En ese momento que ambas mujeres estaban discutiendo, entró Kelaya con su hijo tomado de la mano, el cual apenas miró a Melany que estaba en la camilla, le soltó la mano a su madre y corrió hasta donde estaba ella, diciendo tía, tía, te he extrañado mucho, ya debes de recuperarte para que me ayudes a contar mis tesoros que cada vez son más.

Luego le dijo con una sonrisa feliz en su pequeño rostro, tanto así, tía, que estoy pensando nombrarte como mi asesora financiera, ya que yo solo no lo puedo contabilizar, pero tranquila tía, que te pagaré por tus servicios.

Todos los presentes se rieron al escuchar hablar al pequeño Alejandro como todo un hombre viejo. Cualquiera que lo escuchara en ese momento no creerían que estuviera hablando con un niño de tan solo seis años, más bien supondría que se trataba de las palabras de un adulto.

Melany apenas miró a su sobrino, se quiso incorporar un poco, pero fue detenida por Miguel, que estaba pendiente de que no se levantara, porque todavía no se