Capítulo 5

Flashback

Mehmed se portó conmigo demasiado bien, era un hombre de pocas palabras pero con sentimientos muy nobles, a pesar de que mi hermano le había hecho demasiado daño a Zaya, él no me involucraba.

Conocí a este hombre en una situación demasiado delicada, a pesar de eso se preocupaba porque me encontrará cómoda, la mayor prueba fue que colocó su sacó para abrigarme mientras estaba velando por la salud de Zaya.

***

Mehmed fue de mucha ayuda en los negocios, aprendí técnicas nuevas a la hora de negociar con peces grandes. Decidí invitarlo a tomar una copa al bar más exclusivo de New York, mientras lo esperaba se puso frente a mí un tipo bastante grande e intimidante.

_ Hola hermosa, ¿Quieres un poco de compañía?

_ No gracias _ dije con molestia _ estoy esperando a alguien.

_ Te miró sola desde hace rato, vamos, no seas orgullosa.

_ Ella dijo que está esperando a alguien, ahora aparta tu fea cara de aquí y vete por donde viniste.

Mehmed se encontraba detrás del hombre, aunque el tipo que me estaba molestando era mucho más grande que él, el turco tenía un aura superior que lo aplastaba como si fuera un insecto.

_ ¿Y bien? ¿Qué estás esperando? 

El hombre no se quiso meter en problemas así que se fue con el rabo entre las patas, Mehmed se sentó a mi lado con una elegancia sobrenatural, pidió una cerveza importada y tomó con total tranquilidad.

_ ¿Aló? _ su celular sonó _ no me interesa saber nada ahora, me encuentro con alguien _ él hizo una pausa _ claro que no iré, luego lo veremos, ya deja de molestarme con algo tan insignificante.

Mehmed colgó, él decidió apagar el celular, sabía que eso era algo muy arriesgado para alguien de su estatus, podría perder millones solamente por hacer eso.

_ Deberías encenderlo, puedes perder una llamada importante.

_ No quiero saber nada de negocios en estos momentos, para mi la importancia es estar con usted.

Fin del flashback

Mehmed se había vuelto una parte importante de mi vida, él es alguien de pocas palabras pero cuando se encuentra conmigo simplemente se enfoca en eso y deja los negocios a un lado, como me gustaría tener la misma atención por parte de Luca, en eso ellos difieren completamente.

_ Me tengo que ir señorita Montalvo, hay algunas cosas que tengo que ver en Dubái.

_ Déjame ir a ver si ya está lista tu ropa, en la secadora no demora demasiado.

La ropa ya se había lavado, la metí en la secadora y estuvo lista en pocos minutos, una vez que se la entregué se marchó.

Fui al ventanal de mi apartamento en donde miré la espectacular vista nocturna que me ofrecía New York, suspiré mientras cruzaba mis brazos, me preguntaba qué estaba haciendo Luca en estos momentos cuando de repente vino a mi mente las vacaciones en Italia.

El recuerdo de lo que hice en La Toscana hizo que mis mejillas se pusieran calientes y rojas, ¿Qué habrá sido de ese hombre? Lo espere tanto tiempo pero ahora se encuentra alguien más en mi corazón por quién lucharé a toda costa.

Fui a dormir, miles de pensamientos me hacían recordar a Luca, la manera como me trató durante el tiempo que nos estuvimos conociendo fue muy grata, la sensación de protección que me brindaba también era muy agradable.

Al día siguiente que me desperté, empecé a prepararme para ir a trabajar, tomé un taxi, al llegar a la empresa seguí trabajando con normalidad, Agnes me llevó unos documentos que le había pedido cuando entré, estaba metida en el papeleo cuando llegó Richard, suspiré pesadamente, este tipo era peor que los piojos.

_ ¿Qué quieres Richard? ¿Acaso no fui lo suficientemente clara contigo la última vez?

_ Vamos Iris, quiero invitarte a comer, conseguí mesa en un buen restaurante.

