Por Franco

Al día siguiente, por la tarde, Mili se estaba duchando, mi madre no estaba y le pedí a Ornella que me muestre que hacían en el caño.

Yo sabía que hacían, porque si bien Mauro miraba a la profesora, por las cámaras, yo miraba a Ornella, me babeaba por Ornella, pero quería verla en vivo.

Lo hizo con algo de timidez, en un principio, hasta que se fue soltando.

Claro que no era una profesional, pero mierda, cómo me hacía hervir la sangre.

-Nena, vamos a mi cuarto, por favor.

-Pero hoy no puedo, estoy...indispuesta.

Dice poniéndose colorada.

-Mierda y la puta que lo pario, estoy desesperado.

-No es mi culpa…

-No cielo, no te maldije a vos, sino a mi suerte, vení, que necesito algo de intimidad sin que nos interrumpan.

Así lo hicimos, ya estaba a punto de reventar, después de tantos besos y haberle tocado y lamido sus pechos.

-Ornella, besame la pija.

Ella estaba roja de vergüenza.

-Por favor, necesito aunque sea eso.

Yo estaba con mi boxer bajo, ella con las tetas al aire.

Las