Ya habían pasado dos meses desde que Kelaya se había enterado de que estaba en embarazo y ya no podía seguir posponiendo el tema de contarle sobre su embarazo a su hermana, porque ya se le comenzaba a notar la pancita y no quería seguirle guardándole ningún secreto.Kelaya estaba muy nerviosa porque no sabía cómo iba a reaccionar su hermana. Cuando se enterase de que iba a ser tía, ella empezó a decirle: "Debes de haber notado algo raro en mí", ¿cierto?Melany le respondió sí, y si no te he dicho nada es porque no quiero presionarte para que me cuentes tus cosas, pero debes de saber que sea lo que sea, yo siempre estaré contigo.Luego dijo: sea lo que sea que te estés pasando, lo vamos a superar juntas". Ella le había dicho esta última oración porque pensaba que su hermana tenía algún tipo de cáncer y por eso motivo no le había contado nada para no asustarla.Kelaya la miró, mientras le cogía una de sus manos y se la colocaba en su barriga. Melany al ver esto se asustó mucho y de inme
Había llegado el día lunes y las dos hermanas habían ido a las oficinas de la aseguradora acompañada de su abogado, al principio le estaban poniendo trabas para no pagarles su seguro por la muerte de sus padres que fueron asesinados, pero como lograron demostrarles por las investigaciones policiales que fueron asesinados por un grupo al margen de la ley y no ellas como un asesor se los había insinuado, que por estas insinuaciones se armó la de Troya por un momento en aquella oficina.Ya que Melany, que era una chica que no se podía quedar callada ante las injusticias, apenas había escuchado lo que un asesor les trato de decir, le había gritado a aquel tipo que quien en este mundo sería capaz de matar a sus propios padres por un seguro de vida, además de decirle que siquiera que se cogiera su seguro, si fuesen capaz de devolverles a sus padres con vida, todas estas palabras las dijo llorando.Kelaya solo la abrazó, mientras le decía tranquila Melany que no vinimos aquí a pelear, solo v
Alejandro desde hace tiempo había querido comprar las tierras de don Gregorio, puesto que eran buenos terrenos y quería agrandar más su hacienda, pero el señor siempre se había negado en vendérselas.En ese momento, pensó que ahora que ya no estaba sus hijos y nietos se la venderían porque además él sabía que a sus familiares no le gustaba ir al campo.Alejandro después de haber pasado unos meses hablo con Carlos, el cual era su hijo con el que tenía negocio juntos, pero este le había dicho que su padre le había heredado la hacienda a su hijo mayor, pero con la condición que si lo fuese a vender no se lo vendería a ningunos de la familia San miguel y asegurarse que quien se lo compre no se lo vendan a ustedes si más adelante desea vender, esa fue la única condición que le puso para que pudiera heredar esas tierras.Carlos le puso una de sus manos en su hombre dándole apoyo, para luego decirle: por lo que veo, mi padre, no quería que nadie de tu familia se hicieran cargo de sus predios
Por el lado de Alejandro, era el día de sus cumpleaños y desde que murió su mujer no había querido celebrar sus cumpleaños, desde ese entonces siempre había estado solo en aquel día.Pero ni el mismo, sabía por qué tenía tantas ganas de celebrar el día de hoy, tanto así que cuando lo llamo Julián para felicitarlo le había dicho que hoy quería salir a celebrar por lo grande sus cumpleaños.Julián se había sorprendido mucho al escuchar a su hermano decirle eso, puesto que desde que había muerto su cuñada a Alejandro no le gustaba ni que lo felicitaran, él miró la pantalla de su teléfono y ver que no se había equivocado al marcar, pero se dio cuenta de que en efecto estaba hablando con su hermano mayor.Él solo dijo mi hermano, déjamelo a mí que yo me encargo de que hoy sea tu mejor cumpleaños y antes de que este se arrepintiera colgó el teléfono.Julián inmediatamente después de colgar llamo a su madre y le comento lo que su hermano le había dicho y la señora muy feliz le dijo que ella
