Capítulo 857
Polo se tapó la cara y suspiró.

Qué tiempo maravilloso para estar sin un hijo... Lucía era tan suave como el agua, tan mansa como conejito, y le encantaba apoyarse en su pecho, diciendo que era el lugar más seguro del mundo...

¿Y ahora qué?

¡El hijo se apoderó de su cuerpo, de su corazón, de todo su mundo!

Así que Polo intentaba cambiar la situación.

Destetar a su hijo fue una de sus acciones.

A los seis meses de Santiago, a Lucía le estaba bajando la leche y no era de muy buena calidad, y en ese momento, al bebé le salieron los dientes de leche, lo que le picaba mucho, y a Lucía le mordía de forma dolorosa.

Una vez, el niño volvía a moler los dientes mientras mamaba. Cuando Polo vio que Lucía se mordía el labio, negándose a gritar a pesar de que sudaba de dolor, sentía mucho cariño por Lucía.

Ella no se atrevió a gritar por miedo a asustar al niño.

Pero él no lo hizo caso.

Polo levantó la campanilla para atraer la atención de su hijo. El pequeño realmente aflojó la boca, sus grandes o
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