Victoria fue muy temprano a un casillero de alquiler, allí buscó unas prendas de oro y vendió en una casa de empeño de mala muerte, cuidándose de que las cámaras no tomaran su rostro, aunque dudaba que las cámaras sirvieran. Hace mucho tiempo el demente de Luciano trató de matar a Rebeka porque había descubierto que era un mafioso, había escapado con Diego y toda su familia pensaba que estaba secuestrada. Solo Victoria y Michael sabían que las cosas no eran así, que el verdadero delincuente era Luciano. Michael le enseñó a vivir sin ser detectado, ya que Luciano los seguía a ellos, en ese tiempo fue que Victoria y Michael se habían enamorado. Victoria no podía evitar sonreír cuando recordaba esos momentos. Entre ella y Michael se había creado una alianza que terminó haciéndose una relación muy apasionante. Al principio apenas se soportaban, a ella le molestaba que él fuera tan dueño de sí mismo, que la criticara llamándola consentida presumida. Por eso ella buscab
Michael se echó a reír. Guadalupe lo veía con el ceño fruncido y Michael tuvo que poner la palma en la pared con el ataque de risa. Guadalupe cruzó los brazos molesta. —Con decir que no bastaba, no hay necesidad de reírte de mí. Michael negó con la cabeza y limpió sus ojos. —Dios mío, no recuerdo cuándo fue la última vez que reí hasta llorar. Guadalupe sonrió. —Es porque te ríes para dentro. — ¿Cómo es eso? —Preguntó Michael interesado. —Tú risa no es escandalosa como la de Diego, cuando él se ríe todo el mundo se entera, es un naco. Michael volvió a reír. —Yo no soy naco entonces… Guadalupe negó con la cabeza. —Tú eres callado, hasta para reírte. —Pero guardo las lágrimas. — ¿Y por qué no llorar? —Preguntó Guadalupe—. Orale, no hay sensación más satisfactoria que vaciar el alma con una buena ranchera, de esas que no te dejan guardar nada. Michael pasó una mano por su frente. —Igual no tengo acceso a nada desde Grecia para trabajar, b
Michael se echó a reír cuando Guadalupe estacionó frente a la casa Coppola. —Dijiste que me llevarías a un bar mexicano buenísimo y me regresas a casa, bien jugado, me engañaste como a un niño. Guadalupe sonrió mostrando los hoyuelos haciéndola ver pícara y hermosa. —No te he mentido, es que no conoces esta casona. Ambos entraron y Guadalupe atravesó el área de piscina y abrió una división que dio apertura a un salón de fiesta. Guadalupe dejó la amplia estancia con luz negra y señaló una barra enorme con ambas manos. —Bienvenido, aquí te servirás tú mismo, adelante bartender, este bar está siempre equipado para cuando Alessandro se le antoja hacer una celebración, es el mejor bar de Grecia y por suerte para nosotros lo tenemos disponible. Michael aún mantenía la sonrisa en el rostro. —Lupita —susurró mirando todo de manera apreciativa el lugar, en este momento era justo lo que necesitaba, luego la miró a ella—. Nos echamos un tequila. —Órale cuate. Michae
Victoria con el corazón a millón entró al edificio cuando una familia salió. No dijeron nada porque antes la habían visto en el edificio; subió las escaleras y al llegar al piso vio a los hombres de la seguridad de Stefan, Victoria se detuvo, no podía arriesgarse, no sabía con quién estaba la lealtad de estos hombres. Regresó lo andado dispuesta a encontrar ayuda de otra manera, al salir del edificio encontró a Adelina de frente con una bolsa del mercadito cercano. Adelina abrió los ojos como platos. — ¡Señorita Victoria! Pensé que usted estaba muerta… Victoria miró a la doña y estudió su expresión, no sabía si Adelina estaba feliz con que no hubiera muerto, después de todo Adelina podría creer que ella no era buena para su jefe aunque no estuviera aliada con Ivo. —No morí, pero no la he pasado bien. —Slashdot tampoco la ha pasado bien, pero estoy segura que estará muy contento de que esté de regreso. Victoria soltó el aliento que contenía, aliviada de confiar en
