Hola, espero estés muy bien. Es agradable tenerte en esta nueva Historia, será algo diferente, y en ciertos capítulos tendrá narrativa de hechos reales. será algo diferente a lo que ya había escrito, pero sin perder mi esencia. Estoy totalmente encontrar de las humillaciones y maltrato hacía la mujer. vamos a darle mucho amor a nuestra querida Aurora 🌷🩷
Aurora se percibía como la mujer más ingenua del planeta, creer en que la policía la protegería era su error más grande. Estaba arrepentida. No sabía a ciencia cierta si ese sería su trágico final, no tenía idea de qué era lo que haría Ricardo con ella a continuación.Podía escuchar la risa de los hombres desde la habitación, había escuchado sin dudas algunas siete voces diferentes.Era imposible salir ahora, sin dudas moriría, quizá hoy o mañana, no lo sabía con exactitud. ***Por otro lado, Alexander y su equipo estaban ahora rastreando la zona a donde los había dirigido el GPS. El coronel más temido de las fuerzas especiales tenía esperanzas en encontrar a esa mujer viva.No quería cometer el mismo error que cometió hace más de algunos años atrás, recordar ese momento aún lo había mantenido con pesadillas y sin lograr dormir bien.*Inicio de la analepsis.*Ver cómo ese grupo terrorista había masacrado hasta a su propia gente, sus familias, hijos y padres. Solo por una creencia es
— Coronel, hemos registrado toda la zona, pero aún no tenemos indicios de que la rehén se encuentre en este lugar. Sin duda, Alexander se sentía frustrado y empezaba a dejar una impresión negativa sobre este lugar. — Retirada. Regresemos a la base y perfeccionemos más investigación para descubrir su paradero, no pudieron ir muy lejos de eso, estoy completamente seguro. —respondió Alexander mientras comenzaban a ir hacia los vehículos. Sentía una sensación en el pecho de que en cualquier momento algo grave podría pasar. *** Ricardo se acercó a Aurora, su sonrisa sarcástica y cruel. Aurora se alejó de él, intentando escapar, pero Ricardo la agarró con fuerza. —No te preocupes, mi amor —le dijo, su aliento cálido en su oído—. Esto solo será un recordatorio de quién está al mando aquí. Aurora intentó luchar, pero Ricardo era demasiado fuerte. La empujó contra la pared y comenzó a besuquearla, su boca áspera y desagradable. Aurora se sintió como si estuviera siendo violada de
Mientras, Elián y Ricardo disfrutaban de su vaso de whisky, Aurora se volvía a sentir sucia, sentía que no valía nada, el matrimonio que pensó sería un cuento de hadas, se había convertido en una pesadilla. Ricardo había sido como un príncipe azúl, el hombre que la encontró casi moribunda, el hombre que le brindó un techo en ese lugar de acogida para mujeres huérfanas. El hombre que era el patrocinador de dicho lugar, era un hombre bondadoso, que le juró amor eterno en medio de una recaudación de fondos al saberse enamorado de ella. Todo era mentira, una vil mentira, solo para ser su trofeo, para que el mundo supiera que era un buen hombre. Un hombre que, de puertas adentro, la humillaba, la maltrataba, no era más que una sirvienta en esas cuatro paredes. —Querida Aurora, gracias a mi es que tienes un techo digno en el cual vivir, que no se te olvidé que me debes todo lo que ahora tienes. — dijo ese imbécil una vez la boda terminó. —¿Ricardo, que sucede porque me trata de esta m
Alexander y su equipo habían estado esperando más información desde la base, la frustración por encontrar a esa pobre mujer y al mal nacido de su esposo.Alexander no lo podía dejar escapar, mientras seguían buscando en la zona, lograron divisar a los lejos las luces de un automóvil que se acercaba a baja velocidad.—¡Todos, escóndanse! —ordenó el coronel. Su tropa obedeció de inmediato, mientras Alexander observaba con extrañeza el vehículo transitando a esas horas y en ese lugar.Era, sin duda, sospechoso. Miró a su segundo al mando, y ambos comprendieron lo que habían pasado por alto: no habían revisado más allá del perímetro ni los alrededores.Alexander solo podía esperar que el automóvil se alejara para seguir su rastro y descubrir a dónde los llevaría.Alexander ahora solo podía esperar que el automóvil se alejara y él y sus subordinados podían recorrer el mismo camino para poder averiguar hasta dónde lo llevaría. ^_________^—Ricardo, detente, por favor, te lo supli
