Por Ornella

Pasaron unas cuantas semanas, con Mili ya estábamos a full con la facultad.

Hubo ciertos acercamientos con él, en su oficina, y alguna vez en su casa.

Pero no pasaba nada, solo me decía que me desea.

No sé si voy a lograr que me ame…

Ese día cursamos juntas con Mili, entramos más tarde a la oficina, pero se dio la casualidad que faltó un profesor y aunque no era el horario de entrada a la oficina, llegamos más temprano que el resto de los martes.

Estábamos por tomar el ascensor y llega una Claudia furiosa.

-Mocosas, ahora, si no me mintió la otra hija de puta, le van a ver la verdadera cara al maldito de Franco.

Nos gritó.

No sabíamos de qué estaba hablando.

No sé como tiene la cara al venir nuevamente a la oficina y apenas nos vió, comenzó con los insultos de siempre, aunque pocas veces la habíamos visto tan furiosa.

Tomó el ascensor con nosotras.

No le dirigimos la palabra.

No sabíamos qué bicho le había picado.

-Cuando la peor enemiga de la secundaria y la facultad, les