Los siguientes días, Emma trató de no cruzarse en el camino de Ryan. Ya era bastante malo que en breve estarían viéndose y viviendo juntos todos los días por los próximos seis meses que deseaba aprovechar las horas de libertad que le restaban.—Voy a echarte de menos, mi princesa, pero sé que tienes que volar por tu cuenta y sé que lo harás bien —dijo Natasha mientras ayudaba a Emma con las maletas.—Voy a llamarte todos los días, mi cielo, te lo prometo.—Lo sé, pero no será lo mismo, cariño.—No me iré para siempre y vendré a penas el trabajo me lo permita —dijo dejando de lado las maletas para abrazar a su madre.—Quiero irme contigo, como cuando fueron a abrir la sucursal en Florida —Natasha hizo un puchero. Esta era la segunda vez que se separaba de Emma, la única diferencia es que ahora lo hacía por trabajo y no por miedo a que algo malo le sucediera.—Entonces papá seguía a cargo de todo, solamente fui para hacer acto de presencia y aunque lo niegue, fue Ryan y él quienes hicie
Jacob Fisher salió de casa de la familia Collins, como si el diablo le pisara los talones y con una furia difícil de contener. Apretó las fotos entre sus manos y subió al auto para perderse en la distancia.—¿Qué es lo que quería Jacob? —preguntó Natasha llegando al ventanal desde donde Michael miraba al hombre partir.—¿Puedes adivinarlo?—No tengo idea y no quiero especular. ¿Qué fue lo que te ha dicho y lo que tú le has dicho que le ha hecho marchar de esa manera tan abrupta? —preguntó volviendo sobre sus pasos y sentándose para esperar la explicación de su marido.—Pretendía ponerle fecha al compromiso de Emma, como si nosotros no supiéramos la clase de fichita que es Nicholas —dijo con enojo.—¿Le enseñaste las fotos? —Michael asintió.Por supuesto que Natasha Jones sabía de las fotos, entre esposos no había secretos y aunque Nat se sintió herida porque Emma no le habló sobre su ruptura, podía comprenderla. La relación entre padre e hija era única, mientras ella tenía esa conexió
Ryan quedó impresionado con la intervención de Emma, de hecho, las cosas eran así. Emma era su asistente y su aprendiz por decisión de Michael, pero eso le quitaba autoridad en algunas decisiones que podía llegar a tomar.—Me temo que es usted quien no está bien informada, señorita Collins, pero su padre fue muy claro al pedir un asistente para el señor Black —la encaró Benítez. El hombre estaba rojo por la humillación.—¿De verdad? —preguntó Emma frunciendo el ceño—. ¿Puedo ver ese listado?—Emma, por favor —pidió Ryan al darse cuenta del enfrentamiento que esto podría desatar y lo mal parada que Emma podía terminar frente a los jefes de departamento.—Pido una disculpa, señores, quiero que seamos un grupo de trabajo armonioso. No pretendo sabotear el trabajo de nadie —dijo, aunque por dentro la carcomía el enojo.—Estoy seguro de que así será señorita, puede contar con nosotros en todo momento y cuando lo necesite —aseguró el más joven. El jefe de Marketing, según pudo recordar Emma
Emma cerró los ojos y no pudo detener aquel beso. No podía frenar el deseo que sintió al probar los labios de Ryan.El gemido masculino que él dejó escapar quedó atrapado en la boca de Emma. La muchacha apretó los ojos y un sentimiento de reconocimiento se adueñó de ella.El recuerdo de aquella noche la golpeó con la fuerza de un rayo y le cortó la respiración.«Emma gimió al sentir la lengua del hombre invadir su cavidad bucal y la mano masculina aferrarse a su cintura y pegándola sin descaro a su cuerpo.Sus lenguas se enredaron en una lucha de supremacía, Emma sintió que su cuerpo ardía ante la fuerza y posesividad con la que era besada.Jamás en su vida había sentido que un solo beso tenía el poder de humedecer sus bragas como lo hacía este hombre, o ¿Era el alcohol en su sistema? Realmente a ella no le importaron las razones, quería más de esa sensación abrumadora que la consumía con la fuerza de un volcán.»Emma abrió los ojos abruptamente ante aquel fragmento que estaba rompien
