—¡Nena estas que Ardes! — dice una Cristal chiflando mientras miraba mi vestido vino tinto ajustado de escote V profundo de espalda baja.Además de eso, me había puesto mis sandalias doradas altas y mi bolso de mano del mismo tono donde había guardado mi móvil, tarjetas, algo de efectivo, identificación y mi lápiz labial. El cabello me lo había recogido en un moño desordenado también, sólo llevaba un brazalete y un delicado collar Tiffany en forma de copo de nieve que era de mi madre y mi abuela me había dado cuando viví con ella—No seas boba—Sonreí. Estaba en la tienda y estaba lista para ir al casino de Massimo. La puerta se abrió y Conte se quedó de pie en la puerta observándome—¿Estas listas? —me pregunto. Pero no me pasó desapercibida la mirada que le estaba dando a Lissa.Está por su parte estaba roja y practícame hundió su rostro entre las perchas—Bien chicos. Recuerden cerrar. Hasta mañana—me despedí de todos. Seguí a Conte hasta la camioneta que esperaba y cuando él espera
MASSIMO— ¿Crees que logre algo esta noche? —dijo Conte detrás de mi mientras observábamos las cámaras de seguridad—Más le vale—respondí viendo como Aurora Sonreía y hablaba con total naturalidad. Además, se veía hermosa en ese vestido. Aún podía sentir sus labios y los míos juntos. Apreté los puños en frustración, besarla no era el plan, pero ver a Gaetano hablar por Aurora me saco de las casillas, por eso la bese y ahora todo se había ido a la mierda, porque aún la deseaba—Massimo. Mira—dijo la voz tensa de Conte detrás y salí de mi letargo para mirar la pantalla donde se veía a Aurora un poco descoordinada y temblorosa— ¿Esta ebria? — pregunto Conte—Aurora estaba tomando daiquiri sin alcohol. Eso fue lo que dijo Peter—dije refiriéndome al barman. En segundos vi a Aurora desvanecerse y a Bastían cogerla en brazos. Conte y yo salimos rápidamente y bajamos hasta el salón. Me acerque hasta ellos viendo a Aurora inerte como una muñeca— ¿¡Que sucedió!?— exigí a Bastían que estaba pál
Mi cabeza dolía y daba vueltas mientras tocaba la almohada a mi lado y la abrazaba.Espera ¿Almohada? abrí los ojos asustada y me encontré con una habitación un poco oscura con muebles de madera y un pequeño sofá.—¿Dónde estoy? —susurré aterrada. No recordaba nada más de la charla que tenía con Bastían y luego todo se volvió borroso.Salí de la cama para darme cuenta que solo llevaba una camiseta y mi cabello estaba revuelto. Caminé con cautela y solo encontré un pequeño pasillo.Logre escuchar ruido en esa dirección y camine hasta allí. Massimo estaba moviéndose en la cocina, tenía un plato en su mano y se paró en seco cuando me vio.El silencio era como un elefante en la sala, pero lo que más me incomodaba era que no recordaba nada y estaba empezando a imaginar cosas y no cosas bonitas—Qu...e. ¿Qué sucedió anoche Massimo? —dije tratando de calmar mi terror el dejo el plato que olía delicioso—Te drogaron anoche Aurora— sentí ganas de vomitar, pero de seguro vomitaría mis riñones p
El auto recorre las principales calles de Palermo mientras Conte y Leónidas van en frente en silencio.Mi móvil suena y sin mirar descuelgo—¿Si? —Sigo mirando por ventanilla de la camioneta—Señorita Lombardi. Soy Lazo y tengo días tratando de hablar con usted—Dígame—dije al saber que era mi abogado, además él se había encargado de defender a mi padre—Ayer recibí una notificación del reclusorio donde denegaron la petición de su padre en cuanto a su estado de salud —cerré mis ojos y alejé las ganas de gritar que tenia de repente—No sé qué decirle lazo—respondí en voz baja—Mi padre está enfermo, pero si eso no es suficiente, no sé qué hacer—fui sincera—Apelaremos ante el juez y veremos que sucede, pero eso podría tardar meses—me dijo—Haga lo necesario—insistí—¿Algo más?—Quería saber cuándo puedo verla para que firmemos su testamento. Hace tres meses lo tengo hecho y usted no ha venido a que concluyamos ese asunto—es cierto, con lo sucedido con mi padre me olvide de eso—Lo sé—dij
