Dos días habían pasado luego de aquella calurosa discusión, Adriana se mantenía con su orgullo intacto, mostrando que solo era un compañero de trabajo más, alguien con poca importancia. Mientras que Austin se enfocó únicamente en trabajar y no solo eso, en averiguar quien había tomado esas fotografías, quién las había publicado, quién tenía tanto interés en hacer que existiera una discusión entre ellos dos y que su matrimonio . Él tenía un sospechoso y sin duda alguna era Mike. Al menos mientras lograba dar con su paradero, bueno con las pruebas para poder atacar de una mejor manera, y hacer que todo fuera más llevadero por su pequeña bromita ahora parecía estar en una cárcel… él bufó y se puso de pie, no pensó que casarse fuera terrible y que estuviera sofocado en especial en un matrimonio en donde ella tuviera el control. La relación con Adriana era bastante tensa, no se dirigían la palabra a menos de que fuera algo necesario y si antes él parecía solo un títere que se dejaba mani
Austin levantó a Adriana en sus brazos, ella estaba completamente fría mientras sudaba sin parar. Él la ubicó en la cama tenía sentimientos encontrados por ella, la odiaba por su forma tan particular de ser, por esa manera de tratarlo pero al mismo tiempo… todo era tan confuso, todo era realmente inestable en su cabeza en estos momentos. Él tomó su teléfono y llamó a un médico, ella estaba temblando. ¿Qué había pasado exactamente? —No —ella mencionó con los ojos cerrados, mientras que su cuerpo se movía inquietantemente—. No quiero que me golpees más… por favor no lo hagas más. Él arrugó su entrecejo. Ella estaba teniendo pesadillas, pesadillas muy fuertes. Y no había que ser adivino para saber quien era el responsable de estas. A pesar de no saber qué hacer, de nunca haber tenido que ver a alguien así, Austin comenzó a pasar una toalla por su frente intentando detener lo que fuera que estuviera pasando. No pudo evitar seguir escuchando sus palabras de delirio, se sintió impoten
Adriana se separa de él cuando siente que su corazón comienza a latir con rapidez. El aliento cálido de Austin había hecho que ella sintiera en su pecho un gran nudo. Él estaba tan cerca que no la dejaba pensar con claridad. Ella pone la mano en su pecho evitando que el beso prosiga, evitando que lo que sea que esté pasando continúe. —Estoy muy cansada, me duele el cuerpo, necesito dormir… y no quiero compañía. —Está bien, lo único que importa es que reaccionaste, que estás bien… estaba preocupado. —Ella movió su mirada, ese contacto la estaba quemando. —Hagámoslo juntos, no puedo nadar contra la corriente yo sola. Con esto solo me queda claro que alguien se está infiltrando en esta casa, alguien está dando dos pasos mientras que yo solo doy uno. Austin sonrió internamente, él no estaba mintiendo cuando decía que no quería ser su príncipe o algo por el estilo, un héroe o algo así para ella, lo único que quería era protegerla. Tal como lo pidió ella, Austin salió de la habitació
Austin se sentó, tenía una sonrisa tonta en sus labios y es que se había dado cuenta que la había puesto nerviosa, él había hecho que ella estuviera nerviosa y eso desataba algunas cosas que aún no tenían nombre. Estar cerca de ella definitivamente lo estaba enloqueciendo. El querer ser parte de su vida sin pensar en las consecuencias que eso traería, era algo que se estaba volviendo más fuerte en él sin poder evitarlo.Él comenzó a revisar la información que Mike le había dado sobre las exportaciones que estaban haciendo ambos, la cantidad de dinero que le estaba ingresando ahora le he dejado claro que Mike no tenía negocios limpios de nada. Y al menos por el momento, eso no le molestaba para nada… sacarle una gran cantidad de dinero a Mike, definitivamente sonaba muy bien, al menos le sacaría bastante dinero y con eso recuperaba, no solo lo quería invertido sino que también le daría una lección. Él se asomó a la ventana notando el revuelo que había afuera, no pudo evitar sentir u
