Después, Fabián se puso a pensar en algo y dijo: y conociendo a las mujeres como tú, mínimo ya le pediste dinero prestado a mi hermano". Cuando miró la cara que ella había puesto, se rio un poco y de inmediato dijo: —Lo sabía.

Luego la arrincono a la pared, mientras le decía, Pero no te preocupes que tu buena suerte se te acabó, ya que yo estoy aquí para hacerme cargo de la dirección de la empresa, hasta que Alejandro se mejore, así que yo de ti voy buscando como pagar esa deuda que tienes con la empresa.

Porque mañana que me presente en la oficina quiero ver tu renuncia en mi escritorio a primera hora.

Paola, solo apretó su bolso con más fuerza y no le respondió nada, ya que estaba reflexionando de dónde iba a sacar esa cantidad de dinero para pagar. Quizás le tocaría vender la casa, pero eso se demoraba mucho y si la hipotecaba también se demoraría en salir ese préstamo.

Con estos pensamientos en mente caminó lo más rápido posible, hasta llegar al estudio de Alejandro, apenas estuvo