Cecilia instintivamente cerró los ojos. Aunque los tenía cerrados, sentía el pasador de Valentina rozando su párpado. Si los abría, Valentina podría herir su ojo.El temor creció mientras la voz de Valentina retumbaba desde arriba:—¡Inclínate y pide perdón a tu padre adoptivo!Su tono era gélido, como si un enviado del inframundo le hablara.A regañadientes, Cecilia cedió:—Está bien, lo haré, pero quita eso primero…Tras una pausa, añadió:—Y déjame, ¿cómo voy a inclinarme si estoy atada?Pensó que Valentina ignoraría su solicitud. Sin embargo, para su sorpresa, Valentina la soltó.Libre al fin, Cecilia no tenía intención de disculparse genuinamente, pero al levantar la mirada hacia el retrato de Don Raúl, sintió que él la observaba directamente.—Inclínate —ordenó Valentina de nuevo.Cecilia observó a los demás, cuyas miradas de reproche parecían exigirle que se sometiera. Sintiendo la presión de todos esos ojos, finalmente cedió.Se arrodilló frente al retrato y a la urna de Don Ra
Los restos de don Raúl fueron enviados de vuelta a Guadalajara para ser enterrados. Valentina acompañaba el cortejo fúnebre y, justo cuando su avión aterrizaba, también lo hacía el jet privado de Santiago en el aeropuerto.—Don, desde la Casa Vieja Mendoza nos urgen su regreso inmediato —dijo Thiago, tratando de mantener el paso de Santiago.Santiago había vuelto a Guadalajara principalmente por doña Mendoza. Lo que no esperaba era que la Casa Vieja Mendoza estuviera tan informada; acababa de descender del avión y ya conocían su arribo. Santiago mostró un gesto de desdén hacia el mensaje, sin detenerse en lo más mínimo.Subió al carro y ordenó a Thiago sin más:—Vamos a la casa de los Valenzuela.Valentina seguramente estaría allí, había venido por el funeral de don Raúl.—Entendido —respondió Thiago.Al salir del aeropuerto, una flota de autos de lujo rodeó el elegante vehículo de Santiago por todos lados. En ese momento, sonó el teléfono de Santiago. Era la Casa Vieja Mendoza. Con un
—No pienses que desconozco tus planes —le dijo Aurora a Nicanor con un tono que se endureció de repente.Aurora estaba al tanto de las maniobras de Nicanor. No era ningún secreto que Alba, de la familia Moreno, se había casado con Santiago, un arreglo que probablemente beneficiaría a Nicanor para reintegrarse al círculo de poder en la Corporación Mendoza.Nicanor, inicialmente sorprendido, pronto fingió confusión.—Mamá…—Basta de «mamá» por aquí y «mamá» por allá. Ahora que Santiago controla la Corporación, deberías dejar de maquinar y apoyarlo desde tu posición, sin meterte en sus asuntos personales —lo reprendió Aurora con firmeza.Ella no permitiría que nadie comprometiera la estabilidad de la familia Mendoza.Aunque Nicanor no tenía el talento de Santiago, su ambición era indiscutible. Aurora, aunque reservada, siempre estaba informada.Lanzándole una mirada lateral de indiferencia, Aurora se levantó y comenzó a subir las escaleras.Sin embargo, Nicanor no estaba dispuesto a rendi
—¡Mi abuelo sacrificó su vida por Valentina; no permitiré que la acosen! —exclamó Lucía con firmeza.Las palabras de Lucía insinuaron más de lo que ella deseaba revelar a los presentes.—Señorita Lucía, ¿está diciendo que don Raúl falleció protegiendo a esta recién reconocida nieta adoptiva? —interrogó uno de los presentes.—¿Implica eso que Valentina fue la causa de su muerte? ¿Ella lo asesinó? —persistió un periodista con tenacidad.Las preguntas se tornaron cada vez más punzantes.Lucía había conseguido su objetivo: colocar a Valentina en el ojo del huracán, aunque debía ocultar sus verdaderas intenciones a cualquier precio.Presionada por los periodistas, Lucía intentó rectificar:—No tergiversen mis palabras.Defendía a Valentina, aparentando una sincera protección.Pero los periodistas, sospechando una verdad oculta, no se dejaron convencer por simples explicaciones.Ignorando a Lucía, todos los ojos se volcaron hacia Valentina.—Don Raúl murió por tu culpa, ¿fuiste tú quien lo m