Mike soltó a Adriana y de inmediato ella comenzó a toser. Él limpió su mano contra su pantalón y luego la miró fijamente. —Toda esta mierda que te estás inventando para mí no tiene validez, mis alcances ahora son más altos de lo que imaginas. Él tomó aquel sobre y lo rompió lanzándolo al suelo. —Tú aquí no me pones condiciones, que no se te olvide quien eres… puede que te haya aborrecido en el pasado por lo simple que eras, pero ahora las cosas pueden ser diferentes y si yo quiero que seas mía te aseguro que lo vas a ser. Soy tu dueño y no caigo en tus malditos juegos. Esto es una advertencia Adriana, sigues siendo débil ante mí, no vas a poder conmigo, pero te lo puedo poner más fácil… no olvides que fuiste y seguirá siendo mi mujer.Él salió de allí completamente molesto, Adriana se dejó caer sobre una silla con sus ojos completamente cristalinos, en algo tenía razón él y es que seguía siendo más fuerte físicamente, él podría aplastarla tan fácil que eso definitivamente le asust
Austin se desconoció, nunca había sentido tanta rabia contra alguien. Soltó con fuerza a Mike y le dio una mirada cargada de advertencia y salió de allí. Frente a la oficina de Adriana él se ubicó mientras observaba como ella salía de allí y su cuello esta vez estaba cubierto. La confusión en su cabeza era tanta que no podía descifrar exactamente lo que estaba sintiendo, nunca él se había comportado de esta manera de una forma tan indecisa e impulsiva. Pensar que Mike podía hacerle daño a ella y que ella quería solucionar todo sola, lo hacía sentir impotente. Quería ir detrás de ella, quería protegerla. Había sufrido mucho, y al menos por un momento él quería sanar eso que no dañó. Él le dio una mirada más a la oficina de Mike mientras esperaba que esa advertencia hubiese sido suficiente para que comprendiera que no debía meterse con Adriana de nuevo. Entre tanto, Adriana se sentó esperando que su invitado llegara. De camino al restaurante no podía dejar de pensar lo minúscula qu
Adriana corría sin detenerse, sus piernas ya no tenían fuerza. Ella buscaba la manera de no mirar para atrás, porque sabía que ellos estaban por llegar… que él estaba por llegar. Su corazón latía a mil por horas, el miedo recorría todo su cuerpo.De nuevo sus piernas flaquearon y Adriana cayó al suelo, cuestionarse si seguir luchando por salvarse era importante o no, era algo que en esos momentos no pasaba por la cabeza de Adriana. Lo único que podía pasar una y otra vez en su cabeza, era la imagen de su esposo, del hombre que en el altar le juró amor verdadero una y otra vez. El dolor físico se mezclaba perfectamente con el dolor en su corazón.Ella solía ser fuerte, solía enfrentar las cosas con valentía, sin embargo, hoy se dio cuenta que no era así, solo era una mentira, nunca fue valiente, nunca fue fuerte. Adriana se estrelló con una realidad que nunca quiso imaginar. Ella ocultó su cuerpo al lado de un gran muro, no era difícil poder ocultarse en este lugar tan grande. No era
Dos años después Austin se sienta y levanta su copa, celebra una vez más haber cerrado un importante negocio. Las personas a su alrededor lo felicitaban, un hombre como él: joven, apuesto y bastante inteligente, era un completo éxito en los negocios. Desde que su padre lo dejó a cargo de su empresa hace un poco más de un año, todo da resultado a la maravilla. —Hoy quiero felicitar a mi hijo, me siento muy orgulloso de todo lo que ha hecho en la empresa —menciona el hombre—. Quiero felicitarlo especialmente por esta nueva sociedad. Algunos aplausos resuenan en el lugar, Austin levanta de nuevo su copa de manera modesta y observa a todos los trabajadores de su padre, y no solo a ellos sino también a sus nuevos socios. —Todo esto no hubiese sido posible si no hubiera sido por ti padre, te aseguro que daré lo mejor de mí y a usted señor Johnson le aseguro que no se arrepentirá de haber depositado su confianza en nosotros… en mí —Austin comenta con arrogancia. Mike Johnson choca la