Perro:
Sofía;

Cuanto desperté, me dirigí al primer piso, a la enfermería para saber del cachorro.

Imaginé que habría muerto durante la noche y me preparé mentalmente para el castigo que recibiría.

Liberé un gruñido.

Alexis no me lo había encargado por nada. De seguro sabía que moriría y me lo había dado adrede

La puerta de la enfermería estaba abierta y entré, buscando a Samuel con la mirada. Lo encontré de espaldas, desinfectado unos objetos metálicos .

Tragué en seco. Pensando que quizá él demonio había bajado antes que yo, y viendo al cachorro muerto había ordenado al médico que lo disecara o algo.

—Buen día.

El médico se volteó, a mirarme sonriente.

—Buen día.¿ Vienes por tu pacientico?

Me tembló el labio. Odio que los animalitos sufran.

—¿Sabes dónde podría enterrarlo?- susurré.

Samuel elevó las cejas.

—Esto es nuevo. Sabía que el Don era implacable pero no tenía ni idea de que le gustase enterrar animales vivos.

Espera, espera, espera…dijo…¿vivos?

De una jaula en el suel
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