El silencio cortante y la atmósfera tensa incomodaron a más de uno. Los dos magnates se quedaron fijando su atención en cada uno. Ella le había pedido ver a su gente y él se lo había negado. Nebraska hizo de sus labios una línea y se levantó lentamente analizando cada uno de sus movimientos, aun así sus rodillas crujieron. Aguantando el dolor se acercó a donde debía estar el alfa y se detuvo delante de él alzando la cabeza.
Su olor delataba calma, tranquilidad, no arrebato como Hades se imaginaba después de su negativa.
-Solo quiero verlos y que vuelvan a su estado normal-
-No- el alfa volvió a negar.
-¿Por qué?- incli
Uno de los guardias entró corriendo a la celda con una expresión exasperada en el rostro.-Alfa, Comandante, los lobos, los lobos- le costaba articular palabras- de buenas a primeras se quedaron quietos, sus ojos cambiaron de color y se quedaron inconscientes-Hades miró a su hermano que no salía de su misma impresión. En sus brazos Nebraska apenas podía moverse, había agotado el último atisbo de energía que le quedaba y dentro de poco acompañaría a sus compañeros a un buen merecido sueño, pero no quería. Sacudió la cabeza en un intento de espabilarse.El alfa sintió el movimiento y le prestó atención.-Despu&e
Nebraska parecía caminar a su juicio y literalmente lo hacía. Sara a su lado la dirigía por una se las tantas alas de la mansión que no conocía. Parecía más nerviosa que ella misma.-Cálmate Nebraska, tu tranquila- sus manos estaban sudadas y temblaban ligeramente, ese no era buen indicio.Se detuvieron delante de una inmensa puerta de roble con incrustaciones de metal y cobre. El sonido de esta abriéndose erizó la piel de ambas lobas. Hades apareció con un semblante serio y tenso, hasta que cambio al ver a la omega.Su delgado cuerpo ya con sus debidas curvas recuperadas enfundado en aquel vestido plateado le quedaba hermoso. Su rostro parecía más joven pero no perdía seriedad debid
Abrió los ojos con la respiración atorada en su garganta. El techo se cernía sobre ella en una nebulosa clara que reconoció. Estaba en su habitación. Se incorporó con cuidado. Cada músculo de su cuerpo rugió y tuvo que morderse los labios para no gritar.¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Qué había ocurrido con sus cachorros? Lo último que recordaba era haber saltado contra alguien y todo negro después. Había una inmensa laguna mental desde haber oído las palabras de aquel lobo.Aquel lobo. ¿Qué demonios se creía? Le hablaba como si ella fuera una mísera basura que no valía nada. Eso la había molestado, pero la gota que había colmado el lí
Si había algo que Nebraska había aprendido a lo largo de los años era que las lágrimas no resolvían absolutamente nada, así que derramarlas era en vano. En vez de eso, tenía muchas cosas en las que pensar y que hacer, una de ellas era el estado de su relación con ese alfa que cada vez que podía le mencionaba que era suya.No podía negar que tenía mucho que agradecerle, había hecho por ella y su manada más que cualquiera, aun cuando el precio era su cuerpo, el cual dentro de poco hasta eso perdería, su independencia.Acarició la marca de mordida en su mano. Aquella noche en que Rudoc intentó marcarla después de la boda, ella se negó y precisamente esta piel era la que había sufrido. Había cubierto su
La risa frenética de la loba invadió de forma molesta el comedor. La atención de todos estaba enfocada en aquellas dos hembras que se enfrentaban. Más de uno se había levantado de su asiento para intervenir. A pesar de tener nuevos integrantes y de irse adaptando, tenían órdenes específicas de Hades de no atacar a ninguno. Siempre había alguien que se hacia el chivo con tontera y obviaba la palabra del alfa. Ese, por supuesto, terminaba castigado. Y esta no sería una opción.En primera, aquella loba estaba amenazando e insultando un cachorro indefenso, error fatal, segundo se metía con la que había sido la reina de la manada gris y la nueva protegida del alfa. Al igual que Sara, meterse con ella o sus hijos significaba ofender al mismo Hades.
A Hades solo le dio tiempo a levantar la cabeza en dirección a su beta antes de sonreír ocultando cualquier expresión que pudiera asustar a la niña. Catalina era la menor de los cinco hermanos tanto en edad como en cuerpo, apenas le llegaba a él a la cadera pero sus ojos no mostraban la inocencia infantil de una cachorra de su edad.-¿Y por qué no puedo casarme con tu madre?--Porque ella no puede ser reina- la voz de la niña salió aguda e indignada.Los dos machos se miraron incrédulos.-Eso no lo decides tu pequeña- Hades se incorporó, a pesar de hablar con una cachorra, que parecía tener unas leyes bastante idas de las manos – Yo soy el
Layan mantuvo la sonrisa en su rostro a pesar de la mano con garras que apretaba su muñeca y del olor amenazador del alfa ante él. Nadie más que su persona conocía la reacción de que tocaran algo que era suyo. La escena le pareció graciosa. Por más molesto que alguno de los dos estuvieran no podrían pelear, eso sería un crimen fatal.Hades gruñó sacando sus colmillos y frunciendo el ceño. Rodeó la cintura de Nebraska y la sostuvo al sentir el pequeño cuerpo temblar a su lado.-Layan--Suéltame- el alfa pelirrojo le dijo tranquilo pero con tono demandante.-¿Y si no lo hiciera, qué?- gruñó. Su se es
Nebraska retrocedió un paso para detenerse temblando violentamente. La imagen del alfa ante ella la aterraba tanto como podía cautivarla.El oscuro cabello suelto y alborotado que enmarcaba su rostro perlado en pequeñas gotas de sudor. La camisa desabotonada que se pegaba a la piel dejando a la vista los músculos definidos de un lobo adulto en su mejor etapa de vida. Los pantalones holgados que apenas hacían el esfuerzo de ocultar sus torneadas piernas y la ausencia total de zapatos le daba un aspecto más salvaje de lo que normalmente mostraba. Aunque, Nebraska estaba más atenta al brillo amenazador de sus plateados ojos que podía definir incluso con su deteriorada vista.Retrocedió otro paso solo para recibir un gruñido de respuesta por parte de él y su