—A ver Aurora—Comienza mi doctora mientas revisa algunas cosas en mi expediente —tenemos que realizar algunos nuevos exámenes—asientoEstamos en la clínica de fertilidad para saber cuál es el próximo paso. Massimo a mi lado solo está en silencio y juega con el brazalete de mi muñeca. La doctora Cabano hace algunas anotaciones antes de levantar su oscura mirada hacia nosotros—La inseminación intracervical no resulto como esperábamos—dice frunciendo un poco el ceño—Realizaremos un nuevo chequeo e intentaremos con la inseminación intrauterina si están de acuerdo—¿Qué tan diferente es este procedimiento al anterior? —pregunta mi esposo enderezándose en su silla—Recordemos que el anterior procedimiento era menos invasivo. Colocamos los espermatozoides en el cuello uterino, esperando que estos fluyeran naturalmente por el útero y las trompas de Falopio, para así fecundar al óvulo, y lograr el embarazo.—Pero no sucedió— digo lo obvio mostrando mi descontento y la doctora solo me da una s
Abro los ojos lentamente. Veo que las cortinas de la habitación están corridas y tengo a Massimo envuelto a mi alrededor.Desde ayer. Después de la visita a la doctora solo se ha dedicado a cuidar de mí, después de desvestirnos nos metió a la cama y nos quedamos abrazados hasta que el sueño me venció. Me doy la vuelta entre sus brazos y lo miro dormir.Me quedo mirándolo y no puedo evitar que mis ojos se llenen de lágrimas. El terror que siento amenaza con ahogarme.Mi vida está a punto de cambiar, la familia que soñé se puede ir al traste en cualquier momento.Los brazos de Massimo se aprietan a mi alrededor antes de dejar un beso en mi frente aún sin abrir sus ojos—Todo va a salir bien—dice en voz baja—Vamos a estar bien—abre sus ojos y me mira con intensidad—Estoy muy asustada—susurro La última vez que me hice el chequeo todo estaba en orden y ahora esto—El lunes iremos a que veas al doctor—asiento—¿Qué haremos si tengo cáncer otra vez Massimo? —pregunto. Su agarre se aprieta m
Es el día.Solo ruego que esto pase y no oscurezca nuestra vida.Camino de la mano de Massimo hasta la entrada de la clínica.Esta mañana ha sido algo tensa.Massimo me ha dado mi espacio y lo agradezco, ayer en la tarde cuando llegamos a nuestra casa cada uno se sumió en sus pensamientos.Sin embargo, a la hora de dormir nos abrazamos y dormimos enroscados uno sobre el otro, no había palabras. Hoy era el día y los nervios me estaban jugando una mala pasada.—Estas muy fría cielo—murmura antes de tomar asiento en la pequeña sala de espera.—Solo necesitó que esto acabe—digo en tono bajo. Cuando la enfermera nos dice que podemos pasar las piernas no me responden y mi cuerpo tiembla—Es hora—Massimo me ayuda a por ponerme de pie y me mira atentamente—Pase lo que pase sabes que te amo—Yo también—digo con voz temblorosa. Entramos a la consulta y tomamos asiento para esperar al doctor, mientras esperamos me entretengo alisando mi vestido de día suelto hasta las rodillas rosa, llevo bailar
—¿Cómo que decidiste suspender la cita con la doctora Cabano? —me pregunta incrédulo Massimo dejando caer su cubierto.Estamos cenado en casa después de un día largo de trabajo. Hace dos días me dieron la buena noticia de que no tenía cáncer y que solo había sido una pesadilla.Después de eso reservamos una cita con la doctora Cabano para el principio de la semana, pero después de pensar un poco en todo lo que hemos pasado durante este último año decidí poner al bebé en espera, por el bien de mi salud mental y de mi matrimonio—Escúchame cariño— digo dejando a un lado mi copa de vino— después de todo lo ocurrido me di cuenta que nos estoy presionando para poder tener una familia—Ya somos una familia— me corta y suspiro.Está molesto—Sabes lo que quiero decir. Solo quiero que disfrutemos de lo que tenemos— me inclino de lado en la barra de la cocina y lo miro detenidamente un momento— Te amo cariño ¿Es difícil entender que quiero tiempo con mi esposo?— ¿Estas completamente segura de
—¡Que idiota! —digo tirando de mala manera mi bolso en el escritorio de mi oficina—¿Estás bien? —pregunta Cristal entrando en mi oficina—No. Massimo es un asno cuando puede—resoplo—Se cabreo porque un tipo en el Gim me pidió una cita—digo sentándome en mi silla frente al escritorio.Miro a Cristal y ella arquea su ceja.—No me veas así—la señalo—sabes que nunca le haría una trastada a mi marido—Eso lo es tonta—dice poniendo los ojos en blanco y se deja caer en el sofá más cercano—Los hombres son hombres—No es justificación para que se enoje conmigo como si yo me hubiera puesto frente a tipo y le hubiera dicho; ¡Hey lindo! ¿sales conmigo? —Mi amiga ríe—Ya. No quiero hablar de eso—digo haciendo un gesto con mi mano—necesito que hoy te ocupes en la mañana de la tienda junto a Marcelo. Tengo que revisar algunas cosas y tratar de poner en orden mis cuentas—digo abriendo mi portátil y encendiéndola—Como digas jefa—me hace un saludo militar mientras se pone de pie y me arranca una risa.
