Margie al escuchar los resultados dio un grito de alegría al saber que no estaba embarazada, ella comenzó a darles las gracias a Dios y a todos los santos habidos y por haber, por haberla salvado de un matrimonio que no quería en ese momento, puesto que ella si quería a su novio, solo que no estaba preparada todavía para casarse y menos para ser madre tan joven.Kelaya, que también estaba muy alegre por su amiga, pero se sintió un poco nostálgica por ella misma, porque en ese instante había pensado que, porque el de ella no había salido negativo, igual que el de su amiga.Ella se decía que por lo menos su amiga tenía a su novio para que la apoyara durante su embarazo y a criar a su hijo juntos, en cambio, a ella le tocaba criar a un niño sola, y para acabarla de rematar, ni siquiera sabía quién era el hombre con el que se había acostado esa noche.En ese momento se le escapó una solitaria lágrimas por sus mejillas y se decía así misma que disfrutara de la alegría de su amiga y dejara
Margie, después de tanto debatir en su mente en que decirle a su suegra para que se calmara un poco, se dijo: es mejor decirle la verdad y terminar con este asunto de una vez por todas. Luego ella le dijo como te cuento esto, mientras miraba a Kelaya para que la ayudara a contarle la verdad a su suegra.Kelaya, por otro lado, estaba asombrada de lo pequeño que era el mundo. Ella nunca pensó que la señora que la ayudó antes, era la madre del novio de su mejor amiga, en ese momento sintió pena por la señora, por la decepción que se iba a llevar cuando se enterara de que no iba a ser abuela todavía.Margie le dijo doña Elsa pasa que hoy con mi amiga y señalo a Kelaya, fuimos a la clínica para hacerme mi chequeo y confirmar mi embarazo para ahora si sacar cita con la obstetricia y empezar con mi control de embarazo, pero grande fue mi sorpresa al enterarme del resultado de la prueba de embarazo que me hizo el médico, la cual me dio negativa.Luego comenzó a explicar el médico, nos dijo q
Ya habían pasado dos meses desde que Kelaya se había enterado de que estaba en embarazo y ya no podía seguir posponiendo el tema de contarle sobre su embarazo a su hermana, porque ya se le comenzaba a notar la pancita y no quería seguirle guardándole ningún secreto.Kelaya estaba muy nerviosa porque no sabía cómo iba a reaccionar su hermana. Cuando se enterase de que iba a ser tía, ella empezó a decirle: "Debes de haber notado algo raro en mí", ¿cierto?Melany le respondió sí, y si no te he dicho nada es porque no quiero presionarte para que me cuentes tus cosas, pero debes de saber que sea lo que sea, yo siempre estaré contigo.Luego dijo: sea lo que sea que te estés pasando, lo vamos a superar juntas". Ella le había dicho esta última oración porque pensaba que su hermana tenía algún tipo de cáncer y por eso motivo no le había contado nada para no asustarla.Kelaya la miró, mientras le cogía una de sus manos y se la colocaba en su barriga. Melany al ver esto se asustó mucho y de inme
Había llegado el día lunes y las dos hermanas habían ido a las oficinas de la aseguradora acompañada de su abogado, al principio le estaban poniendo trabas para no pagarles su seguro por la muerte de sus padres que fueron asesinados, pero como lograron demostrarles por las investigaciones policiales que fueron asesinados por un grupo al margen de la ley y no ellas como un asesor se los había insinuado, que por estas insinuaciones se armó la de Troya por un momento en aquella oficina.Ya que Melany, que era una chica que no se podía quedar callada ante las injusticias, apenas había escuchado lo que un asesor les trato de decir, le había gritado a aquel tipo que quien en este mundo sería capaz de matar a sus propios padres por un seguro de vida, además de decirle que siquiera que se cogiera su seguro, si fuesen capaz de devolverles a sus padres con vida, todas estas palabras las dijo llorando.Kelaya solo la abrazó, mientras le decía tranquila Melany que no vinimos aquí a pelear, solo v
