían su mejor esfuerzo en ayudarla a recuperarse lo más rápido posible.En el otro extremo del cuarto, Nicolás estaba sentado con unos papeles que revisaba de arriba a abajo, con datos de su antigua manada y ahora perteneciente a Hades, quedarse de lado no estaba en su personalidad y le había pedido al alfa que al menos le dejara organizar los registros de su familia lobuna.-Ma, ten cuidado, no te apresures, lo estás haciendo bien- Noa la sostenía con un brazo alrededor de su cintura, cuidando cada uno de sus movimientos.-Cualquiera dirí
-Tengo que reconocer que eres más dura que una piedra- Hades caminaba lentamente, con las manos en los bolsillos de su pantalón, a pocos metros por delante de la loba.Nebraska había insistido en caminar ella sola. Le había dicho, soltándose de sus brazos, que si seguían ayudándola en todo, no sería capaz de levantarse por ella misma, que agradecía su ayuda, pero que necesitaba hacerlo.Mujer decidida, con un espíritu fuerte, cada vez se daba más cuenta que ella cumplía los requisitos. Aún era pronto y no podía dejarse cautivar, después de más de 600 años de firme convicción. El reinado de la manada de plata no era, ni sería de cualquiera.La omega dio un
Hasta el mismo Hades se impresionó por su acción. El gruñido es su garganta no era una simple advertencia. No, no era el hecho que la estuviera tocando, había algo más que por el momento no sabía y lo molestaba al punto de apretar los dientes.El lobo castaño soltó las manos y se levantó cautelosamente, no le gustaba la intensa mirada plateada del alfa que parecía querer moverse en cualquier momento y rasgarle la garganta en dos.Sonrió disimuladamente y prestó su atención a la loba una vez que supo que no sería atacado.-Mi reina venga, todos estarán muy contentos de verla- iba a tomarla del brazo pero se detuvo en el aire. La mano de Hades se había posado sobre la cadera de
El silencio cortante y la atmósfera tensa incomodaron a más de uno. Los dos magnates se quedaron fijando su atención en cada uno. Ella le había pedido ver a su gente y él se lo había negado. Nebraska hizo de sus labios una línea y se levantó lentamente analizando cada uno de sus movimientos, aun así sus rodillas crujieron. Aguantando el dolor se acercó a donde debía estar el alfa y se detuvo delante de él alzando la cabeza.Su olor delataba calma, tranquilidad, no arrebato como Hades se imaginaba después de su negativa.-Solo quiero verlos y que vuelvan a su estado normal--No- el alfa volvió a negar.-¿Por qué?- incli
Uno de los guardias entró corriendo a la celda con una expresión exasperada en el rostro.-Alfa, Comandante, los lobos, los lobos- le costaba articular palabras- de buenas a primeras se quedaron quietos, sus ojos cambiaron de color y se quedaron inconscientes-Hades miró a su hermano que no salía de su misma impresión. En sus brazos Nebraska apenas podía moverse, había agotado el último atisbo de energía que le quedaba y dentro de poco acompañaría a sus compañeros a un buen merecido sueño, pero no quería. Sacudió la cabeza en un intento de espabilarse.El alfa sintió el movimiento y le prestó atención.-Despu&e
Nebraska parecía caminar a su juicio y literalmente lo hacía. Sara a su lado la dirigía por una se las tantas alas de la mansión que no conocía. Parecía más nerviosa que ella misma.-Cálmate Nebraska, tu tranquila- sus manos estaban sudadas y temblaban ligeramente, ese no era buen indicio.Se detuvieron delante de una inmensa puerta de roble con incrustaciones de metal y cobre. El sonido de esta abriéndose erizó la piel de ambas lobas. Hades apareció con un semblante serio y tenso, hasta que cambio al ver a la omega.Su delgado cuerpo ya con sus debidas curvas recuperadas enfundado en aquel vestido plateado le quedaba hermoso. Su rostro parecía más joven pero no perdía seriedad debid
Abrió los ojos con la respiración atorada en su garganta. El techo se cernía sobre ella en una nebulosa clara que reconoció. Estaba en su habitación. Se incorporó con cuidado. Cada músculo de su cuerpo rugió y tuvo que morderse los labios para no gritar.¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Qué había ocurrido con sus cachorros? Lo último que recordaba era haber saltado contra alguien y todo negro después. Había una inmensa laguna mental desde haber oído las palabras de aquel lobo.Aquel lobo. ¿Qué demonios se creía? Le hablaba como si ella fuera una mísera basura que no valía nada. Eso la había molestado, pero la gota que había colmado el lí
Si había algo que Nebraska había aprendido a lo largo de los años era que las lágrimas no resolvían absolutamente nada, así que derramarlas era en vano. En vez de eso, tenía muchas cosas en las que pensar y que hacer, una de ellas era el estado de su relación con ese alfa que cada vez que podía le mencionaba que era suya.No podía negar que tenía mucho que agradecerle, había hecho por ella y su manada más que cualquiera, aun cuando el precio era su cuerpo, el cual dentro de poco hasta eso perdería, su independencia.Acarició la marca de mordida en su mano. Aquella noche en que Rudoc intentó marcarla después de la boda, ella se negó y precisamente esta piel era la que había sufrido. Había cubierto su