—Massimo ¿celoso? —Lissa me mira sorprendida—Le dijiste que te trajo un delicioso postre—Cállate—la miro de mala manera.Lissa tenía que hacer algunas cosas y decidió pasar a visitarme, así que le conté el par de incidentes. Era viernes y los chicos se habían ido a preparar para la inauguración del restaurante que sería esta noche—¿Que? —Dice con fingida inocencia—Cristal los alabo toda la semana—resoplo.Miro alrededor de la tienda y veo a Ilyana—Tu hija va acabar con mi negocio—digo apuntando a Ilyana que tiene una figura de cristal en sus manos—¡No! —Grita mi amiga corriendo hasta ella y quitándoselo de las manos—¿No toca? —Pregunta con su carita de querubín—No mi amor. No se toca—la toma en brazos y llega hasta mi—Porque nos las invito a tomar un helado —digo y nos ganamos un chillido de la niña— ¿Chocolate? —Pregunto y rio al verla tan felizCerramos la tienda y con aun tiempo para la cita de esta noche.Caminamos unas cuadras y llegamos a la heladería y pedimos nuestros h
—Este lugar se ve muy bien—dice la madre de Massimo a mi lado mientras miramos alrededor del restaurant de Alonso—La comida es deliciosa—dice mientras come un mini bocadillo de calamares fritos con pan negroHace una hora habíamos llegado y en realidad todo se veía muy bien. El restaurant de Alonso se especializaba en comida marina y hasta hora lo que os meseros les daban a los invitados para catar estaba muy bueno.Massimo a mi lado solo gruñía y probaba la comida. Era divertido verlo como si fuera un adolecente enojón—El pulpo con patata confitada es mi favorito hasta hora—digo ganándome una mirada brillante de mi esposo que esta junto a su padre tomando champang —Así que te gusta como cocina el pelmazo ese ¿eh? —Puse los ojos en blanco y sorbí de mi champang—Por Dios Massimo—dice Chiara a la que le había contado el incidente en el gimnasio —Es Solo comida. El chico cocina muy bien—Ese chico como tú lo llamas, quiere con mi mujer—dice de mala gana—Pero a tú mujer no le interesa
Entro al departamento detrás de un Massimo furioso.Lo veo caminar hasta el mini bar y servirse un trago, tomárselo de una vez y volver a llenar u vaso.—¿Vas a decirme que quiso decir Alonso en el restaurant? —Pregunto midiendo su estado de animo—Solo dijo una sarta de mentiras—Habla sin mirarme—Entonces ¿Por qué te alteraste tanto? —digo acercándome, se da la vuelta y me fulmina con la mirada—Porque es pura mierda—dice en tono frio—Esto es tu culpa— continua y me quedo con la boca abierta— Si no hubieses insistido en ir a esa maldita inauguración —cierra los ojos y niega—Ah no—niego enojada— Esto no es mi culpa Massimo. Yo no sabía que algo así iba a suceder— pasa por mi lado y llega a la sala de estar. Abre la puerta corrediza que da a la terraza y sale. Lo sigo y este camina hasta estar inclinado en el borde mirando la noche en Palermo—Yo me puse de tu lado en ese lugar— sigo hablando— así que dime ¿Quién es Brian y que sucedió? ¿De que te culpa Alonso? —Insisto—¡No hice una