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Alan y Noa corrían lo más rápido que sus piernas lo permitieron. Alan arrastraba a su hermano por el bosque esquivando los árboles con dificultad sobre el terreno pantanoso después de la lluvia. Habían cometido el peor error de toda su vida.
Habían pensado que todos los hermanos estaban juntos en esta causa, en salvar a su madre de las garras del alfa, pero que ilusos habían sido. La traición dolía y más cuando era la primera vez. Aún no habían salido de la conmoción de ver las condiciones en que estaba la antigua reina cuando volviendo a su cuarto habían visto a su hermano mayor y primogénito de los cinco. Rodrigo. Al igual que su padre los ignoraba y si podía humillarlos lo hacía, así había sido enseñado. Era tan fiel a su padre que daba asco verlo, pero seguía siendo su hermano e hijo de aquella mujer.
Esa noche las cosas se habían salido de control, decirle al lobo que sabían dónde estaba su madre buscando su apoyo, había sido un error. No habían terminado la frase y los había dejado con la palabra en la boca desapareciendo por el pasillo ignorándolos. Entonces cinco soldados arremetieron contra ellos. No querían imaginar que su hermano formaba parte de aquello. No podía ser tan descorazonado de hacerle eso a su propia familia.
Lograron escapar a duras penas por una de la puertas traseras sin poderle decir nada a Nicolás o a Catalina. Tenían que salir de allí y pedir ayuda a la única persona que sería capaz de acabar con todo aquello, antes de perder el cuello.
No se habían adentrado muchos metros en los perímetros de la manada de plata cuando tres lobos habían saltado sobre su espalda y llevado hacia donde su alfa y magnate, los condenaría.
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La puerta de la oficina de Hades se abrió dejando pasar a su gemelo, con un aspecto desgastado y marcadas ojeras de bajo de sus ojos. El alfa le hizo sentarse y le brindó un vaso con un trago y se recostó en el borde de la mesa.
-Alfa tengo noticias importantes para usted, no va a creer lo que descubrí-
-Dispara-
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Alan miraba su plato de comida y no le apetecía dar un bocado. ¿Su madre tendría comida, pasaría frío, tendría una cama para dormir? Nunca la había conocido, ni siquiera tenía idea de lo que era el calor maternal, pero algo en su interior anhelaba estar al lado de aquella mujer desde que habían estado delante de aquella puerta. Su lobo interior se sentía intranquilo, queriendo volver a esas catacumbas y arañar la puerta hasta poder atravesarla y sabía que su hermano menor se sentía igual. Noa no era de los que expresaba sus sentimientos a menos que fuera alguen de mucha confianza, pero para él era un libro abierto. Sintió su mano sobre el hombro y lo miró. Tampoco estaba comiendo. Aquellos habían sido dos días muy difíciles.
Los pasos en su habitación los pusieron alerta y levantaron la mirada para encontrarse con el alfa y su beta.
-Ustedes y yo tendremos una larga conversación, así que pónganse cómodos- Hades se sentó en el sofá delante de ellos y cruzó las piernas cuando frunció el ceño al ver sus platos intactos.
-Me informaron que no han querido consumir nada desde que llegaron-
No recibió respuesta y prosiguió
-A lo que íbamos, he estado pensando en la propuesta que me hicieron- los cachorros enderezaron su espalda tensa. Ya tenía toda su atención- Mandé a uno de mis hombres de confianza a infiltrarse en su manada y vaya sorpresa me he llevado. Quién diría que hay una Revolución formándose en un régimen tan rígido como el de su gente-
-¿Cómo lo supiste?- Alan abrió los ojos con sorpresa. Solo habían pasado dos días y aquel lobo estaba informado de todo lo que se ocultaba entre las sombras.
-Mi personal tiene sus métodos. De paso me dijo que les entregara esto a ustedes-
Su beta caminó hacia ellos y les entregó una carta. Noa quitó el sobre y leyó el papel estrujado con la letra de su hermano. Al terminar tragó en seco al igual que su familiar.
