Capítulo 850
—Señora ... ¿Qué tipo de fruta quiere?

—¿Fruta? — Lucía se congeló—. ¡No quiero!

—¿Y para qué el Señor corría al almacén? Ese trastero está básicamente lleno de fruta!

Lucía estaba aún más confusa, pero poco después salió Polo con dos grandes durians y los puso delante de ella.

—Tú ... ¿qué quieres hacer? —Lucía dio unos pasos atrás.

La expresión de Polo no cambió mientras escupía suavemente dos palabras: —Me arrodillaré.

—Tú ...

—Cariño, hace tiempo que establecimos las reglas de la casa, ¿no?—. Se rió: —En primer lugar, pase lo que pase, la esposa tiene razón. Segundo, si la esposa se equivoca, ¡hay que remitirse a la primera regla!

—Así que no tengo explicaciones para esto, ¡es mi culpa!

—Cuando metí errores, debo ser castigado. ¿Qué mierda es Teo arrodillándose en una tabla de lavar? ¡Me arrodillaré sobre el durian!

Lucía abrieron los ojos y le miraba, incrédula.

Se ablandó al instante, durian tenía tantas espinas...

Entonces volvió a reflexionar sobre sí misma por costumbre: aunqu
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