Luca de repente entró, miró a Richard y de inmediato supo quién era, su gesto de desagrado se hizo evidente.

_ Hola Luca _ sonreí ampliamente _ ¿Qué te trae por aquí a esta hora? Pensé que nos veríamos a mediodía.

Luca se fue a mi lado, en el momento que Richard miró la familiaridad con que lo trataba se molestó, el doctor Montecristo puso su mano en mi hombro y me dio un beso en la frente.

_ Hola nena _ me sonroje _ te traje tu café, lleva leche de almendras, sé que es tu favorito.

_ ¿Acaso estás saliendo con él? _ preguntó Richard _ ¿Por qué no me lo habías dicho?

_ Porque no tengo que darte ninguna explicación de mi vida privada, ahora vete porque tengo planes de salir a comer con Luca.

Richard se fue de mi oficina, tomé el café que Luca me había traído y le agradecí por el gesto, él se sentó frente a mí mientras cruzaba sus piernas.

_ Quise pasar a verte, espero que no te molestará.

_ En absoluto, ¿Quieres ir a almorzar?

_ Lo siento pero quedé de ir a ver a Aisha, ella está enferma aún.

_ Oh, ya veo, pensé que me venías a invitar a comer.

_ No, lo lamento, te repito que te debo una salida _ él miró su reloj _ ya tengo que irme, nos vemos Iris.

Luca salió corriendo, al menos vino a dejarme un café y a librarme de la presencia fastidiosa de Richard. 

A pesar del gesto que tuvo conmigo no pude evitar sentirme molesta, todo era Aisha, por un demonio, es cierto que no estoy en una relación formal con él pero ella es su cuñada, no su novia o algo por el estilo, sabía muy bien que Luca estaba enamorado de esta mujer sin embargo también debería ser consciente de que existen límites y sinceramente Montecristo no los respetaba.

Llegó la hora de almuerzo y fui a un restaurante cercano de la oficina, tomé otro taxi, definitivamente era inconveniente no tener auto, almorcé completamente sola mientras veía a las parejas de enamorados derrochando demasiada miel, un suspiro ahogado salió de mis labios, en lo que tomé la servilleta está se vino abajo, iba a recogerla pero unas manos elegantes y delicadas la tomaron entre sus dedos largos y finos, al mirar hacía arriba miré a Mehmed.

_ ¿Qué haces aquí? Pensé que estarías en Dubái.

_ Hubieron ciertos retrasos en mi vuelo así que voy a salir hasta la noche, vine a comer aquí, así como usted.

_ Señor Arafat _ llegó el mesero _ lo lamento pero en estos momentos todas las mesas están ocupadas, si espera un momento veré cómo resolver este inconveniente.

_ No es necesario _ yo hablé _ compartire la mesa con Mehmed, dispongan de los cubiertos.

El mesero se relajó al escucharme, dispuso de todo para que Mehmed comiera conmigo, él se sentó frente a mí y abrió el menú, luego de ordenar lo que comería, me miró atentamente.

_ ¿Qué sucede? 

_ Es lo que le preguntó, dio tantos suspiros al aire que ni se percató de que me encontraba cerca de usted.

_ Lo siento, solamente pensaba en los enamorados que andan derrochando miel, a veces es un poco frustrante para mí toda esta situación, me gustaría tener a esa persona especial.

Mehmed guardaba silencio mientras me escuchaba atentamente, ni siquiera pestañeaba supongo que era para evitar perder un gesto de mi rostro, una vez que terminé de hablar él sonrió.

_ Traté de no prestarle demasiada importancia a su relación, es una mujer sumamente hermosa y cualquier hombre va a ser afortunado de tenerla.

El mesero llegó donde estábamos, dejó la comida de Mehmed y él le agradeció amablemente, solamente probó unos cuantos bocados, después dejó el plato a medio comer.

_ ¿Nos vamos? _ él me preguntó _ la iré a dejar a la empresa, supongo que no dispone de un coche…

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