—No, ¿qué dices?, tal vez sonó así, porque recordé de repente que quedé en llamar a mi madre, y se me había olvidado, es más, debo hacerlo ahora—Dice Chloe muy nerviosa y sin siquiera esperar a que Ava nos avise que podemos salir, sale del vestidor, dejándome ahí. —¡Ja!, a las buenas o a las malas voy a averiguar que es lo qué pasa, algo me estás ocultando Chloe, y esta noche lo sabré. Durante todo el recorrido a casa, Chloe, me estuvo evadiendo, y eso confirmaba mis sospechas, así que para cuando llegamos al edificio, mientras subíamos por el ascensor, le avisé a Ava, que esta noche se quedaría con Flor, pues tendría una cita con Chloe. —Damián, ¿y si lo dejamos para otro día?, estoy algo cansada. —No lo creo, te espero esta noche, a las 9:00 pm, sé puntual. —Le digo muy serio y ella no tiene más remedio que asentir delante de Ava. Ava por su parte, está demasiado interesada en su teléfono, como para prestarnos atención. Apenas llego a mi casa, empiezo a o
—Sígueme... —Le digo a Chloe, mientras voy a la habitación. —En esa bolsa está lo que debes ponerte, arréglate y te espero en la sala de juegos. —Señalo una pequeña bolsa que está sobre la cama. —¿En esa bolsa tan pequeña?, ¿estás seguro? —Si, no necesitas nada más, así que no te demores. —Le digo, pero al instante me arrepiento, porque se me ocurre una idea mejor para que use las bragas, y no es hoy. —¿Sabes qué?, pensándolo bien, no es necesario que uses lo que está allí el día de hoy, creo que es mejor que no lleves nada… te espero en la mazmorra. —Le digo y me dirijo hacia la puerta, pero antes de salir, me giro para decirle una última cosa. —Por cierto, suéltate el pelo, esa será la única cosa que usarás como prenda el día de hoy… No había ninguna necesidad de que Chloe se desvistiera en la habitación, pero desde un principio quería tomarme unos segundos para analizar lo que iba a hacer nuevamente, pues debo admitir que pese a haber practicado el sadomasoquismo por vari
Me acerco al cajón, y de repente el sonido del pug Anal vibrador llena la habitación y el rostro de Chloe se tensa, no sabe lo que viene, pero lo debe imaginar, su estómago también se tensa y lo aprieta por instinto, yo quiero creer que está emocionada por saber lo que vendrá y le dé, el placer que quiere. La picota no permite que tenga mayor visibilidad de lo que pasa atrás, y el espejo refleja meramente su rostro, y el mío cuando deseo que lo vea. Noto que está más atenta a mis movimientos, mueve su cabeza, como tratando de escuchar todo y saber que es lo que sigue, a pesar de que yo, por mi parte, intento no hacer ruido, creo que mi respiración me delata un poco y el sonido del pug, tampoco ayuda a esconder mis intenciones. Acerco la punta a la entrada de su culo y la introduzco solo un poco, y su gesto es de sorpresa y dolor, pero contrario a lo que ella misma expresó alguna vez sobre esa zona, levanta un poco las nalgas, cómo buscando que este entre un poco más. —Tranquil
—No entiendo que tiene que ver una cosa con la otra Chloe. En más de una vez, te he hecho saber que me importas. Estás siendo algo dramática, mi molestia es porque tú no confiaste en mí. —¿Así es?, porque yo pensaba que tu molestia es por tu padre. Si, te importo, pero la pregunta es, en tu vida, ¿qué es más importante?, ¿yo, o el odio que sientes hacia tu padre? Esa es una pregunta que, ni yo mismo, puedo responder en estos momentos, pero Chloe no deja de mirarme, esperando una respuesta, ansiosa. —Claro que tú eres más importante, que pregunta tonta. —Digo no muy seguro de mi respuesta, pues para ser sincero son años de odio hacia mi padre, y mi única meta en este mundo es derrocarlo. —¿De verdad?, yo soy más importante?, entonces no me equivoqué al elegirte, aunque debo admitir que aún sigo preocupada de que tu padre pueda hacerle algo a mi madre. —No te preocupes, yo te juro que no dejaré que le haga nada —Le digo, mientras me acerco a ella, y le doy un abrazo. —¿Quie
—Nos encontramos aquí reunidos, para orar por el alma de la Sra. Roberts, a quién lastimosamente perdimos en un terrible accidente, dejando a su querido esposo y a sus adorados hijos. —Dice el cura, mientras el féretro de mi madre es preparado para ser bajado a la tumba. Mientras el sacerdote habla, Ava llora y yo coloco un lirio morado sobre su ataúd, la flor favorita de mamá, mientras mis lágrimas inundan mis ojos. El ataúd es bajado lentamente, y yo miro hacia abajo, todavía intentando procesar todo lo qué pasó. De pronto un dolor se cuela por mi brazo derecho, lo observo y está lleno de raspones, parece que me lastimé, pero no logro recordar cómo. —Descansa en paz… —Son las últimas palabras del sacerdote, mientras la tierra cae sobre el ataúd. Veo a mi hermana, y la abrazo fuertemente, aferrándome a ella, para llorar juntos; sin embargo, no dejo de sentir esa sensación de abandono, veo a mi padre, y él ni se inmuta, su rostro es inexpresivo. —Damián, trae a tu hermana.