—Emma…La muchacha tembló al escuchar la voz de Ryan y se sintió expuesta.—Vete, Ryan, no tienes que ver esto —le pidió. Sin embargo, él hizo caso omiso a su petición y apartó el cabello de la chica de su rostro.Ryan trató de no mirar el cuerpo de la joven que estaba en ropa interior y una vez se aseguró de que el pelo no la estorbaba, abrió la puerta que daba al cuarto de Emma y cogió una bata para cubrir su cuerpo.—Quiero pensar que esto no lo hiciste a propósito, Michael —musitó.Compartir baño no era algo que le molestaba, pero joder. Eran un hombre y una mujer. Michael debió asegurarse de que la casa por lo menos tuviese dos baños privados. Dejó de reflexionar sobre el tema y volvió al cuarto de baño.Emma tenía la mirada clavada en el espejo y sus labios temblaban en un puchero que a Ryan le pareció lindo.—¿Estás bien? —le preguntó él.—Eso creo, me he saltado el almuerzo —era una excusa, lo sabía, sin embargo, Emma no quería pensar en nada más.—Ven, vamos a cenar —le pidió
Emma miró la puerta por donde Ryan se había marchado y se preguntó lo que estaba mal con él.Ella no había dicho ninguna mentira, Steven no tenía ningún interés sentimental en ella; el muchacho se mostraba respetuoso y dedicado a su trabajo. El problema llegaba cuando Ryan aparecía en escena, y…La carcajada que salió de los labios de Emma llamó la atención de la gente que caminaba por los pasillos y al oído de cierto macho alfa que estaba ladrando órdenes a diestra y siniestras.—Señor Black, ¿le sucede algo? —preguntó Diana acercándose a él.—Nada que sea de su incumbencia, póngase a trabajar, que los días para la inauguración están contados y lo último que quiero es estar corriendo a última hora, ¡let's go to work! —le gritó a la mujer.Ryan caminó y se encerró en la sala de juntas, las cosas estaban saliéndose de control y no entendía exactamente por qué.Emma tenía razón, él no era su dueño y su matrimonio había sido el resultado de una noche de copas y de dos corazones rotos.Si
Emma miró a Ryan como si lo viera por primera vez e intercambió la mirada del rostro del hombre y la caja en sus manos.—Me iré a dormir, Ryan —dijo mientras intentaba pasar del hombre.Ryan estaba aún enojado por el asunto de Steven y la demora de Emma, pero esto era realmente importante, él no iba a morir por culpa de la maldita incertidumbre.—No lo harás hasta que no orines sobre esta jodida prueba.—¡Eres un grosero, Ryan!—Tienes de dos sopas, bonita. O lo haces por voluntad propia o te llevaré arrastras a una clínica privada —gruñó el hombre apretándole el brazo.Emma lo miró con cara de pocos amigos y le arrebató la caja.—Vas a pagarme esto —le amenazó antes de subir a su habitación para hacerse la mentada prueba.Ryan caminó a paso lento por la escalera, entró a la habitación de Emma y se sentó a esperar a que la muchacha saliera del baño.Emma miró la pequeña pieza en sus manos, ella no quería saber. Ella no estaba preparada para hacer esto en ese momento y de alguna manera
Los siguientes dos días, Emma controló a Diana de cerca. Tenía un sexto sentido que le decía que esa mujer se traía algo entre manos y el tercer día lo comprobó al llamar al servicio de Catering que habían elegido para cubrir el evento y la asistente no había llamado y la empresa se había comprometido con otro evento y no tendrían personal disponible para ellos en la fecha acordada.—Ven a mi oficina —le ordenóDiana se tomó todo el tiempo del mundo y Emma no la presionó, esperó paciente a que llegara de cualquier manera, había solicitado a la gerencia del servicio de catering que le hicieran llegar la información de no confirmación del evento.—Lamento la demora, me entretuve con el señor Black —dijo la mujer entrando sin llamar a la puerta.—Te recuerdo, Diana, que trabajas para mí, no para el señor Black y segundo: no te he dado la confianza para venir y entrar a la oficina sin llamar a la puerta, recuerda que tú como el resto son colaboradores y hay jerarquías que no debes intenta