AbigailMéxico ha llegado a su fin. Debo aceptar que aunque no fueron más de tres días lo disfruté y la pasé de maravilla. Luego de la playa visité la ciudad y compré recuerdos para mamá y Melissa, incluso le traje algo a la abuela Dimas, además debo resaltar que Christopher no volvió a tener un solo arranque de rabia, de hecho se portó como todo un… esposo.Ahora nos encontramos nuevamente en la fría y familiar Londres. Con los señores Rodriguez todo quedó arreglado, los papeles van a terminar de legalizarse y cuando eso pase Christopher iniciará todo el proceso de restauración, promoción y publicidad de la renovación del hotel.Eso ha tenido a Christopher moviendose de un lado a otro mientras habla por celular, primero con su amigo James quien me dijo es también su abogado y luego con otro montón de personas que vendrían siendo los contratistas para el trabajo.Yo, por mi parte, no me he levantado de la cama, su cama para ser más exactos, desde que llegamos. El vuelo me revolvió
ChristopherLas cosas con Abigail se han enfriado. Por un momento pensé que todo el tema del matrimonio no era tan malo, lo estaba disfrutando, ella resultó ser muy distinta a lo creía y joder, me gusta. Me gusta de verdad y tuve el valor de decírselo.Pero nada de eso va a hacer que cambie de parecer respecto a los hijos. Mi adolescencia fue una mierda después del diagnóstico. No hice más amigos que James e incluso en la familia temían acercarse demasiado a mi. No quiero exponer a nadie más a eso.Siento que tocan mi puerta de la oficina y ya se de quien se trata.—Adelante.Nada más hablar la puerta se abre y James entra en la oficina, seguido de Noha el contador de confianza.—Pensé que tendría el placer de ver por aquí a la señora Dimas— dice el cabrón en cuanto me ve y me siento tentado a lanzarle la engrapadora.—Cierra la boca— le digo, antes de llevar mi mirada hacia Noha— ¿Averiguaste lo que te pedí?El joven, pues no puede tener más de 27 años, se acerca hasta mí y me tiend
AbigailEn el momento en que Mel abre la puerta me lanzo a sus brazos sin poder contener el sollozo que sale de mi.—Oh por Dios, cariño ¿Qué ha pasado?—Ante sus palabras solo puedo aferrarme con mucha más fuerza a su cuerpo.Sé que probablemente estoy siendo patética en estos momentos, pero no puedo contenerme, las hormonas, la situación y mis sentimientos me tienen totalmente desequilibrada.—Chris…—¿Te ha hecho algo? —Mel me interrumpe y con una fuerza impresionante separa mi cuerpo del suyo para verme a los ojos— Abigail, si ese hombre te ha hecho algo tiene que decirmelo.Siento como mi labio inferior tiembla, al tiempo que niego con la cabeza hacia ella.—No… es que yo… Yo creo que me he enamorado de él, Mel.Mi amiga abre mucho los ojos al escucharme y eso solo hace que más lágrimas salgan de mi. Estoy jodida, pensé que podía controlar mis sentimientos, pero escucharlo decir que me extraña… Eso traspasó cualquier barrera que yo hubiera querido poner.—Oh cariño, ven aquí.Mel
AbigailDecir que estoy nerviosa sería quedarse corto. Hoy, finalmente, voy a hablar con Steven sobre el aborto que quiero fingir. Él luego de que yo le soltara aquella bomba por llamada se quedó sin palabras.Luego me dijo que estaba fuera de la ciudad, pero que apenas regresara nos encontraríamos para que yo le explicara bien la situación y lo entiendo. Nadie que no te conozca lo suficiente va a ayudarte en algo como eso de buenas a primeras.Hoy finalmente él ha regresado así que estoy esperandolo. Veo su silueta antes de que él me vea por lo que levanto una mano para llamar su atención. Estoy sentada en una cafetería cerca de la clínica en la que él trabaja, me pareció lo más conveniente para ambos.—Abigail, ¿Cómo estás?— dice, cuando llega hasta mí, dejando un beso en mi mejilla— Quedé muy preocupado luego de tu llamada.Bueno parece que él va directo al grano.—Hola, Steven. Lamento haberte preocupado y entiendo si no puedes ayudarme, pero…—No, no he dicho que no pueda, es sol
