Después del entierro de Paola, don Antonio le dijo a su hijo que se fuera a quedar en la mansión con ellos y así no estuviera solo con los recuerdos de su esposa.

Pero Fabián se había negado de inmediato, mientras le decía que lo único que quería hacer era estar solo recordando a su esposa, y que esperaba que eso no se lo quitaran.

Ya que esto era lo único que le quedaba de su esposa.

Don Antonio no le dijo nada más, pero tampoco estaba seguro de dejarlo solo en su casa.

Alejandro, al ver a sus padres tan preocupados por su hermano, le dijo: no se preocupen que Kelaya y yo nos quedaremos a cuidar a Fabián y les informaremos si algo malo llegue a suceder.

Ya habían pasado tres días y Fabián se iría al siguiente día junto a su suegra y su sobrino, todos estuvieron de acuerdo con esta decisión, menos doña Elsa que a lo primero no quería que se fuera a un país donde no tenía a nadie de su familia.

Pero al ver que su hijo no quiso cambiar de parecer, dijo, entonces yo también me iré a vivi