Capitulo 06

Salí del apartamento para dirigirme a mi trabajo, me subí al auto y maneje directamente a la oficina, al llegar estacione y subí al ascensor y al llegar a mi piso habían dos personas en la puerta de mi oficina.

Mi madre ya había hecho de las suyas

Bufé.

¿Esto era en serio?

Sabía que no iba a dejarme pasar el hecho de que le haya pegado a su pequeña hija.

— Alaia— Mire a mi jefe quien caminaba hacia mi — Lo siento mucho pero estás despedida

— ¿Por qué? — Pregunté quería saber cuáles iban a hacer las patéticas razón por las cuales el me iba a despedir, sabía lo bien que yo hacía mi trabajo así que no tenían ninguna excusa lo suficientemente buena.

—Alaia...

Con eso quiere decirme que lo obligaron.

— Sabes que puedo exigirte porque lo haces, esto es despido injustificado— Le dije.— Ni siquiera eres capaz de darme una razón.

Estaba cansada de dejarme, estaba jodidamente cansada de todo esto.

— No importa lo que quieras hacer Alaia despedida estás— Un hombre trajo mis cosas en una caja — Lo siento mucho, recuerdos humanos te mandara tu liquidación— Dicho eso se alejo.

Imbécil.

Salí de aquel lugar, subí mis cosas en el auto.

Ahora necesito un trabajo, de verdad no puedo creer que mi madre haya hecho esto, pero ya no se porque me sorprende, mi teléfono sonó mientras manejaba camino a mi departamento.

— ¿Si?— Atendí sin ver quién era.

— Hola soy Mathias — Aquella gruesa voz llena mis tímpano.

Matías...

— ¿Sí? ¿Cómo seguir mi número?

— De la misma forma en que conseguí tu ubicación — Una pequeña y hermosa risa sonó, se escuchan tan varonil, no había conocido nunca a nadie como el que a cada pasa desprendiera esa hombría, no sé si lo hacía con alguna intención— Podemos vernos horita es importante — Me dijo.

Verlo.

Me miro en el espejo retrovisor al menos mis ojos.

Creo que estaba presentable.

— Si claro ¿Dónde quieres que nos veamos?— Trate que mi voz sonara calmada

— Te parece en cinco minutos en el restaurante Pic — Sabía cuál era ese restaurante mis padres solían ir a ese lugar pero yo no había ido nunca.

— Si está bien, yo ya voy en camino— Colgué.

Sentí como mi corazón latía rápidamente a medida que me acercaba a ese lugar, tenía que aprender a controlarme, no quería estar con nadie no después de lo de Alexander además el es su tío ¿Que podía esperar de el?

Al llegar me sorprendió verlo afuera esperando por mi.

— Alaia— Me saludas.

— Hola Mathias — Su nombre salió de mis labios como un suspiro.

¡Qué patética soy!

Respire profundo y ambos entramos al lugar, un mesero muy atento llevo a una de las mejores mesas.

— Gracias por venir

— ¿Que quieres hablar conmigo?— Le pregunté, directo a lo que venía realmente no quería quedarme mucho tiempo aquí y es que me sentía estúpida cada vez que estaba cerca de él no sabía cómo hablar no sabía cómo expresarme y realmente mientras más lejos estuviese de él mejor iba a ser para mí me preguntó Cómo haría eso una vez que estuviésemos casados porque supongo tendríamos que vivir en la misma casa cómo haría para alejarme lo suficiente de él para no parecer una estúpida frente a él.

— Tendré una reunión en unos minutos y me gustaría que actuaras como mi esposa — Dijo como si nada ¿Que? ¿Acaso estaba loco?

— ¿Estás loco?! Apenas y acepte ayer no se nada de ti! Y tú tampoco sabes nada de mi ¿Que se supone que voy a decir?! Que no sé nada de ti porque te acabo de conocer porque me casé contigo en Las Vegas cuando estaba borracha y que lo único que sé es tu nombre y apellido y el apellido lo supe ayer ¿Eso es lo que quieres?

— Alaia por favor, solo estoy haciendo esto de casarme porque quiero recuperar lo que me quitaron, — Fruncí el ceño ante sus palabras ¿Qué quería decir con eso? ¿Qué le habían quitado? Y quién lo había hecho? — Voy a recuperar la empresa y para hacerlo hoy mismo debo llegar con este contrato — Ay dios mío, él estaba contando conmigo para algo demasiado importante realmente no me sentía capaz.— Este hombre con el que me voy a reunir tiene una gran empresa que va ayudar a la mía a subir más de lo que está, este hombre lleva muchos contratos y necesito mostrar que soy capaz de obtener aquellos contratos y aquellos clientes que mi hermano no ha podido y aunque todo está a mi nombre la junta directiva tiene que aprobar mi ascenso a ser el presidente.

Eso era mucha responsabilidad para mí, no puedo, yo no sé cómo hacerlo, yo no soy la persona indicada para ayudarlo me encantaría pero no sé cómo convencer a las personas, además no tengo una muy buena reputación seguramente a que el hombre va a creer que soy la peor mujer del mundo porque acabo de terminar la relación y me casé con el tío de la persona con la que estaba.

Mi relación con Alexander duró dos años y medio por ello todo el mundo sabía de la relación.

Algo me dice que esto va a salir muy mal y realmente no quiero que salga así quiero ayudarlo y por eso lo mejor es que realmente sea sincero con él

— Mathias yo no creo que pueda con eso, mejor...

