—Tiana hola, ¿estás bien? —me apresuré a ayudarle con su bolso—. ¿Como estuvo tu día?

—Sí, estoy bien, pero muy cansada, Theo tomaré una ducha y me meteré a la cama —dijo como apenas percatándose de mi existencia, me quitó de nuevo el bolso y se dirigió a la habitación, sin darme un beso siquiera.

—¿Cómo estuvo tu día Tiana? —insití esperando algo mejor que un "bien"—. ¿Tuviste síntomas, todo bien con el embarazo?

—Ajá si, todo bien Theo.

—¿Quieres comer algo? Si estás muy cansada puedo hacerte un masaje, sabes, estaba algo preocupado, no llegaste a tiempo, y no me avisaste, pero entiendo que tenías clientes que atender, hice una de tus comidas favoritas ¿quieres que te sirva un poco?

—Ya comí, me pase la tarde entre antojos, cene con el último cliente que atendí, asuntos de trabajo, es un cliente antiguo, de los primeros, le expliqué la situación y entendió, tendré mucho que hacer los próximos días, todo está saliendo mejor de lo que imaginé estoy muy feliz por ello.

Asentí su felici