Victoria bajó del auto y había una fila de personas entregando la invitación al equipo de seguridad. «Y ahora ¿qué hago?» Victoria no podía dar media vuelta e irse, ya llamaba bastante la atención con el antifaz, un hombre la miró y sonrió. — ¿Y tú de dónde saliste? Victoria sonrió y susurró con voz ronca: —Del mar. El hombre se echó a reír y le ofreció el brazo, Victoria lo tomó. —Mucho gusto querida, soy Vecchio —dijo el hombre ofreciendo su mano—. Es un honor escoltarla, ¿dónde trabajas, muñeca? —Mucho gusto Vecchio, puedes llamarme Sirena, y me muevo en círculos muy célebres y públicos, por eso el antifaz. — ¿Algo que pueda interesarme? — ¿Qué es lo que buscas? —Preguntó Victoria improvisando sobre la marcha. —Tengo casinos discretos, me muevo en Europa, en Milán está mi sede principal. Victoria avanzó y afirmó con la cabeza, el hombre insistió. — ¿Dónde trabajas Sirena? Victoria recordó sus días como modelo profesional y las extravagante
Ivo se sintió como rata atrapada en balde, pero sabía que Victoria era su comodín. —Ronald, no quieres más problemas de los que ya tienes. —Problemas tienes tú amigo mío. —Pues es cierto que no soy ahora mismo la persona favorita de Slashdot, pero tenemos a Victoria y podemos salir airosos de esto, porque si Slashdot no te ha respondido y sacado mi cabeza de la subasta tú también estás en peligro. Ronald miró su computadora, Slashdot se había desconectado. —Estoy contigo, pero debemos comunicarnos con Slashdot —exclamó Ronald preocupado. —Llevemos a esta perra, la cambiaré por mi libertad —señaló Ivo a Victoria y una explosión hizo temblar las paredes de la oficina. — ¿Qué demonios es esto? —Gritó Ronald y sus hombres abrieron la puerta para resguardarlo y sacarlo de allí. —Estamos siendo atacados, son demasiados, debemos irnos señor. El equipo de seguridad de Ronald lo escoltó y los hombres que acompañaron a Irina empujaron a Victoria obligándola a caminar,
No es la primera vez que Victoria sentía presenciar los últimos segundos de su vida, cerró los ojos esperando el inminente final, pero entonces el hombre bajó el arma, escuchando una orden por un intercomunicador. — ¿Qué pasa? Estoy limpiando —dijo a su interlocutor y escuchó lo que le decían—. ¿Seguro se busca a una mujer rubia viva? Bueno aquí tengo varias putas que iban a escapar. Victoria lo escuchó sin atreverse a mirarlo manteniéndose en posición fetal. El hombre se alejó de ella y Victoria lo vio acercarse al vehículo, las chicas que Lina rescató y que iban atrás se quejaban de dolor y le pidieron ayuda al sujeto, pero el hombre sacó un arma pequeña y les disparó a todas. Victoria puso la mano en su boca para evitar el grito y el llanto como medida de supervivencia, entonces el hombre miró a Lina adelante. —Aquí solo tengo a una mujer con cabello rubio que no creo sea la que pidieron, solo es una puta muy golpeada, y otra que no vale la bala, está medio muerta
Victoria compró ropa a Giancarlo y lo arregló lo mejor que pudo en el baño de un restaurante. En su mente se mantenía la promesa a Lina y eso significaba buscar a Michael. Decidió no ser tan evidente, después de todo era mejor buscar a su amiga Rebeka.Victoria y Giancarlo fueron al albergue Guerreras Valquirias. Victoria pidió hablar con la persona a cargo, pero no era Rebeka, era una joven amable. — ¿Y Rebeka Larsson? —La señora Rebeka, ahora Coppola, no está, ella no se encarga de este albergue desde que se dedicó a su embarazo. Victoria pensó que en otro tiempo estaría entregada al embarazo de su amiga, la joven encargada la observa ensimismada aferrando al niño, la notaba nerviosa y no era raro atender mujeres en situaciones duras. Solo de ver los hematomas en su rostro la llevaba a pensar en abuso doméstico. — ¿Podemos ayudarte en algo? Aunque no esté Rebeka también puedo ayudarte. — ¿Ustedes podrían hacer que los servicios infantiles revisen una casa? —