-Y bien ¿qué les parece?-
Los cachorros estaban en trance. Aquel hombre era más peligroso de lo que aparentaba. En tan poco tiempo había desmembrado el secreto que tanto guardaban y como decía la carta, había hecho movimientos para lazarse con el resto de los miembros de la manada. Nicolás, les pedía que hicieran lo que estuviera en sus manos para ayudar al alfa, que depositaran su confianza en ellos, y que se alegraba de que estuvieran bien después de su desaparición. Aunque las cosas estaban agitadas luego de que alguien mencionara cierto tema al alfa.
-He mandado un mensajero para concretar los últimos detalles para el supuesto golpe de estado que tu hermano está planeando-
-Así que la final nos crees- Noa apretó el papel en su mano soltando un suspiro, relajándose después de días de tensión- Gracias alfa Hades, no sabemos cómo devolverle el favor-
-¿Favor?- se acomodó más en el sofá- Nunca dije que mi ayuda fuera gratis-
Los chicos se paralizaron. Ya sabían que en la vida las cosas no siempre resultan tan fáciles.
-No me miren así, arriesgaré a los miembros de mi manada, tendré que convencer al Consejo y además no recibir nada a cambio. No me subestimen cachorros. No soy alfa por gusto-
-Recibirá nuestra manada- dijo Noa como algo lógico. Si un alfa retaba a otro y ganaba su familia pasaba formar parte de él.
-Eso lo sé, pero no es suficiente-
Ellos no sabían que responder, que más querían, no podían dar más nada, sus manos estaban vacías.
-Mencionaste que su madre era la antigua reina y la única omega pura de sus lobos- los chicos asistieron temiendo lo que venían- En ese caso...la quiero a ella-
La puerta se abrió dejando pasar un leve destello de luz que se esfumó con la misma velocidad. Levantó la cabeza con tanto esfuerzo que abrir los ojos fue toda una proeza. La imagen ante ella le repugnó tanto que sintió náuseas aún más intensas que las que tenía. Sus garras comenzaron a romper la piel de los dedos mientras sus colmillos se agrandaban.Soltó un rugido utilizando toda su fuerza para llegar hasta la persona para desgarrarle la garganta. Su cuerpo comenzando la transformación, pero los grilletes oxidados alrededor de sus muñecas y tobillos le cortaron la circulación y la piel. El dolor recorrió su cuerpo como brazas de fuego cayendo de rodillas y jadeando sin fuerza.Una sonrisa triunfadora cruzó los labios del alfa que
Leoxi leía la carta que le había llegado a sus manos. Como hermano gemelo del alfa y Comandante de la manada, tenía más responsabilidades de las que quería en su vida. Su hermano tenía menos tiempo que él, así que no tenía derecho de quejarse, incluso ahora sabía que estaba planificando bien el golpe que darían a la manada gris.Se pasó la mano por su cabello alborotándolo. Estaba algo agobiado con los nuevos sucesos. ¿Qué demonios pensaban aquellos lobos con hacerle eso a una omega? Y una pura para concluir. Acaso no sabían que eran tan extraños como los lobos albinos. Con la capacidad de reproducirse en grandes cantidades, sus cuerpos eran lo suficientemente resistentes para soportar dar a luz el triple de veces que una loba normal, que solo obtenía su celo cada
Años atrás.Nicolás dejó a Alan y Noa en sus respectivos cuartos después de pasar horas intentando que se comportaran como cachorros decentes. Su padre había dado órdenes explícitas de que no quería nadie dentro de la mansión esa noche y al no poder sacarlos a ellos, los había confinado en su cuarto antes de que el sol se ocultara.Sus hermanos menores adoraban sacarlo de quicio y que los regañara, llamando su atención en todo momento. No podía negar que eran adorables cuando hacían eso y el siempre terminaba sonriendo y dándoles un beso en la coronilla de la cabeza. Tremenda niñera estaba hecha, a falta de una madre y casi de un padre, era la única persona para entregarle afecto.