ChristopherLas cosas no salieron tal cuál como esperaba. Al menos no al final.Hoy aproveché que Abigail salió de casa para encontrarse con su amiga y cité al imbécil de su ex en la casa, en un principio pensé que iba a costarme convencerlo, teniendo en cuenta los altercados que hemos tenido.Sin embargo, solo bastó con que le dijera que quería invertir y ser parte de sus negocios para que el idiota accediera a venir.—Señor Dimas, debo admitir que su petición me ha sorprendido— dice el imbécil entrando a mi casa.En su rostro se puede ver la soberbia y la confianza de aquel que se siente ganador, eso hace que una media sonrisa se forme en mis labios. Este pobre idiota no tiene ni idea de lo que le espera.—Me imagino, pero me he tomado el tiempo de investigar un poco y creo que podemos dejar de pelearnos y mejor sacar provecho de la situación.Noto como su sonrisa crece mucho más al escucharme y su mirada se vuelve hambrienta.—Por supuesto, eso es justo lo que yo he pensado siempre
AbigailYa amaneció y yo sigo acostada en la cama de Christopher. Continúo desnuda y medio somnolienta y cansada después del maratón de sexo que tuvimos toda la noche.Dios, sé que debo dejar de caer de esta manera por él, en especial si tengo pensado irme, pero es que no puedo evitarlo. Él… me encanta, realmente lo hace y no puedo alejarme tan fácil, mucho menos cuando hace cosas como la que hizo.Luego de que me mostrara la grabación, lo vi llamar a un detective que al parecer lo está ayudando con el caso, este apareció 15 minutos después en la casa y nos hizo preguntas sobre mi ex antes de llevarse la grabación y prometernos tenernos al tanto.Dejo salir un suspiro somnoliente y de inmediato siento como su brazo se posa sobre mi cintura y tira de mi cuerpo hasta girarme y tenerme pegada a su torso desnudo.—Buenos días, llorona.Dios, casi quiero derretirme. Él recién levantado se ve impresionante. Su cabello está despeinado haciéndolo ver muy sexy, sus ojos oscuros brillan con in
AbigailCuando salimos de la comisaría tengo una idea loca rondando en mi cabeza. Idea que no me va a dejar en paz hasta que no la diga en voz alta—Chris—lo llamo y él voltea momentáneamente a verme mientras maneja. Desde que volvió a caminar ha estado manejando por su cuenta.—¿Qué sucede, llorona?Pienso muy bien la mejor manera de decirle lo que tengo en mente, pero al final termino simplemente dejándolo salir.—Quiero ir a la empresa.— le digo y veo como él frunce el ceño.—Hacia allá vamos…—No, no a esa— lo interrumpo y juego nerviosa con mis manos— Quiero ir a la que era mi empresa.El silencio se apodera del auto por algunos segundos que se me hacen eternos, antes de que Christopher reduzca la velocidad del auto y termine parqueando a un lado de la acera.—¿Por qué? —Me pregunta y me alivia ver que se está tomando las cosas con calma.—Yo sé que puede parecer una locura— empiezo a decirle— pero me gustaría hablar con los que eran los empleados de confianza de mi padre, tal v
ChristopherLas cosas se han calmado entre Abigail y yo. Ya han pasado dos días desde que su ex fue detenido por evasión de impuestos y que ella se reunió con los antiguos trabajadores de su padre.Sin embargo, me puedo dar cuenta que hay algo que la tiene inquieta. Hay algo en la manera en que ella me mira, que la hace lucir pensativa y triste y lo cierto es que no me gusta para nada esa mirada.La misma que tiene justo ahora mientras tomamos el desayuno, antes de ir a la empresa.—No sabía que desearas tanto tener un hijo mío— digo, sin poder contenerme.Veo como el cubierto de Abigail quedó a medio llevar hacia su boca, mientras que su rostro se gira con rapidez hacia mi.—¿A qué te refieres?—su pregunta es cautelosa y nerviosa, lo que me confirma que estoy en lo cierto.—Puedo notarlo, llorona— le digo— Sigues dándole vueltas a la discusión que tuvimos sobre los hijos.Ante mis palabras veo como ella aprieta con fuerza el cubierto y desvía la mirada por unos segundos antes de volv