El señor Nataniel bajó a la planta baja en donde está la cocina, encontró a su madre preparando un nuevo menú para el desayuno, ya que el anterior quedó inservible y todo por estar recibiendo y regañando al ingrato de su hijo.

Nataniel aprovechó para comentarle sobre el aborto, mas no le dijo nada de la realidad de ese compromiso y la chica. Le dolió el corazón ver la sonrisa de su madre, ella demuestra felicidad por esa noticia del matrimonio.

— Me da tanto gusto que hayas encontrado a alguien que te quiera a pesar de tu condición hijo, créeme que ahora si siento que ya estoy preparada para morir en paz. —dijo la señora Felicita.

— Mamá no digas eso tan horrible.

— ¿Que acaso no quiere que le vaya a hacer compañía a mi nietecito y lo cuide?

— No por ahora, todavía te quedan muchos años por vivir junto a nosotros y conocer a todos los nietos que te daremos mi hermano y yo. —Claro que Nataniel quiere tener muchos hijos, pero no con Camila, sino con el amor que espera ser correspondido