Me acerco, al ver que mi padre, está en el hospital, puedo ver cómo algunos periodistas incluso están presentes, preguntándole sobre su presencia allí, y él, apelando a sus dotes de actor, sin el más mínimo descaro, explicaba con profunda tristeza, como su pequeña hija, la niña de sus ojos, lastimosamente sufría del corazón y estaba siendo atendida en esta clínica, a la cual él, le confiaría su vida misma. Era increíble, ver cómo usaba a mi hermana, después de hace unos meses no permitía que los relacionaran ni siquiera en la escuela, y ahora hasta se aprovechaba de su condición para hacerle promoción a la clínica. —Papá, ¿qué haces aquí? Me mira, con desagrado, al ver que mi pregunta sonó a reproche. —Al igual que tú, hijo, estoy preocupado por tu hermana, incluso dejé tirada mi gira, para venir a verla, apenas me enteré de que había colapsado. —Dice, y todos a su alrededor empiezan a comentar lo benevolente y buen padre que es, y que así debería ser el presidente de los Esta
Ya han pasado unos días desde que Ava, estuvo en la clínica, ahora está en casa con nosotros, incapacitada, guardando reposo, siguiendo al pie de la letra las instrucciones del doctor, por lo que no ha asistido a la escuela en estos días, aunque si vienen muchos tutores, por orden de Michael, yo por mi parte, me he quedado cuidándola, junto a Chloe, Flor y la abuela. —Hermano, quería preguntarte algo... —Dime, ¿qué es? —Le digo a Ava, mientras peino su cabello mojado, pues Chloe y la abuela la han ayudado a bañarse y a vestirse, mi trabajo es desenredar su hermosa melena rubia. —¿Crees que sí soy buena chica, papá me deje estudiar arte? —No lo sé cariño, para ser sincero, no lo creo, imagino que escogerá algo relacionado con la política, o en su defecto alguna carrera administrativa. —Mmmm. —Suspira muy decepcionada, lo que me hace sentir muy mal, por haber sido tan crudamente sincero. —Pero, si por mí fuera, serías la mejor artista del mundo, ¿has hecho dibujos nuevos?
El día de la gala, finalmente ha llegado, y es un poco extraño que durante este tiempo, no haya recibido más que un mensaje de texto de Crystal, asegurándome que seguiría adelante con la boda. Ni siquiera sé, por qué se empeñaba tanto en seguir con esta farsa, conocía a Crystal desde pequeña y era una chica muy inteligente, hermosa, de buena familia, pero en serio no sé si esto lo hacía por terquedad, o por qué de verdad estaba obsesionada conmigo. —Hermano... —Me llama Ava, y me giro hacia ellas, que han acabado de bajar las escaleras. Levanto la mirada, y se ven preciosas, mi abuela, cómo toda una señora, de la alta sociedad, elegante y sobria, Ava, con un hermoso vestido rosa y un maquillaje muy sutil, que la hacían ver preciosa, creo que jamás la había visto tan arreglada, y debo admitir que mi hermanita ya era toda una mujercita con una belleza extraordinaria, que pocas veces no estaba opacada por las ojeras y la palidez de su enfermedad. Y finalmente Chloe, seguramente no ha