Matías IvanovichEstos días había tratado de retomar nuevamente mi posición, después de un año había sido bastante complicado, había tenido reuniones con personas nuevas que no me conocían a mí pero que me felicitaban por acciones que yo no había hecho.Tenía que admitir que muchas veces sus palabras me bajaban el ego." Me alegra de comenzar a tomar mejores decisiones""Tu esposa nos comentó que estabas algo enfermo y por eso era que venía ella y que aún así bueno seguías al mando""Me pregunté que la mandaras a ella aún así supo cómo desenvolverse fácilmente tienes que ambiente"No había parado de escuchar al lago sobre ella de lo bien que lo había hecho o más bien lo bien que lo había hecho yo.En estos días había vigilado todo lo que ella me había dicho que había hecho quería ver cada detalle quería ver cómo mejorar incluso más lo que ella había hecho quería decir que lo estaba haciendo por el beneficio de la mafia que quería que la mafia fuese un mejor. de lo que yo era pero ment
Matías Ivanovich— ¡lárguense todos de mi oficina!— grité fuera de control.Pude ver como Gustavo me miraba sorprendido y aún así hacía que llegaban de mi oficina sabías que había perdido el control delante de las personas equivocadas Pero había estado todo este maldito tiempo aguantándome el hecho de que no me respetaran como me respetaban antes.Todo era su culpa.Todo era culpa de ella.Furioso caminé por la sala para dirigirme hacia las escaleras la subí y llegué directamente a la habitación.Ahí estaba mi esposa sentada en la cama leyendo un libro.— Matias— ella se sorprendió al verme entrar a la habitación— ¿Qué mierda fue lo que hiciste Alaia?!— GriteElla se levantó de la cama para acercarse un poco a mí pero yo solamente me alejé de ella furioso realmente no sabía de que era capaz en este momento así que solo me alejé.— ¿Qué te pasa Mathias?— Pregunto — ¿Te sientes mal? ¿Quieres ir al hospital?— ¿Que me pasa? — Rei — arruinaste todo mi maldito trabajo de 7 años— ¿Qué? ¿P
Alaia Miller IvanovichLimpia mis lágrimas un par de veces tratando de que el chófer no lo notará, me sentí como la estúpida más grande de este mundo, después de todo lo que había tenido que hacer, después de todo lo que había tenido que esforzarme para poder mantener esto. a flote sin saber nada.Pensé que el despertaría el...Esa fue mi problema pensar que él estaría agradecido los hombres en este mundo no quieren una mujer que pueda ser mucho más fuerte que ellos y que pueda hacer lo mismo que ellos y aún mejor quieren una mujer que esté siempre por debajo de ellos que depende de ellos todo el tiempo resulta que cuando era así era lo mejor que le había podido pasar en la vida y ahora que cambié solo un poco para hacer lo mismo que él mientras él no podía ahora todo es mi culpa solo hizo las cosas bien.Al llegar al edificio que había comprado fui directo al apartamento que era mío los guardaespaldas venían detrás de mí ayudándome con los niños y la maleta yo solamente caminaba como
Alaia Miller IvanovichHabía pasado el día completo aquí en casa en mi nueva casa al menos la que sería mía por un día, había mandado a los chicos por un vestido para mí habían mandado al lugar de siempre en donde estaba la mujer que escogía cada cosa que me pondría para cada evento no había duda que esa mujer tenía una foto espectacular y era la única a la que le confiaba mi ropa no había duda que ya no quedaba ni la cuarta parte de la persona que fui a hacer un par de años pero debo decir que no extraño esa vida no extraño lo que fui me extraño como era tratada.Los chicos habían llegado a mí con un vestido sumamente hermoso, accesorios y tacones y aquí estaba yo vistiéndome para el momento tenía que estar lista en menos de una hora ya que quería llegar a tiempo tenía que arreglar a los niños arreglar la maleta bueno la maleta estaba casi hecha había desarmado un par de cosas que eran para los bebés pero de resto estaba casi todo igual quería llamar a mi familia a papá a Sara dicién
