Hades soltó un sonoro jadeo. Aquella pelea se había tornado intensa. Tal vez no lo suficiente para cumplir sus expectativas pero si para sacarle el aliento. El alfa de la manada gris no era débil a pesar de su aspecto, estaba muy bien entrenado y su fuerza no era para sobrevalorar. Eso no quitaba que él llevara ventaja.
Había atacado varias veces al cuello logrando arrebatarle la cadena dejándola caer en las patas de Nicolás que ahora la cuidaba con su vida, aunque en el proceso había ganado varias heridas en su pecho y patas delanteras. Ahora ambos volvían como al inicio, uno frente al otro mostrando sus colmillos cubiertos de saliva burbujeante.
Nicolás retrocedió hasta donde el beta estaba, sentía la tensión en el ambiente y la presión l
César, el doctor jefe de la manada de plata revisaba a su paciente en el seño dolorosamente fruncido mientras pronunciaba maldiciones mudas de vez en vez.-¿Cómo está?- Hades se mantenía a distancia algo ansioso sin noticias desde hacía buen rato.-Ahora no alfa, déjeme terminar mi trabajo- soltó más brusco de lo que quería, desechando su ira contenida -Por favor salga-Hades solo asintió con la cabeza y salió del cuarto para encontrarse con el rostro amargado de Nicolás y Liam que a pesar de las vendas en su cuerpo había insistido en estar ahí.No se molestó por el tono de César. El lobo le llevaba casi 300 a&
Los tres hombres lo miraron exaltados.-Su condición es terrible incluso para tratarla. Por el estado de su cuerpo debe haber sido alimentada dos veces al año, su piel está llena de laceraciones, hematomas y heridas, con algunas muy infestadas, al no comer era imposible que pudiera curarse por si sola. Sus muñecas y tobillos están desgastados casi hasta el hueso y el óxido ha atacado el tejido de alrededor provocando necrosis. Sus sentidos están tan afectados que tuve que poner una solución especial sobre sus ojos para intentar dilatar su pupila y que al menos pueda ir recuperando la vista paulatinamente, pero por el momento estará casi ciega- cada palabra quitaba el color de los rostros de los lobos. En sus vidas habían escuchado tanto daño en un solo ser- Lo que más me preocupa es el estado hormonal de
Niña, era solo una niña. Hades se repetía una y otra vez mientras veía el cuerpo acostado muy diferente a la pequeña que tenía en la mente. Era verdad que había cumplido la mayoría se edad, y que ahora era madre de cinco hijos, eso no quitaba que ante los ojos de los de su raza aún era una lobezna, cuando se consideraba que un lobo era realmente adulto después de los 150, aun si la mayoría de edad era a los 50 años.Leoxi lo estaba mirando, en buen problema de habían metido. Un día era un alfa solitario, sin la esperanza de una familia y ahora tenía a 5 cachorros y casi uno a su cuidado. Su hermano tenía una mirada de que Tú querías cachorros, no te quejes.-¿Y cuál es el método?- Liam volvi&
Hades dejó el documento sobre la mesa pasándose la mano, retirando inútilmente los mechones de cabello ondeado que caían sobre su rostro. Se apretó el puente de la nariz y Leoxi, sentado delante de él, lo miró preocupado.-Por qué no vas a descansar, te ves agotado-El alfa negó con la cabeza y retomó la lectura.-Hay muchas cosas que tengo que hacer como para dormir en este momento--Dos o tres horas no marcarán la diferencia--Lo haré más tarde, cuando vaya a verla, después de darle sangre puedo dormir un par de horas--Ser adicto al
Siran solo pudo reaccionar de una forma al ver a su alfa en el suelo con la sangre brotando del cuello, convertirse en un enorme lobo color arena, agarrar por el lomo al lobo agresor desgarrando también la piel y lanzarlo con todas sus fuerzas contra la pared contraria. No le importó quién fuera, no le importaba las consecuencias, solo sabía que su alfa había sido agredido y eso era imperdonable.Tras un sonoro golpe contra el mueble en la pared y de soltar un chillido de dolor, Siran vio a la loba levantarse con dificultad pero con firmeza. Su boca burbujeaba y sus ojos estaban de un potente color carmín ausente de pupila. Estaba fuera de control, agitaba su cabeza buscando la amenaza guiándose por el leve instinto que le quedaba latente, estaba dominada totalmente por su lado salvaje y eso era peligroso.
Hades se tocó el cuello donde la piel se había regenerado, pero aún se mantenía tierna. Gruñó erizando la piel de los presentes.César cerró su maletín después de dos días cuidado a su alfa mientras Leoxi había vuelto nada más sentir una rara sensación que no le dio buena espina y al llegar sus sospechas dieron a luz.Ahora, Hades estaba de muy, muyyyy mal humor. Había sido mordido por una omega, un simple omega, reina y todo lo que quisieran, pero omega y había estado al borde de la muerte, después de salvarla.Algunas cosas se tenían que poner en su lugar y demostrar quien mandaba. A la mierda que me tuviera miedo a los alfas. Él le había salvado
A pesar de estar sobre ella, Hades recargaba la mayor parte de su peso sobre sus patas. La loba bajo él estaba débil, delgada, casi como un pétalo de flor que podía marchitarse, eso quitando de lado que aun así luchaba e intentaba agarrarle alguna de sus extremidades y destrozarla, claro. No estaba muy contenta de estar en aquella posición. A él no le importo. Ahora necesitaba tenerla en control.Bajó su morro hacia su cuello y lo olió, lamiendo hasta su oreja y dejando un apretón en el nacimiento de la misma, no para hacerle daño, pero si lo suficientemente fuerte para que fuera consciente de que estaba allí.Ella se sacudió y soltó un gemido lastimero. No se rendía, a pesar de estar en desventaja, no gustarle aquello y lo demostrab
Hades no podía creerloSe había lanzado. Sin pensarlo. Sin saber dónde estaba.Retornó tan rápido a su forma humana que incluso le dolió. Corrió hacia el borde el balcón mirando hacia abajo y ver caer la loba desde el segundo piso, hasta caer en el primero, sobre la alfombra que debía haber amortiguado un poco la caída. Agradecía por primera vez que su mansión solo poseyera dos plantas o podría haberse matado de estar en otro más alto.De todas formas la caída había sido brutal.No sabía que le había dolido más, la impresión de verla lanzarse al vacío o el rechazo total hacia él. No es que fuera un mujeriego, ni buscaba aventuras de aquí y allá, pero las pocas que habían estado en sus brazos, lo habían acompañado luego a su cama.La vio levantarse lentamente como si nada hubiera pasado y correr en cualquier dirección por tal de salir de aquel lugar, algo que no lograría. En primera, por la seguridad de la mansión y, en segunda ella no podía