Valentina abrió los ojos y, para su sorpresa, se encontró con Santiago, alguien a quien no esperaba ver.—¿Santiago… también regresaste a Guadalajara?Vio su ceño fruncido y enseguida comprendió que el intento de agresión del reportero hacia ella había terminado golpeando a Santiago.—¿Estás bien? —preguntó preocupada mientras se ponía de pie con ayuda de Alonso y se acercaba a revisar a Santiago.Antes de que Valentina pudiera alcanzarlo, Santiago se giró, protegiéndola con su figura imponente. Su mirada se endureció al fijarse en el reportero, quien estaba claramente alterado.Santiago sabía que a pesar de que la prensa solía ignorar al nuevo líder de la Corporación Mendoza, cualquier periodista identificaría a Don Mendoza a simple vista.—Don Mendoza, no quería golpearlo, solo intentaba… —balbuceó el reportero nerviosamente.—¿Intentabas qué? ¿Darle una lección a ella? —interrumpió Santiago con un tono helado.—Es que… —el reportero se atragantó con sus palabras y corrigió rápidamen
Thiago llamó a Rafael.Rafael se sintió inquieto.—Los hombres de Nicanor controlan Red Global Media, temo que…A Thiago poco le importaba quiénes estuvieran detrás.Nicanor y don Santiago siempre han sido archienemigos. Con Santiago ahora en Coralia, los secuaces de Nicanor ya habían intentado asesinarlo varias veces. Derribar a Red Global Media, ¿acaso importaba?Además…—Un paparazzi agredió a don Santiago, ¿crees que deberíamos ignorarlo? —preguntó Thiago con desdén.Rafael, consternado, quedó mudo por unos segundos.¿Don Santiago, agredido por un paparazzi?¿Cómo pudo un paparazzi atacar a don Santiago?¡Algo no cuadra aquí!Cuando Rafael iba a preguntar, Thiago intervino de nuevo:—Además, casi hiere a doña Valentina. ¿Vamos a permitir eso?Thiago, tras años de conocer a Santiago, mostraba una ira fría y profunda, verdaderamente intimidante.Rafael exclamó, sorprendido:—Ah, ahora todo tiene sentido.Todo encajaba: el paparazzi había intentado herir a doña Valentina, y don Santia
Alba era la joven heredera de la influyente familia Moreno.Las palabras de Greta lograron calmar a Nicanor.—Tienes razón, la unión entre las familias Moreno y Mendoza debe realizarse. Santiago, lo acepte o no, se casará con Alba —declaró Nicanor con firmeza.Greta acabó de limpiar y restó importancia a la tensión previa.—¿Que no quiere? No subestimes el encanto de Alba; hay pocos hombres que podrían resistirse a ella —comentó Greta, orgullosa de su sobrina.Alba había estado fuera del país por un tiempo y apenas había interactuado con Santiago.De haber sido diferente, Santiago probablemente ya estaría entre sus admiradores.—Hagamos una apuesta; ahora que ambos están en Guadalajara, te aseguro que en menos de un mes, Alba habrá conquistado a Santiago —propuso Greta con confianza.Esto revitalizó a Nicanor.—Está bien, apostemos a un mes; después de eso…Si Alba logra enamorar a Santiago en ese lapso, entonces su plan podría avanzar sin contratiempos.Ambos esposos se sonrieron, cóm
—¿A quién te refieres? —Alba se acercó de repente y agarró del brazo a la asistente, Saskia.Saskia se sorprendió. ¿A quién se refería? Solo había una persona de la que habían hablado hace un momento…—¿Don… Don Santiago? —¿Era él? Saskia titubeó al pronunciar su nombre.Los ojos de Saskia se iluminaron al instante.—Don Santiago, Don Santiago… —Alba dejó de lado su anterior molestia y pareció recordar algo—. ¡Qué buena oportunidad! ¿Verdad?Esta era su oportunidad perfecta para manejar este asunto con Santiago, el nuevo encargado.Tan pronto como lo viera… no, tan pronto como él la viera a ella, estaría segura de tenerlo a su merced.Alba estaba decidida.Luego le ordenó a Saskia:—Publica una declaración en mis redes sociales, diciendo que estoy enfocada en mi trabajo y no sé nada de chismes. Dile a todos que creo que Maija, la actriz original, es más adecuada para el papel, así que he renunciado a la obra y le he cedido el papel a ella.—¿Renunciar? —Saskia apenas pudo contener su s