Al día siguiente, el amanecer trajo consigo una tranquilidad aparente a la mansión Blackwood. Sin embargo, para Isabella, la noche pasada seguía grabada en su mente como un fuego que no podía extinguir. Mientras se arreglaba para el desayuno, su mente volvía una y otra vez al jardín y a las imágenes que había presenciado. No solo la habían sorprendido, sino que también habían despertado un cúmulo de emociones difíciles de contener. ¡Necesitaba respuestas!Tras encontrar a Rebeca en el salón principal, Isabella decidió no esperar más. Se acercó con pasos firmes y una mirada cargada de determinación. —Rebeca. —comenzó Isabella con un tono determinante deteniéndose frente a ella. —¡Tenemos que hablar!Rebeca alzó la vista dejando su copa de vino sobre la mesa, con una sonrisa tranquila, pero sabiendo que se avecinaba algo interesante. —Claro, Isabella. ¿Qué sucede? —preguntó con tono despreocupado, aunque sus ojos brillaban con un destello juguetón. —Anoche... —Isabella dudó por un mome
La noche del encuentro entre Nathaniel e Isabella llegó más rápido de lo que cualquiera de los dos hubiera esperado. La mansión Gray se hallaba en un silencio sepulcral cuando Isabella cruzó sus puertas, escoltada por un mayordomo que la condujo hasta un lujoso salón iluminado por un candelabro de cristal. La joven, vestida con un elegante vestido de seda azul, miró a su alrededor con una mezcla de emoción y nerviosismo. Estaba a punto de estar a solas con el hombre que había ocupado sus pensamientos durante tanto tiempo.Nathaniel la esperaba de pie, con la postura firme y la expresión inescrutable. Vestía un traje blanco, impecable, y su porte exudaba una autoridad natural que hacía que cualquiera a su alrededor se sintiera diminuto.Cuando Isabella se acercó, él inclinó levemente la cabeza en señal de cortesía, aunque su incomodidad era evidente. —Señorita Isabella. —dijo con voz profunda. —Me alegra verla.Ella sonrió con dulzura, aunque en su interior luchaba contra el torbellino
Luego de los acontecimientos entre Nathaniel e Isabella, existía la preocupación en Nathaniel en cuanto a Amadeus. Los socios cercanos a la familia Gray no se encontraban seguros y confiados que mejorarían los negocios si Amadeus continuaba dirigiéndose hacia ellos de manera violenta y con su poder interior con el que adquiría cada uno de los bancos de la ciudad.No encontrando otra alternativa, Nathaniel llegó a la sede principal del banco Blackwood con paso firme y decidido. Había solicitado aquella reunión con Amadeus días atrás, y su paciencia ya estaba agotándose. Sabía que el rumbo que había tomado Amadeus en los negocios no solo era peligroso, sino que también comprometía la estabilidad de sus relaciones con otros empresarios influyentes. Sin embargo, su intención era darle la oportunidad de explicarse antes de tomar cualquier decisión drástica.Cuando entró a la imponente oficina del CEO, Amadeus estaba de pie junto a una de las enormes ventanas que daban vista a la ciudad. Su
La mansión de los Morgan brillaba con la opulencia de una familia de linaje respetable. Grandes columnas de mármol y obsidiana sostenían los altos techos, mientras las lámparas doradas iluminaban los pasillos adornados con diamantes y cuadros al óleo.En uno de los salones se encontraba Elena Morgan, hija única de la familia y heredera de una de las fortunas más envidiadas en Holanda. Se encontraba de pie junto a su madre, la matriarca de la familia. Discutiendo en voz baja. —Madre, ¡no puedo casarme con ese hombre! —mencionaba Elena con determinación, aunque su madre no compartía su decisión—¡Lo sabes tan bien como yo! Elena, este matrimonio es crucial para el futuro de nuestra familia y nuestra empresa —respondió con frialdad y sin mostrar amor por su hija.Elena suspiró, resignada a su destino. Sabía que su madre tenía razón, pero eso no hacía que la idea de casarse por conveniencia fuera más fácil de aceptar. Su esposo un Alpha joven, de familia de renombre, pero con sangre de lo