Tome mi bolso y busque frenéticamente un baño, pero termine en la cocina.—Lo siento, me podría indicar un baño por favor— petra dejo de cortar un poco de fruta y me miró con el ceño fruncido—Llegue hasta la sala de televisión y gire a la izquierda. La segunda puerta— dijo un poco tensa y después siguió con su tarea—Gracias—dije y me fui de allí hasta donde me había indicado.Una vez frente al espejo me refresque el rostro para volver a maquillarme un poco.Tenía los ojos un poco rojos, me empolve el rostro de nuevo y aplique labial para después salir e ir de vuelta con los demás.—A que estás jugando—me dijo Massimo mientras yo caminaba hasta el salón y el me esperaba de pie con una mirada enojada cerca de la puerta de la terraza—Lo mismo te pregunto yo a ti—dije incrédula ante su acusación—No te hagas la inocente Aurora—su expresión era de frustración y claramente no sabía cómo actuar— no has dicho nada a Bastían de Génova y estas incumpliendo el trato, recuerda que si yo pierdo
Siento lava correr por mis venas mientras Massimo me besa. Su boca y la mía fundidas en una pelea de voluntades. Massimo me toma en brazos y me lleva por el pasillo, no protesto. Hoy solo quiero sentirlo de nuevo. Ocho años sin sus besos y caricias —Aurora—Massimo me saca de mis ensoñaciones. Me percato de que estamos en medio de una habitación—Sabes que si continuamos no poder parar—dice respirando rápidamente. No lo pienso dos veces y me lanzo de nuevo a sus brazos besándolo. Sus manos vuelan a mi vestido buscando el cierre, segundos después lo saca dejándome solo en bragas, me lleva hacia atrás hasta que siento la cama y me recuesta descendiendo sobre mí. Mientras lo hace, aprovechó para quitarle la camisa y pasar mis manos por el cuerpo que yo misma me negué por tanto tiempo. Sabía que jugaba con fuego, pero ya nada importaba, por más que me rehusará a admitir que ya no le quería, era absurdo engañarme más. Amaba a Massimo y correría con las consecuencias más adelante de mi debi
Llegue a mi departamento después de mi charla con Massimo. Me duche y me cambie para ir a la tienda. Me puse una blusa de seda roja y una falda lápiz negra, mí sandalias negras favoritas y recogí mi cabello en una cola alta.Mientras estaba detrás de la caja registradora no podía dejar de pensar en mi noche con él. Después de tanto tiempo aún le amaba, pero sabía que el ya no sentía lo mismo que yo, lo de anoche solo fue sexo entre dos personas adultas que se atraen sexualmente o ¿no? Mierda. Obvio que si—Aahh—dije mientras facturaba un hermoso brazalete a una clienta. Esta me miro como si estuviera loca y no pude más que darle mi mejor sonrisa—Gracias por su compra—dije entregando la facturaLos Domingos, por lo general trabajaba hasta las tres. Miré el reloj de mi muñeca y vi que era casi medio día y Ariadne y yo habíamos decidido cambiar nuestro café por un almuerzo.—Chicos—dije llamando su atención—Cerremos a la hora del almuerzo y demos el día por terminado. Hoy no hay muchas p
—¿Cómo estás? —pregunte por el teléfono pegado a mi derecha y miraba a mi padre a través del vidrio de la cárcel.—Me preocupa más como estas tu—me respondió en cambio. El abogado me había conseguido un permiso especial para verlo un día que no era de visitas—Ya te podrás imaginar—le dije—Solo quiero saber ¿porque papá? —dije sin poder resistirme—entiendo que apostaras la casa que compartiste con mamá y lo demás, pero, mi tienda. Por la que he trabajado y me he partido el culo—Lo siento bebé—parecía arrepentido—Lamento haberte puesto en esa situación—Me dejaste a merced de Massimo—me aclare la garganta para alejar el nudo que se había formado. Su expresión se tornó angustiosa. Él sabía lo que sufrí al irme y las noches que me quedé dormida en sus brazos después de llorar—¿Le dijiste la verdad? —me pregunto y negué—Eso ya no tiene importancia—dije—Ahora sólo quiero saber si los medicamentos están haciendo lo suyo—mi padre sufría de la presión y su corazón estaba muy débil—Hay día