Capítulo 13
-¿Entonces -dijo Marta-, se podría decir que son novios?
Diara giró los ojos mientras terminaba de comerse las tostadas con queso que su madre le había hecho para la cena, alzó sus ojos grises hacia marta con una pequeña sonrisa.
-No lo sé -dijo- supongo...
-¿Pero cómo que supones? -insistió su madre sentándose en el taburete al lado de su hija-, ¡te besó y dijo que tú eras su todo!
-Sí, pero no me dijo nada de que ser algo más que amigos, así que no lo sé.
-Invítalo -dijo su madre dando una palmada con sus manos como si fuera lo más obvio-, dile que venga a ver una película, y se lo preguntas o se lo pregunto yo.
-Mamá...
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Capítulo 14 Diara había bajado de su edificio para abrirle la puerta a Zeleo cuando habían pasado ya veinte minutos, pero al llegar a la entrada, se dio cuenta de que no había rastro de Zeleo todavía, reconoció que había sido una decisión apresurada y que debió esperar a que él le avisara por un mensaje o una llamada que ya había llegado, pero es que ella estaba totalmente entusiasmada de volver a verlo, desde ayer no lo había visto y ya era sábado, por lo que las ansias de verlo la carcomían. Estaba enamorada, su primer amor... porque aquel hombre no contaba, simplemente fue una obsesión de cuando ella era niña, no amor. -Hola Diara -manifestó el hombre rubio entrando por la puerta del edificio. Diara le sonrió respondiéndole con un be
Capítulo 15 Diara peinó el cabello de Zeleo con su peine, quitándole el copete que normalmente él usaba. Habían discutido unas cuantas veces por eso, porque Zeleo no le gustaba que le tocaran el cabello, pero por ser Diara el que pidió peinarlo, simplemente lo permitió. Diara estaba sentada sobre el sofá de terciopelo de la sala y Zeleo estaba sentado en el suelo en el hueco de sus piernas para que ella lograra peinarlo con comodidad. -Listo -dijo Diara dejando el peine azul a un lado del mueble-, mírate. Zeleo soltó un suspiro levantándose del suelo para verse en el espejo de la sala, soltó una ligera carcajada mirándose el cabello, ella lo había peinado hacia adelante, parecido al corte que tenía Justin Bieber cuando apenas empezaba su carrera. De repente sintió unas manos rodearlo por la cintura y el rostro de Diara apareció reflejado en el espejo, con la barbilla apoyada justo sobre su
Capítulo 16 Diara leía el sobre que le había dado Erick. No podía creer lo que veía, sus ojos no dejaban de expulsar lágrimas y su llanto parecía emerger de su garganta de forma descontrolada. Marta le decía que todo estaría bien, mientras le acariciaba la espalda, tratando de reconfortarla, pero no pudo evitar que unas lágrimas salieran de sus ojos. -¿Por qué? -murmuró Diara-, ¡no entiendo! Marta sorbió su nariz mientras negaba con la cabeza. -A veces simplemente... -¡No mamá! -la interrumpió Diara levantándose del regazo de su madre, pasó una mano por su rostro, limpiándose las lágrimas que se deslizaban por sus mejillas-. No existe un “simplemente”, ya van
Capítulo 17 Diara no se presentó en clases el día martes. Zeleo la llamó en los recesos de intermedio de clases, pero ella no atendía. Él estaba algo enfadado, no comprendía por qué Diara no le atendía, ¿sería que le estaba ocultando algo?, ¿pero por qué no quería que se enterara? Zeleo marcó nuevamente el número, aferrándose a la esperanza de que tan solo era una interferencia de señal, pero ni siquiera repicó, o lo mandó al buzón de voz, era como si ella lo hubiera apagado, ¿estará con otro?, ¿estará con Erick? -Leo -dijo una voz a sus espaldas, Zeleo se volteó encontrándose con Nicole, sus ojos estaban algo hinchado, y su nariz roja, como si hubiera estado llorando. De repente Zeleo comenzó a especular lo peor, ¿y si murió?, ¿si tuvo un accidente?, ¿sería por eso que ella insistió en no comer dulces ayer en la feria?, pero ella comió dulces porque él la obligó, jugando a ese estú
