Me acerco al cajón, y de repente el sonido del pug Anal vibrador llena la habitación y el rostro de Chloe se tensa, no sabe lo que viene, pero lo debe imaginar, su estómago también se tensa y lo aprieta por instinto, yo quiero creer que está emocionada por saber lo que vendrá y le dé, el placer que quiere. La picota no permite que tenga mayor visibilidad de lo que pasa atrás, y el espejo refleja meramente su rostro, y el mío cuando deseo que lo vea. Noto que está más atenta a mis movimientos, mueve su cabeza, como tratando de escuchar todo y saber que es lo que sigue, a pesar de que yo, por mi parte, intento no hacer ruido, creo que mi respiración me delata un poco y el sonido del pug, tampoco ayuda a esconder mis intenciones. Acerco la punta a la entrada de su culo y la introduzco solo un poco, y su gesto es de sorpresa y dolor, pero contrario a lo que ella misma expresó alguna vez sobre esa zona, levanta un poco las nalgas, cómo buscando que este entre un poco más. —Tranquil
—No entiendo que tiene que ver una cosa con la otra Chloe. En más de una vez, te he hecho saber que me importas. Estás siendo algo dramática, mi molestia es porque tú no confiaste en mí. —¿Así es?, porque yo pensaba que tu molestia es por tu padre. Si, te importo, pero la pregunta es, en tu vida, ¿qué es más importante?, ¿yo, o el odio que sientes hacia tu padre? Esa es una pregunta que, ni yo mismo, puedo responder en estos momentos, pero Chloe no deja de mirarme, esperando una respuesta, ansiosa. —Claro que tú eres más importante, que pregunta tonta. —Digo no muy seguro de mi respuesta, pues para ser sincero son años de odio hacia mi padre, y mi única meta en este mundo es derrocarlo. —¿De verdad?, yo soy más importante?, entonces no me equivoqué al elegirte, aunque debo admitir que aún sigo preocupada de que tu padre pueda hacerle algo a mi madre. —No te preocupes, yo te juro que no dejaré que le haga nada —Le digo, mientras me acerco a ella, y le doy un abrazo. —¿Quie
—Nos encontramos aquí reunidos, para orar por el alma de la Sra. Roberts, a quién lastimosamente perdimos en un terrible accidente, dejando a su querido esposo y a sus adorados hijos. —Dice el cura, mientras el féretro de mi madre es preparado para ser bajado a la tumba. Mientras el sacerdote habla, Ava llora y yo coloco un lirio morado sobre su ataúd, la flor favorita de mamá, mientras mis lágrimas inundan mis ojos. El ataúd es bajado lentamente, y yo miro hacia abajo, todavía intentando procesar todo lo qué pasó. De pronto un dolor se cuela por mi brazo derecho, lo observo y está lleno de raspones, parece que me lastimé, pero no logro recordar cómo. —Descansa en paz… —Son las últimas palabras del sacerdote, mientras la tierra cae sobre el ataúd. Veo a mi hermana, y la abrazo fuertemente, aferrándome a ella, para llorar juntos; sin embargo, no dejo de sentir esa sensación de abandono, veo a mi padre, y él ni se inmuta, su rostro es inexpresivo. —Damián, trae a tu hermana.
Me acerco, al ver que mi padre, está en el hospital, puedo ver cómo algunos periodistas incluso están presentes, preguntándole sobre su presencia allí, y él, apelando a sus dotes de actor, sin el más mínimo descaro, explicaba con profunda tristeza, como su pequeña hija, la niña de sus ojos, lastimosamente sufría del corazón y estaba siendo atendida en esta clínica, a la cual él, le confiaría su vida misma. Era increíble, ver cómo usaba a mi hermana, después de hace unos meses no permitía que los relacionaran ni siquiera en la escuela, y ahora hasta se aprovechaba de su condición para hacerle promoción a la clínica. —Papá, ¿qué haces aquí? Me mira, con desagrado, al ver que mi pregunta sonó a reproche. —Al igual que tú, hijo, estoy preocupado por tu hermana, incluso dejé tirada mi gira, para venir a verla, apenas me enteré de que había colapsado. —Dice, y todos a su alrededor empiezan a comentar lo benevolente y buen padre que es, y que así debería ser el presidente de los Esta
Ya han pasado unos días desde que Ava, estuvo en la clínica, ahora está en casa con nosotros, incapacitada, guardando reposo, siguiendo al pie de la letra las instrucciones del doctor, por lo que no ha asistido a la escuela en estos días, aunque si vienen muchos tutores, por orden de Michael, yo por mi parte, me he quedado cuidándola, junto a Chloe, Flor y la abuela. —Hermano, quería preguntarte algo... —Dime, ¿qué es? —Le digo a Ava, mientras peino su cabello mojado, pues Chloe y la abuela la han ayudado a bañarse y a vestirse, mi trabajo es desenredar su hermosa melena rubia. —¿Crees que sí soy buena chica, papá me deje estudiar arte? —No lo sé cariño, para ser sincero, no lo creo, imagino que escogerá algo relacionado con la política, o en su defecto alguna carrera administrativa. —Mmmm. —Suspira muy decepcionada, lo que me hace sentir muy mal, por haber sido tan crudamente sincero. —Pero, si por mí fuera, serías la mejor artista del mundo, ¿has hecho dibujos nuevos?