Alaia Miller MontenegroMatías se acercó a saludarme besó mis labios y yo pude sentir aquella chispa Pero él se veía bastante incómodo.Acaso él ya no me amaba y solamente yo me había quedado amando a lo que pensé que éramos.Estaba claro que él ya no nos veía como antes mientras que yo seguía viendo ese hombre maravilloso que me consentía y me amaba cada día, aquel hombre que se había quedado en Estados Unidos seguramente.— si me permiten robarme a mi señora esposa por unos minutos— Matías tomó mi mano y me llevó algo alejado de las personas con la que hablábamos hace unos segundos— ¿Qué haces aquí Alaia? ¿Dónde están nuestros hijos?— están siendo bien cuidadosQuisiera decir que esos ojos verdes me miraban con amor pero no realmente no podía descifrar con que me veía con odio quizás con rencor con fastidio, quizás todo eso pero no había ni una pizca de amor en aquellos ojos en aquella mirada que me estaba dedicando.— ¿Por qué viniste? Tu deberás quedarte con ellosEste hombre mac
Alaia Miller IvanovichDos meses despuésHabían pasado dos meses desde que había regresado a Estados Unidos no sé si decir que para mi buena suerte o para mi mala suerte pero no supe más de Matías, de Juan Luis... Ni de mi familia.Gustavo yo habíamos quedado que si sucedió alguna emergencia o necesitaba algo que fuera extremadamente importante, que no podía resolver yo lo llamara como nada de eso había pasado en estos dos meses tampoco había tenido comunicación con él.Tenía una vida algo sola, solamente tenía a los niños y Cristi, al llegar a Estados Unidos retomé la empresa que eran de los débiles ya que todos estaba mi nombre y que desde Rusia lo había estado manejando aquí tomé la presidencia presencial al menos yo hice. cargo de lo que era mío.Fue bastante fácil entrar puesto que ya la mayoría me conoció comenzó a trabajar con ellos desde cero y estos dos meses me he ido muy bien la empresa poco a poco ha estado subiendo nuevamente, he trabajado tanto que hasta he tenido que ha
Matías IvanovichDos meses antes—¿Ella lo busca?— No señor hemos notado que él la está vigilando a ella y la última vez se apareció en un restaurante en el que estaba con los niños no sé por qué razón ella no actuó pero vi que hablaron por un rato esos guardaespaldas no me dijeron absolutamente nada pero yo lo estoy vigilando a él y pude notar que él la está vigilando a ella.— ¿Qué? ¿Cómo que lo estás vigilando A él Gustavo? ¿Desde cuándo?— desde que la señora lo ordenó ella nos dio su rostro lo buscamos por la base del FBI y del interpol que nos ayudó con unos contactos que ella hizo este año y logramos dar con él así que le colocamos a alguien para que lo vigilara y ayer me tocó vigilarlo a mí y hoy tambiénY este tipo de cosas era la que realmente me hacían enfurecer.Ahora resulta que hacian cosas a mis espaldas.Y todo el remordimiento que acababa de sentir pero como había Alaia se acababa de esfumar.— ¿Por qué no me dijiste nada Gustavo? ¿Desde cuándo eres un empleado de el
Matías IvanovichEstaba a punto de salir de casa para ir en busca de mi esposa cuando Gustavo entró.— ¿Qué sucede?— Le preguntó— se ha obtenido información sobre Juan Luis— me dijo doble los ojos, este desgraciado es el que me había hecho todo más difícil— señor creo que ahora está vigilando a su esposa tenemos que ella realmente pueda estar en peligro¿Qué?— Traela aquí entonces ¿Qué es lo que está esperando?— No señor queremos decirle que ni siquiera la seguridad de su casa y de estos hombres aún con la lealtad que le tienen van a poder protegerla— Fruncí el ceño ¿Qué está diciendo con eso?— ¿Por qué?— temo que el señor se volvió a conectar aquí en Rusia tiene aliados fuertes y no sé cómo tomarán el hecho de que fue la señora quien lideró todo este tiempo no creo que lo tomen muy bien.La invitaciónClaroSeguro es ahí donde quieren hacerle daño y ahora que creen que estoy débil.¡Mierda!Sabía que no todo podía ser tan perfecto.— sácala del país ahora, mándala a Estados Unid