Desde que vi a Alicia no pude sacarla de mi sistema, la necesito únicamente para mi, necesitaba probarla, lamerle cada centímetro de su piel, sumirme entre sus piernas e inspirar su exquisito aroma. Dios…Cuando la tuve encima de mi , pude sentir la gloria entre mis manos, y aquel pedido de mi padre regresó a mi cabeza. Alicia es una chica guapa, tierna, con unas curvas que me vuelven malditamente loco y si puedo tenerla en casa como mi esposa no estaría nada mal. Pero no me catalogo como un hombre de una sola mujer, y hacer daño a este hermoso ser humano no sería justo. Así que tengo muchos pros y contras, sin embargo con ella a mi alrededor no pienso mucho en las consecuencias, así que me atreví a preguntarle de una vez por todas.— ¿Quieres ser mi esposa? Alicia me miró sin decir una sola palabra, se levantó de mi regazo y se sentó en su lugar, para seguir comiendo los tacos y la deje hacerlo. Maldigo en lo más profundo de mi ser por haberle hecho esa pregunta tan imprudente,
La música resonaba por todo el lugar, mientras que tenía a una chica sobre mi regazo bailando, recientemente había llegado al club junto con colegas del medio, ya hacía mucho tiempo que no teníamos una buena noche y esta noche de sábado iba a ser la mejor de todas. La mujer estaba muy ansiosa sobre mi porque bajo sus palabras había pescado un pez gordo y si soy sincero para mi no es un problema consentir a las mujeres como ellas quieran. Varias mujeres comenzaron a subir al VIP con botellas de champagne y velas mágicas que iluminaban con chispas al pasar. — ¡Hermano esta noche voy a perder el conocimiento. — Mi amigo Mike se acercó a mí con complicidad. — Luego subire al cuarto piso y cerrare la noche con broche de oro. — Es tu decisión. — Me encojo de hombros y con una sonrisa burlona. — Solo no te pases con el sadismo, la última vez tuvieron que limpiar el cuarto unas 5 veces. — No te preocupes, hoy vengo para tener sexo vainilla. — Bromea para luego soltar una carcajada. Sabía
¿Cómo me siento? No sé, es un cúmulo de sentimientos que ahora mismo están revoloteando por todo mi cuerpo, pero realmente no debería sentir nada con respecto a la vida que pueda llevar Elijah Morgan, el simplemente es mi jefe, sin embargo una semana atrás estaba casi comiéndome con la mirada y no dejaba de decir lo loco que estaba por mi, y al parecer si es cierto que tiene a cualquier mujer detrás de él y casi me vuelvo en una de sus estadísticas de putas folladas en su oficina.— ¡Hey! — Mike, quien estaba en el grupo de Elijah se acerca a mí con una hermosa sonrisa, pero yo lo aniquiló con la mirada, porque fue él quien me envió a la oficina de Elijah porque supuestamente “Me estaba llamando para hablar” — No pienso hablar contigo. — Sigo adelante para buscar más cervezas y tragos para otros clientes. — Oye, lo siento. — Me detiene en medio de una multitud. — Lo que sucede es que Elijah y yo hicimos una apuesta, acerca de quién iba a lograr hablar contigo, pero no sabía que ya
Solté una fuerte carcajada tanto que tuve que agarrarme el estómago de lo fuerte que me estaba riendo de lo que él dijo. Mientras que Elijah me veía con cara de pocos amigos, no había peor ofensa para un hombre que reírse de su virilidad y se notaba que Elijah no era la excepción, pero para mi es algo realmente relevante.— ¿Qué es tan gracioso? — pregunta él mientras que se iba a su minibar y se servía whisky. — Lo que me dijiste hace unas semanas. — Respondo limpiando las cuantas lágrimas que bajaban por mis mejillas de tanto reír. — Dijiste que más nunca iba a rogarme y aquí estás, celoso porque besé a tu amigo, y celoso porque salí con otro hombre y porque también lo bese. Elijah bajo lentamente el vaso que iba en dirección a sus labios y me miró con enojo, a pasos determinados se fue acercando a mi, trago fuerte sabiendo que la había cagado al confesarle que me había besado con el chico del restaurante, pero necesitaba olvidarlo a él, de su tacto, de sus besos, de sus constante
Alicia entró a la habitación donde su padre yacía dormido y simplemente me quedo viendo a través de la ventana dándole su espacio, se notaba que ella quería muchísimo a su padre, lo mira con ternura y con cariño, forma en la que nunca vería a mi padre por todo lo que hizo en el pasado y por lo que está haciendo ahora con mi vida.Sin embargo ya no había más nada que hacer con Edward Morgan y su vida mierda, es lo menos que se merece por haber ocasionado la muerte de mi madre y la gran brecha entre Michele y yo, siempre nos hizo competir como si nos estuviéramos en una competencia minimalismo, pero simplemente es por heredar todo el imperio de la Mafia Morgan. Hago a un lado todos esos pensamientos de mi desastrosa familia cuando veo a Alicia y al doctor salir de la habitación, el rostro de mi chica se encontraba hinchado por el llanto, y su nariz estaba roja de tanto sorber sus mocos. — ¿Cuál es el pronóstico? — Pregunta Alicia sin dejar de ver a su padre por el vidrio de la ventan
La puerta de la habitación se abre dejando ver a varias enfermeras y al doctor que atiende al padre de Alicia. Ella al verlos entrar de inmediato se puso en alerta.— ¿Qué sucede doctor? — Pregunta Alicia notablemente preocupada.— No sucede nada Alicia, de hecho venimos porque los vamos a mover de piso para que puedan estar más cómodos.— Doctor, no es necesario aquí estamos bien, además ya sabe que no podemos permitirnos tantas cosas.— No te preocupes por eso Alicia, seguramente tienes un ángel de la guarda que te está protegiendo.El doctor le brinda una sonrisa cálida a Alicia, para lueg
Rabia, enojo, ganas de asesinarlo, sí eso fue lo que sentí cuando escuche todas las bazofias de Elijah. ¡Cómo es posible que voy a tener un bebe y se lo voy a dejar a él! ¡Demonios no! pero contento con querer casarse conmigo y tener un hijo, tuvo la maldita odisea de invitar a salir a Monica.¡Dios es un idiota!Pero fue tu decisión alejarlo, habló aquella voz dentro de mi cabeza.Mi teléfono comienza a sonar dentro de mi mandil y sin que el gerente lo note, me alejo un poco de los comensales y atiendo la llamada.— ¿Hola?— ¡Hola querida Alicia! — Exclaman
Monica se acerca a mí con una gran sonrisa en su rostro, como si se hubiera ganado la lotería al estar con Elijah Morgan.— ¡Ali! — Brinca de la emoción. — No sabía que ibas a venir y sobre todo con tu nuevo novio. — Mira a Arthur.— Soy amiga de quien está haciendo la fiesta.— En este caso soy yo. — Mike me hace a un lado para presentarse a Monica. — Mucho gusto hermosa. — Le coquetea.— Ya déjala. — Elijah interviene haciendo a un lado a su amigo. Y luego me ve. — Señorita Star. — Habla con seriedad.— Señor Morgan. — Respondo de la misma forma.