Habían pasado cinco años desde el parto de Kelaya, y esta había estado viviendo durante los últimos tres años al lado de Alejandro, ya que ella había comprado la hacienda del lado que le pertenecía al señor Gregorio, y ninguno de los dos se habían visto hasta ahora.Pero esto no duraría para siempre, puesto que Alejandro junior, con sus cinco años de edad, era un niño muy travieso y le gustaba explorar en todas partes, buscando tesoros según él.Kelaya se había convertido en una escritora de renombre y muy querida por sus lectores, aunque nadie sabía quién era ella en realidad, puesto que siempre escribía con el seudónimo de Susan.Ese día ella había madrugado y después del desayuno estaba en la parte de atrás de la casa, puesto que detrás de la casa grande pasaba un lago y ella como quería un poco de inspiración para su nuevo libro, que su editorial la estaba afanando para que escribiera una nueva historia, sin saber que su hijo se le había escapado a la niñera y estaba explorando en
Alejandro, al escuchar al niño decir esas palabras, se entristeció un poco por el pequeño, pero él no quería dejar de saber más sobre la madre del niño, le preguntó, si ya había desayunado, para que lo acompañara a desayunar.El niño lo miro y le respondió señor a esta hora y no ha desayunado todavía, mi madre me dijo que las personas que no tienen una alimentación a tiempo, se pueden enfermar muy fácilmente.Alejandro solo se reía de él mismo y no sabía por qué quería comer con este pequeño.El niño miró su reloj y dijo, oh, oh, seré hombre muerto si no me voy ahora mismo, porque de seguro que mi madre me matara y no me dejara explorar más.Pero antes de irse le dijo, señor, no se preocupe que pronto regresaré, puesto que ya terminé de explorar las tierras de mi madre y ahora seguiré con la suyas, pero tranquilo que si llego a encontrar algún tesoro le daré, un buen porcentaje por ser el dueño de las tierras.Alejandro por primera vez desde que murió su mujer se había sentido feliz y
Al día siguiente, el niño muy temprano se despertó y fue a la cocina a decirle a la cocinera que le diera comida, que había amanecido con mucha hambre e iba a desayunar primero que su madre.La señora no le vio nada malo en que el niño desayunara primero que la señora y le sirvió su comida, luego se fue y lo dejo solo en el comedor.El pequeño apenas se fue, la señora echó la comida en una bolsa plástica y solo se tomó el líquido que le habían servido.Una hora después bajó Kelaya las escaleras y le dijo, ¡ay!, pero qué madrugador estamos hoy, te fui a buscar en tu habitación y ya no estabas, así que hoy me ganaste.Alejandro junior la saludó y le dijo, es que hoy tengo muchas cosas que hacer que no pude terminar ayer, asi que me levante temprano y ya desayune, solo te estaba esperando para saludarte e irme a ver si hoy sí puedo terminar.Kelaya lo miró y le dijo, pero solo te doy permiso que sigas con tú exploraciones, si no te alejes mucho de los muchachos, ni de tu niñera como ayer
Por otro lado, Kelaya ese día tenía la firma de autógrafos que la editorial le había programado, aunque ella no quería ir, puesto que no le gustaban los lugares donde había mucha multitud de personas.Ella se dijo que esta vez no tenía ninguna excusa que inventar para no ir, luego se dijo: solo haz tu mejor esfuerzo, que son tus fans, los que más compran tus libros.Después de que ella se había dado un poco de ánimo, se vistió con un vestido bata verde militar largo, unas zapatillas de color blanco, unas gafas oscuras, sombreros estilo Panamá y un tapabocas, para que sus fans no la reconocieran.Ya que para ella era mejor manejar el anonimato y poder seguir con su vida lo más sencilla que se pudiera.Kevin, que era su editor, el cual se había convertido en un amigo muy cercano, tanto así que él y Margie eran los padrinos de su hijo.Este había llegado muy temprano por ella, para que Kelaya no le fuese a salir, que no podía ir porque se había presentado algún inconveniente, que siempre