—Somos buenos amigos, sí, no puedo negar que he pasado muy buenos momentos a tu lado. Pero, nosotros no podemos pasar esa línea —dijo Lorena—. Tenemos un trato y es por esa misma razón que yo me he comportado de esta manera contigo, aunque, nunca creí que eso te hiciera confundir.
Cristian decidió apartarse de Lorena al escuchar aquellas palabras. Dejó salir un suspiro mientras seguía con su mirada posada en ella, después, desplegó una sonrisa.
—Entiendo —soltó—, no te preocupes, no volverá a ocurrir. No volveré a confundirme.
—Cristian… —Lorena se dio cuenta que le había hablado de una manera muy hiriente.
—Lorena, no te preocupes; es bueno que las cosas hayan quedado así de claras —Cristian comenzó a retroceder—. Bien… todo este tiempo lo único que quería es
Miguel retuvo la respiración por unos segundos y después se acercó a Lorena, se agachó frente a ella y trató de indagar lo que le había sucedido.—¿Qué te pasó?, ¿por qué estás llorando?Lorena cubrió su rostro con sus manos y trató de calmar su llanto, pero se le hacía imposible.—Lorena, ¿quieres que llame a tus amigas para que hablen contigo? —Miguel sabía que la joven no le soltaría ni una sola palabra, por eso intentaba ser lo más inteligente posible.Lorena se reincorporó y comenzó a negar con la cabeza.—No, por favor, no quiero que nadie me vea llorando —pidió.—Bueno, si es así… —Miguel intentó pensar rápidamente— vamos al patio, ahí nadie te verá llorar. Pero trata de calmarte o sospechar&aac
Pasó una semana desde que Lorena rechazó a Cristian. Para aquellos días estaban a final de clases de año y la graduación se acercaba apresuradamente.Esa tarde estaba bastante húmeda, para aquellas fechas solían caer las últimas lluvias del año y siempre se debía llevar a la mano un paraguas o de lo contrario, se terminaba totalmente empapado.Lorena, Marc, Sasha y Laura se encontraban sentadas en una banca fuera del instituto apreciando el panorama gris del parque.—Espero que el día de la boda de tu madre no llueva, no soportaría que se me vuelva a esponjar el cabello en un momento tan importante, me volvería loca —dijo Sasha a Laura mientras veía a lo lejos a unos niños jugando en un charco de agua.—Sí, ojalá no llueva, mi mamá quiso hacer la boda a la intemperie —soltó Laura.—&iques
Cristian comenzó a negar con su cabeza mientras veía a Lorena con rostro de decepción.—Cristian, por favor, necesito hablar contigo —suplicó la joven.El joven volteó a ver a su madre.—Déjennos solos —ordenó.La señora Julieta sabía que era imposible hacer cambiar de parecer a Cristian, por lo mismo salió de la habitación.Cristian tomó de un brazo a Lorena y la hizo entrar al cuarto y cerró la puerta.—¿Qué quieres? —preguntó Cristian bastante serio.—Es que… he estado pensando mucho lo que te dije hace una semana —confesó—. Yo… estaba demasiado confundida y… —Lorena comenzó a mover sus brazos de forma descontrolada— Cristian, yo no sé qué hacer ahora que soy consciente de los sentimientos que tienes por ti.
Lorena estaba acostada en su cama arropada con gruesas sábanas para intentar calmar los escalofríos que la azotaban en aquel momento.Su madre se sentó en la cama y tocó la frente de la joven.—Dios mío, esa fiebre nada que se le baja a esta niña —soltó preocupada—. ¡Ay, pero ¿cómo se te ocurre dejar que te cayera esa lluvia cuando sabes que con nada te enfermas?!La señora Camila entró en pánico cuando vio que la nariz de Lorena estaba goteando sangre.—¡Ay!, ¡Dios mío, esta niña se me va a morir! —gritó desesperada, comenzó a estremecer a Lorena—, ¡vamos, levántate, es mejor que te lleve a la clínica!Todo empeoró cuando se dio cuenta que Lorena no despertaba. La mujer comenzó a gritar desesperadamente y esto provocó que sus dos hijas y esposo
—No dejes que pase lo que pasó en mi matrimonio con tu madre. Nosotros nos enfocamos mucho en nuestros trabajos, pusimos muchas excusas, también nos dejamos llevar del orgullo y al final terminamos destruyendo la linda relación que un día tuvimos —el hombre desplegó una sonrisa—. ¿Sabes? Me quedé muy tranquilo cuando vi que en todo este tiempo ustedes mostraron una relación muy sana, equilibrada, donde se comportaban de una manera muy natural, sin tener que fingir que tenían una relación perfecta ni nada de eso. Trata de mantener esa esencia que tiene tu relación, cuidar a Lorena y dejar que ella también te cuide, si lo haces, verás que podrán llegar muy lejos. No la descuides, puede que ella sea la mujer que te de un gran hogar en el que serás muy feliz, y cuando eso pase, te acordarás de mis palabras..Lorena abrió lentamente sus o
—Sí… y lo que falta —soltó Lorena sonriente.—¡Ah! ¡Me hiciste recordar que te iba a dar algo! —Cristian sacó del bolsillo de su pantalón un anillo con un enorme diamante adornándolo.Lorena abrió sus ojos en gran manera al ver aquel imponente anillo que Cristian le estaba mostrando.—Cris-Cristian… —soltó.—Robert dejó este anillo en mi casa, es de una sesión de fotos y anda como loco buscándolo, me dijo que le pertenece a su madre y que lo cuidara mucho. Así que si lo pierdes te meterás en un gran problema.Lorena soltó una gran carcajada que confundió a Cristian.—¿Qué pasó? —indagó el muchacho con una leve sonrisa.—¡Juraba que me ibas a pedir matrimonio! —confesó la chica.—Ay, por favor, t
Casados por accidente:Allí estaba Lorena, frente al computador con unas enormes ojeras, a su lado una taza de café a medio tomar y de fondo se escuchaba la canción del grupo Morat “Mi suerte”.La joven dejó salir un suspiro y después estiró sus brazos mientras desplegaba una sonrisa.—¡Por fin lo terminé! —soltó.En aquel momento sonó la alarma que había puesto en su celular. Lorena voleó a su derecha donde reposaba el objeto vibrando y sonando como gallo al ver los primeros rayos de sol.—¡Mierda! —soltó la joven al tomar el celular y quitar la alarma.Rápidamente corrió a buscar su toalla en la habitación y para salir rumbo al baño. Aunque, se detuvo en seco al encontrar la puerta del baño cerrada y con seguro.Comenzó a forcejear la mane
—Bueno, ya, ya —Lorena llevó una mano a su cabello y respiró hondo—. Perdón, estoy muy estresada, no es justo de mi parte meterte en todos mis problemas. Lo siento.—Tranquila, amor, entiendo totalmente todo lo que estás pasando. Por eso te digo que sería muy bueno si te mudaras cerca de la universidad, te quitarías muchos problemas.—Sí, a mí me encantaría y sé que es una muy buena idea, pero, Cristian, yo no tengo cómo pagar un cuarto y mucho menos un apartamento.Cristian comenzó a estacionar el auto en el parqueadero de la universidad mientras meditaba en una solución para los problemas de su novia.—Podrías vivir conmigo —sugirió.Lorena dejó de tomar su jugo y clavó su mirada en sus manos al no saber cómo actuar ante semejante propuesta.—No tendrías que pag