Capítulo 18 En la sala de reuniones se escuchaban las voces de los doce profesores que esperaban para que la reunión comenzara, además del decano Friedman, el director Matt y otras personas de rangos directivos de la universidad estaban presentes, todas esas dieciséis personas en espera de una alumna que se le acusaba de fraude. La profesora Lovera no quitaba esa sonrisa de superioridad de su rostro, como si estuviera orgullosa de todo el embrollo innecesario que había creado para demostrar que su acusación era cierta. Ella estaba más que segura que tenía las pruebas suficientes como para expulsar a esa alumna “perfecta”. Si lograba que su acusación en efecto fuera acertada; lograría la admiración de todos los directivos y profesores, incluyendo a su esposo, ahora si le lograría probar que ella siempre tenía razón. Se escucharon dos golpes en la puerta y seguidamente esta se abrió,
Capítulo 19 En la habitación oscura solo se percibía el silencio, Zeleo estaba envuelto en una cobija, como si eso pudiera protegerlo, o transportarlo a otra realidad, como cuando era pequeño y hacía eso mismo para escapar de la discusión de sus padres, obviamente no funcionaba, pero lograba encontrar paz hasta quedarse totalmente dormido. Juliett abrió la puerta suavemente para entrar a la habitación, sus manos sostenían una taza de porcelana que contenía un humeante té de manzanilla. Ella se sentó en la cama de Zeleo con delicadeza. Verlo todo envuelto en esa cobija le destrozaba el corazón, no le gustaba verlo llorar, de hecho, no recordaba verlo llorar desde los diez años cuando el divorcio se había hecho legal. -Cariño –susurró-, te traje un té, est&
Epílogo. Estaba sentada en la sala de la casa de Diara con un té de menta entre mis manos, Zeleo no paraba de hablar de los posibles nombres que podrían darle al bebé que Niki tenía en su vientre. Todos reían, todos festejaban el cumpleaños de Diara. Éramos una pequeña reunión, porque a pesar del amplio círculo de amigos de Diara, ella solo quería estar con los más allegados. Diara sonreía y me hablaba de cómo había conocido a Zeleo, mientras lo abrazaba de un modo cariñoso, lucía débil, pero la forma en la que hablaba y sonreía, la hacía lucir fuerte. Diara fue al baño, y al regresar lucía mucho más escuálida, ella era flaca desde que la conocí, pero ahora lucía de un modo exagerado, se sentó en una silla mientras escuchaba como todos comenzaban a cantarle una canción, ella cerró los ojos y dejó permanecer una sonrisa mientras nos escuchaba. Y al concluir la canción, descubrimos que ella n
Prólogo. — ¿Ves a aquella rubia? —dijo Zeleo a Lucas, este último le dio un pequeño trago a su bebida antes de inclinarse para detallar a la chica a la que se refería Zeleo. —Apenas —se burló—, parece un sensual Oompa loompa, en cambio la castaña... —Ni hablar, yo vi a la castaña primero —lo interrumpió Zeleo—, necesito que las separes, invita a la rubia a bailar o algo. Lucas le dio otro trago a la botella que tenía en la mano y se cuadró de hombros dirigiéndose hacia la rubia. La música zumbaba por todo el lugar, el ambiente era puro alcohol, drogas, personas riendo y bailando por todos lados. Una pareja comenzó a correr escaleras arriba justo cuando Diara caminaba por ahí, casi se la llevan por el medio si Nicole no la hubiera agarrado por el hombro para contenerla. —Esos dos sí que están apurados —gritó Nicole al oído de Diara