Amadeus se encontraba extasiado tras observar el cuerpo de quien al día siguiente se convertiría en su esposa, pero que esa noche era la perfecta para engendrar un heredero, según sus deseos y pensamientos. Elena sentía nerviosismo tras pensar que Amadeus podría percatarse que ella se encontraba encinta y nadie más que ella lo sabía.—¿Podríamos esperar a que nuestra boda sea un hecho? Considero que es lo correcto. —exclamó Elena mientras Amadeus admiraba su cuerpo desnudo y lleno de lujuria por desposar a la joven Elena Morgan.Amadeus no dejó de anhelar con miradas de pasión, deseando acostarse con Elena, pero entonces surgió la duda en su mente y preguntó con incertidumbre mientras se acercaba más a la doncella. —¿Porque no lo consideras ahora? ¿Acaso escondes algo? Aun así, nos casemos mañana, desde hoy eres mi mujer y te deseo ahora mismo.Elena se sintió aún más atemorizada, sabiendo que Amadeus era un Alpha dominante y sus deseos eran más que órdenes para cualquiera. Entonces e
El banquete llegó a su final y los nuevos esposos se retiraron del lugar. El vuelo hacia el lugar reservado para la pareja se encontraba preparado para despegar, entonces Amadeus preguntó a su esposa Elena. —¿Quién era ese hombre con el que conversabas en la mesa? Siento un extraño comportamiento en tu piel tras esa conversación.Elena imaginó en ese momento que Isabella le comentó a Amadeus sobre esa conversación que no alcanzó a descubrir con Liam Evans. —¡Se acercó para felicitarme y también deseaba felicitarte! Es un trabajador del banco y por lo tanto se encontraba como invitado. —respondió Elena mientras se acomodaba el vestido que Isabella le entregó como regalo de boda.Un mes después… —¿Cuál es el motivo de la reunión? —preguntó Isabella, siempre conservaba la distancia y la incredulidad hacia Elena. Amadeus con un tono de voz más calmado a como acostumbraba a tratar a las demás personas sin importar que se tratara de su familia. Comentó. —Últimamente he visto como despreci
Liam se quedó sorprendido ante la declaración de Elena. La situación que proponía ella en ese momento no era lo que esperaba Liam. Sin embargo, Liam sabía que esa no era la opción más apropiada.Elena observó la impresión que causó su respuesta. —¿Porque te sorprendes con mi idea? ¿Acaso no es la mejor manera para acabar con los Blackwood?Liam la tomó entre sus brazos y exclamó. —¡Es la peor idea que se te ha ocurrido! Sinceramente no considero que eso sea factible. Amadeus no permitirá que su esposa embarazada se convierta en una igual. ¿Acaso has olvidado que Amadeus te eligió por ser humana?Elena sonrió levemente y respondió ante la pregunta de Liam. —Amadeus me eligió por el hecho que era la única heredera de mi familia y siempre buscó la manera de destruir a mi familia.Liam no contaba con mucho tiempo a lado de Elena en la habitación matrimonial de Amadeus, por lo que no prolongó la conversación y se limitó a responder la declaración de Elena antes de marcharse. —Solo te ruego
Amadeus se sentía débil e indefenso ante Elena, sus sentimientos lo estaban trastornando y transformándolo en un hombre dócil ante la belleza y el amor que repentinamente sentía por Elena. Por su parte Liam descubrió que el CEO Blackwood cedía y era fácil de manipular, pensando de inmediato la manera en la cual podría afianzarse de la fortuna Blackwood con la ayuda de Elena.Amadeus con un temor inexplicable en su interior le mencionó a su esposa antes que ella se marchara. —Me comunicaré con tu padre y nos reuniremos para realizar los trámites para el cierre de sus acciones en mi poder, espero que eso sea suficiente para ti Elena.Elena satisfecha tras las palabras de su esposo, se apresuró a responder. —Es lo que necesito para que nuestro matrimonio deje de ser un simple compromiso y se convierta en un verdadero hogar. ¿No lo crees?Amadeus parecía estar ahora a merced de Elena, por lo que susurró al oído de su esposa tras acercarse y anhelar un beso de sus labios. —¿Qué has hecho p