La tensión en Alexander era tan densa que parecía invadir el aire a su alrededor. Cada segundo que pasaba sin encontrar a Ricardo hacía que la presión aumentara. La desesperación solo se intensificaba al ver a Aurora, cuyo cuerpo vulnerable mostraba signos de fiebre que no parecían ceder.—¿Dónde está la maldita ambulancia? —tronó con un tono que hacía temblar incluso al más curtido de sus hombres. La impaciencia vibraba en cada palabra—. ¡Es para hoy, no para mañana, joder! —continuó en un grito que parecía resonar en el frío silencio de la noche.Un cabo, visiblemente nervioso por la furia del Coronel, logró responder con voz titubeante: —Señor, ya están en camino, pero el acceso desde el panteón es complicado para un vehículo. Además, hemos descubierto un pasaje trasero en la cabaña... parece que el señor Brown escapó por ahí sin que lo notáramos. Alexander frunció el ceño. Un gruñido escapó de sus labios mientras sus ojos se posaban nuevamente en Aurora, que yacía semiconscien
La madrugada había caído sobre la ciudad como un manto pesado, y el Hospital Central se iluminaba en la distancia con un brillo frío y clínico que contrastaba con la oscuridad envolvente. Aurora estaba siendo llevada en una camilla por el pasillo principal, rodeada por el equipo médico que trabajaba frenéticamente para estabilizarla. Alexander caminaba detrás, sus botas resonando en el suelo de mármol, cada paso firme un reflejo de su determinación. A pesar de haber sido testigo de innumerables escenas similares, algo en esta situación lo mantenía profundamente inquieto.Cuando llegaron a la sala de emergencias, los médicos se dispersaron para iniciar el procedimiento. Una doctora joven, de cabello recogido y mirada concentrada, se acercó a Alexander. —Coronel, haremos todo lo posible por estabilizarla. Parece estar respondiendo bien a la intravenosa, pero necesitamos tratar los golpes internos y monitorear la fiebre. Alexander asintió, aunque su mente no podía dejar de correr en
La sala de recuperación del Hospital Central estaba en silencio, salvo por el leve pitido de las máquinas que monitoreaban los signos vitales de Aurora. Alexander permanecía de pie junto a la ventana, observando la ciudad iluminada desde la altura del cuarto piso. En su mano derecha sostenía un expediente con los últimos reportes de la operación, aunque su mente estaba lejos de concentrarse en los datos. Su mirada se desvió a Aurora, que descansaba en la cama, su respiración tranquila pero aún débil. Habían pasado apenas unas horas desde que fue ingresada, y aunque estaba estable, Alexander sabía que el camino por recorrer sería largo.Mientras tanto, en otro rincón del hospital, Halcón 2 y otros agentes revisaban las grabaciones de las cámaras de seguridad de la cabaña de Ricardo Brown. En las imágenes borrosas, podían distinguir al fugitivo moviéndose con precisión, burlando los sensores y desapareciendo por la entrada trasera. Era un hombre astuto, calculador, y cada movimiento suy
Al llegar a la isla, el equipo se dividió en grupos, avanzando con cautela a través de la vegetación densa. Las instrucciones eran claras: localizar y capturar a Ricardo con vida si era posible, pero sin correr riesgos innecesarios. Ricardo, que había estado observando la costa desde su refugio, vio las lanchas acercándose y supo que su tiempo se había agotado. Se preparó rápidamente, tomando un arma y escondiéndose en un punto estratégico desde el cual tenía vista completa del único camino hacia su posición. Cuando el primer grupo de agentes se acercó, un disparo resonó en la isla, seguido por gritos y órdenes que rompieron la quietud del lugar. Alexander, que estaba más atrás, escuchó el caos y supo que Ricardo había decidido pelear hasta el final. —No tiene escapatoria —dijo, avanzando con cuidado hacia la posición de Ricardo. Los minutos que siguieron fueron un tenso juego de estrategia y resistencia, con ambos lados moviéndose como piezas en un tablero de ajedrez. Pero