Hades se alzó en toda su altura volviendo a su imagen humana. Miró a los cinco lobos ante él y asintió con la cabeza para que el líder de estos copiara su misma acción. Nicolás dudo un poco y se transformó más lentamente quedándose arrodillado en el suelo con la cabeza gacha. Mirar a los ojos a un alfa que no era de la manada era considerado una ofensa fatal y Hades podía desgarrarle la garganta con solo pensarlo.-¿Las condiciones están preparadas?--Si alfa, todos los que pudieron ser evacuados están ocultos en un lugar seguro, el antiguo beta de la reina y actual comandante, espera órdenes para empezar la revuelta--Has pensado cuidadosamente todo esto, acaso quieres ser tú
Hades soltó un sonoro jadeo. Aquella pelea se había tornado intensa. Tal vez no lo suficiente para cumplir sus expectativas pero si para sacarle el aliento. El alfa de la manada gris no era débil a pesar de su aspecto, estaba muy bien entrenado y su fuerza no era para sobrevalorar. Eso no quitaba que él llevara ventaja.Había atacado varias veces al cuello logrando arrebatarle la cadena dejándola caer en las patas de Nicolás que ahora la cuidaba con su vida, aunque en el proceso había ganado varias heridas en su pecho y patas delanteras. Ahora ambos volvían como al inicio, uno frente al otro mostrando sus colmillos cubiertos de saliva burbujeante.Nicolás retrocedió hasta donde el beta estaba, sentía la tensión en el ambiente y la presión l
César, el doctor jefe de la manada de plata revisaba a su paciente en el seño dolorosamente fruncido mientras pronunciaba maldiciones mudas de vez en vez.-¿Cómo está?- Hades se mantenía a distancia algo ansioso sin noticias desde hacía buen rato.-Ahora no alfa, déjeme terminar mi trabajo- soltó más brusco de lo que quería, desechando su ira contenida -Por favor salga-Hades solo asintió con la cabeza y salió del cuarto para encontrarse con el rostro amargado de Nicolás y Liam que a pesar de las vendas en su cuerpo había insistido en estar ahí.No se molestó por el tono de César. El lobo le llevaba casi 300 a&
Los tres hombres lo miraron exaltados.-Su condición es terrible incluso para tratarla. Por el estado de su cuerpo debe haber sido alimentada dos veces al año, su piel está llena de laceraciones, hematomas y heridas, con algunas muy infestadas, al no comer era imposible que pudiera curarse por si sola. Sus muñecas y tobillos están desgastados casi hasta el hueso y el óxido ha atacado el tejido de alrededor provocando necrosis. Sus sentidos están tan afectados que tuve que poner una solución especial sobre sus ojos para intentar dilatar su pupila y que al menos pueda ir recuperando la vista paulatinamente, pero por el momento estará casi ciega- cada palabra quitaba el color de los rostros de los lobos. En sus vidas habían escuchado tanto daño en un solo ser- Lo que más me preocupa es el estado hormonal de
Niña, era solo una niña. Hades se repetía una y otra vez mientras veía el cuerpo acostado muy diferente a la pequeña que tenía en la mente. Era verdad que había cumplido la mayoría se edad, y que ahora era madre de cinco hijos, eso no quitaba que ante los ojos de los de su raza aún era una lobezna, cuando se consideraba que un lobo era realmente adulto después de los 150, aun si la mayoría de edad era a los 50 años.Leoxi lo estaba mirando, en buen problema de habían metido. Un día era un alfa solitario, sin la esperanza de una familia y ahora tenía a 5 cachorros y casi uno a su cuidado. Su hermano tenía una mirada de que Tú querías cachorros, no te quejes.-¿Y cuál es el método?- Liam volvi&