Alejandro desde hace tiempo había querido comprar las tierras de don Gregorio, puesto que eran buenos terrenos y quería agrandar más su hacienda, pero el señor siempre se había negado en vendérselas.En ese momento, pensó que ahora que ya no estaba sus hijos y nietos se la venderían porque además él sabía que a sus familiares no le gustaba ir al campo.Alejandro después de haber pasado unos meses hablo con Carlos, el cual era su hijo con el que tenía negocio juntos, pero este le había dicho que su padre le había heredado la hacienda a su hijo mayor, pero con la condición que si lo fuese a vender no se lo vendería a ningunos de la familia San miguel y asegurarse que quien se lo compre no se lo vendan a ustedes si más adelante desea vender, esa fue la única condición que le puso para que pudiera heredar esas tierras.Carlos le puso una de sus manos en su hombre dándole apoyo, para luego decirle: por lo que veo, mi padre, no quería que nadie de tu familia se hicieran cargo de sus predios
Por el lado de Alejandro, era el día de sus cumpleaños y desde que murió su mujer no había querido celebrar sus cumpleaños, desde ese entonces siempre había estado solo en aquel día.Pero ni el mismo, sabía por qué tenía tantas ganas de celebrar el día de hoy, tanto así que cuando lo llamo Julián para felicitarlo le había dicho que hoy quería salir a celebrar por lo grande sus cumpleaños.Julián se había sorprendido mucho al escuchar a su hermano decirle eso, puesto que desde que había muerto su cuñada a Alejandro no le gustaba ni que lo felicitaran, él miró la pantalla de su teléfono y ver que no se había equivocado al marcar, pero se dio cuenta de que en efecto estaba hablando con su hermano mayor.Él solo dijo mi hermano, déjamelo a mí que yo me encargo de que hoy sea tu mejor cumpleaños y antes de que este se arrepintiera colgó el teléfono.Julián inmediatamente después de colgar llamo a su madre y le comento lo que su hermano le había dicho y la señora muy feliz le dijo que ella
Habían pasado cinco años desde el parto de Kelaya, y esta había estado viviendo durante los últimos tres años al lado de Alejandro, ya que ella había comprado la hacienda del lado que le pertenecía al señor Gregorio, y ninguno de los dos se habían visto hasta ahora.Pero esto no duraría para siempre, puesto que Alejandro junior, con sus cinco años de edad, era un niño muy travieso y le gustaba explorar en todas partes, buscando tesoros según él.Kelaya se había convertido en una escritora de renombre y muy querida por sus lectores, aunque nadie sabía quién era ella en realidad, puesto que siempre escribía con el seudónimo de Susan.Ese día ella había madrugado y después del desayuno estaba en la parte de atrás de la casa, puesto que detrás de la casa grande pasaba un lago y ella como quería un poco de inspiración para su nuevo libro, que su editorial la estaba afanando para que escribiera una nueva historia, sin saber que su hijo se le había escapado a la niñera y estaba explorando en
Alejandro, al escuchar al niño decir esas palabras, se entristeció un poco por el pequeño, pero él no quería dejar de saber más sobre la madre del niño, le preguntó, si ya había desayunado, para que lo acompañara a desayunar.El niño lo miro y le respondió señor a esta hora y no ha desayunado todavía, mi madre me dijo que las personas que no tienen una alimentación a tiempo, se pueden enfermar muy fácilmente.Alejandro solo se reía de él mismo y no sabía por qué quería comer con este pequeño.El niño miró su reloj y dijo, oh, oh, seré hombre muerto si no me voy ahora mismo, porque de seguro que mi madre me matara y no me dejara explorar más.Pero antes de irse le dijo, señor, no se preocupe que pronto regresaré, puesto que ya terminé de explorar las tierras de mi madre y ahora seguiré con la suyas, pero tranquilo que si llego a encontrar algún tesoro le daré, un buen porcentaje por ser el dueño de las tierras.Alejandro por primera vez desde que murió su mujer se había sentido feliz y