El día de la gala, finalmente ha llegado, y es un poco extraño que durante este tiempo, no haya recibido más que un mensaje de texto de Crystal, asegurándome que seguiría adelante con la boda. Ni siquiera sé, por qué se empeñaba tanto en seguir con esta farsa, conocía a Crystal desde pequeña y era una chica muy inteligente, hermosa, de buena familia, pero en serio no sé si esto lo hacía por terquedad, o por qué de verdad estaba obsesionada conmigo. —Hermano... —Me llama Ava, y me giro hacia ellas, que han acabado de bajar las escaleras. Levanto la mirada, y se ven preciosas, mi abuela, cómo toda una señora, de la alta sociedad, elegante y sobria, Ava, con un hermoso vestido rosa y un maquillaje muy sutil, que la hacían ver preciosa, creo que jamás la había visto tan arreglada, y debo admitir que mi hermanita ya era toda una mujercita con una belleza extraordinaria, que pocas veces no estaba opacada por las ojeras y la palidez de su enfermedad. Y finalmente Chloe, seguramente no ha
—¿Qué es lo que acabas de decir, padre? —Pregunto furioso delante de todos, pero él ni se inmuta y sigue hablando sobre su adorada prometida como si yo no existiera. —Te estoy haciendo una pregunta, Michael Roberts, contesta... —Esta vez, levanto más la voz, y entonces me mira, junto con los demás asistentes. —Disculpen a mi hijo, parece que la noticia lo ha tomado por sorpresa... —Dice por el micrófono excusándose en mi nombre, y siento que la sangre en mi cuerpo hierve de ira, me acerco al escenario, por qué no pienso dejar que él y esa zorra que decía ser la mejor amiga de mi madre, se burlen de ella de esa manera. Cuando estoy por fin, frente a ellos, mi mirada es desviada hacia mi hermana, que de repente colapsa. —Ava... Ava... Subo rápidamente al escenario, pero mi padre es quien la toma en brazos. —¿Estás contento?, ya alteraste a tu hermana con tu comportamiento infantil. —Me dice entre dientes. —¿Yo?, pero si fuiste tú quien armó toda esta ridiculez, junto a es
No he dormido nada, y ya es hora de irme a trabajar, a regañadientes me baño y me visto, al bajar, pregunto a mi única empleada, Rosa, a quien recontraté hace ya varios años, después de descubrir la verdad. —Rosita, buenos días, mi amigo, Ethan, ¿ya se fue? —Oh, si, el señor salió muy temprano, dijo que debía ir a su hotel a cambiarse, pero le dejó dicho que recuerde que aún tiene muchas cosas que contarle. —¡Ja!, ¡ese Ethan! —Señor, ¿va a desayunar? —Solo café, por favor, no quiero llegar tarde. Una vez en la oficina, me centro en varios pendientes que dejé el día de ayer, mi secretaria, como siempre se pone la diez, y me ayuda en todo, recibo algunos clientes muy importantes para cerrar el trato de la creación de algunos hoteles en la zona turística de la ciudad, y al terminar me centro en seguir trabajando. —¿Acaso los empresarios exitosos no almuerzan? —Alguien dice, levanto la vista y es Ava, quien tiene la cara asomada por la puerta. —Hermana, que gusto, pasa