— Buen día — Alguien me interrumpió, mire al frente y oh por Dios era el papá de Sara— Alaia ¿Que haces aquí? Pensé que me reuniría con Mathias y su esposa.

Ay no!

¿Que se supone que iba a decirle?

Que había sido una zorra en el viaje que el nos pago?

Dios me sentía tan avergonzada en este momento, no quería decepcionarlo, no a el que había sido un gran apoyo para mí.

Pensé rápido en qué podía decirle y que sonara coherente.

Me levanté para saludar a Samuel, lo abrace y el correspondió mi abrazo.

Mathias solo nos miraba confundidos.

— ¿Ustedes se conocen?— Pregunto mi ahora esposo.

Me siento avergonzada por esta situación y muy nerviosa.

Respiré profundo para calmarme y poder hablar calmadamente, tenía que decirle algo muy bien estructurado a Samuel para que no dudara de mi palabra realmente no quería mentirle pero no podía decirle la verdad no al menos la realidad de la situación, podría decirle una parte y ocultarle otra

— Si— le dije a Mathias para luego mirar a Samuel— hay algunas cosas que debo hablar contigo — Dije de forma sincera — Verás, conocí Mathias pero solo a él realmente no sabía quién era, no sabía que era familia de los Montenegro, el fin de semana que Sarah y yo nos fuimos a las Vegas lo encontré y bueno después de la desilusión que tuve decidí darle una oportunidad, el había estado ahí para mi todo este tiempo y decidí que podía ser la persona indicada para que yo siguiera creyendo en el amor y bueno hice una pequeña locura y me case a escondidas

Me sentía mal por mentirle de esa manera el no lo merecía, no después de que me había dado su confianza su amor su apoyo todo este tiempo me sentía una traicionera de primera.

Perdóname por favor Samuel Perdóname por mentirte de esta forma.

Samuel había actuado desde que lo conozco como mi padre y aquí estaba yo mintiéndole a la cara mientras lo miraba a los ojos.

¿En qué clase de persona me convierte ser tan mentirosa?

— Mi niña — Susurro

— Lo se y lamento no haberte dicho nada es solo que no sabía cómo decírtelo y le dije a Sarah que me dejara contarte todo yo, no te molestes con ella por favor ella no tiene la culpa de mis decisiones

— Eres una mujer adulta y entiendo que tomas tus propias decisiones pero me hubiese gustado estar en tu boda mi niña, me hubiese gustado que tú me permitieras llevarte hacia el altar no importa en qué lugar fuese.

Sonreí lleno de ternura y como dije antes Samuel era más mi padre que mi padre real.

Mire a Mathias quien solo seguía en silencio mirándonos.

Mathias sabía sobre mi relación con Samuel o había sido solo casualidad? Algo aquí me aprecia extraño, tantas casualidades no podía ser normal ¿O si? No, claro que no, no tenía sentido.

Quizás si y solo soy yo que quiero pensar mal de el aora buscarle algo negativo.

— Mathias el es Samuel Miller es el papá de Sarah mi mejor amiga y además es un padre para mí.

— No sabía Señor Miller de haberlo sabido hubiese hablado primero de Alaia con usted antes de negocios, quiero que sepa que Alaia es importante para mí, también quiero decirle que en algún momento ella y yo nos casaremos por la iglesia con el favor de Dios y espero que usted esté ahí presente para llevarla al altar.

Me sentí muy mal al escucharlo sabiendo que aquello nunca pasaría porque nuestra relación estaba destinada al fracaso dos años y medio solamente estaríamos juntos para luego separarnos y más nunca volver a vernos una vez que ambos hayamos cumplido nuestra misión nuestro propósito.

— Confío en que así sea

Unas miradas extrañas entre ellos no pasaron desapercibidas para mí pero decidí ignorar aquello y es que no estaba entendiendo nada.

De que me estaba perdiendo?

— ¿Y que hacemos aquí?

— Pensé que sabías— Negue— Bueno Mathias es el heredero de los Montenegro y estuvo lejos mucho tiempo ahora que es mayor de edad y a regresado al país quiere hacerse cargo de las empresas de su familia.

— Creo que es lo justo, después de todo eso es mío, mi padre lo dejo para mi— Subió su rostro solo un poco.

— Opino lo mismo, así que cuentas conmigo más allá porque crea que es tuyo por herencia, lo hago por Sasha— Le sonreí — Cuenta con que haremos negocios — Asentí.

No había duda que Samuel me apreciaba mucho y yo apreciaba que estuviera en mi vida.

— Hermanita — Subí la mirada ahí estaba Carla junto Alexander y mis padres.— Oye pero que rápida fuiste y eso que lo conociste anoche o al menos que te estuviera engañando ella también mi amor vez? Mi hermana no es tan santa como quiere pintarse

— Carla — Samuel hablo— La educación es primero antes de comenzar con el veneno, además es muy temprano para eso— Quise reír ante la cara que ella hacia.

— Usted viejo ridículo

— Carla — El padre de Alexander la hizo callar— Disculpela Samuel, ya sabe rivalidad entre hermanas ¿Que lo trae por acá?

— Acabo de decir que me voy a unir a su empresa es que Mathias me convenció así que me pareció una buena ida— El rostro de al hombre lo decía todo, estaba furioso por ello

— Ah, bueno será un gusto tenerlo por allá, cualquier cosa puede hacer una cita conmigo.

Mathias al igual que yo permaneció en silencio la diferencia era que el tenía una pequeña sonrisa en el rostro, estaba disfrutando de este momento.

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