Mientras Ashley trataba de emparejar a su amigo Max, Aslan estaba en la sala de junta presentando su proyecto, con la compañía de Mateo y el ingeniero que había hecho traer al país. —Es demasiado arriesgado invertir en un vehículo tan innovador, puede que los clientes no quieran invertir en un coch
Narrador.Ya eran las diez de la mañana, cuando Milena decidió levantarse, después de que Aslan se fue, sintió que no tenía nada que hacer en esa casa, y prefirió volver a dormir una hora más.—¿Dónde está mi desayuno?, así se tratan a los invitados en esta casa. Esperé mi desayuno en la cama, esto
“Eres la causa que me mantiene atado a esta silla de ruedas”—Solo le hago daño— musitó y antes de salir de la empresa, Susan la detuvo sacándola de su nebulosa repleta de sentimientos, errados y encontrados.—Ashley, ¿podemos hablar? — pidió ella con mirada brillosa, reflejando culpa.— Por favor—
Narrador.William, que tiene malas intenciones como el plan de acabar con la vida de Ashley, mientras rompía el espacio para llegar a ella, sacaba del bolsillo derecho de su pantalón una navaja, con bastante filo, y ella sintiéndose nerviosa, y por demás débil no sabía qué hacer; lo único que sintió
—Me conoces y sabes que siempre he sido un hombre correcto, pero si lastiman a Ashley soy capaz de convertirme en un asesino de ser necesario y esta escoria humana se atrevió a intentar pegarle y encima de que la ha engañado y defraudado— le expliqué y él asintió.—Entonces vamos a mostrarle que a u
Narrador.Durante el trayecto a casa Ashley volvió en sí y cuando vio que iba dentro de un auto que no conocía se puso nerviosa, y su respiración se volvió errática. Claro que recordaba que ese hombre le había dicho que fue contratado por Aslan, pero igual no podía creerle así tan fácil. — Se encue
Narrador.Luego de haber sido dejado delante de la puerta de emergencia de un hospital los paramédicos asistieron a William, pero cuándo recuperó el conocimiento decidió escaparse, ya que, de todos modos, no tenía dinero para pagar por asistencia médica, y sin un lugar a donde regresar, decidió que
Aunque lo recomendable era que un guardia de seguridad la llevase, la dejó ir por su cuenta, para no agrandar más el problema en el que se estaba metiendo, pero agradeció que nadie la vio hasta que giró encontrándose con su colega con una ceja alzada y mirándola con brazos cruzados.—¿Qué acabas de