Taylor

Me he comprado una granja en Texas, ha pasado toda la semana ordenando mis cosas porque mi vuelo sale mañana y tengo que tener lo necesario porque no volvería pronto, hacía tiempo que quería comprar una, estoy cansada del tráfico de la ciudad y también de todo lo que me rodeada, odiaba tener que vivir tan rápido, aun si e era famosa odiaba los flashes que siempre estaban en mi cara.

No se cuanto tiempo me tomaría adaptarme pero realmente me gusta esto, me gusta estar en contacto con los animales y mucho más me gusta poder conocerlos, ya tengo vacas y también cerdos, también unos cuantos caballos que realmente los adoraba, uno me lo había regalado mi abuelo, es realmente especial porque me ha acompañado en mi crecimiento.

Recordaba la vez que tuve a mi primer caballo, mis padres me habían enseñado a cuidarlo desde que era una niña y cuando lo logre hacerlo yo sola me sentí demasiado feliz, nunca imaginé que esa felicidad se quedaría en mi corazón desde ese momento, ya lo había enviado hacia la granja, no podría dejarlo en un lugar donde yo no esté, no sería capaz de no verlo por mucho tiempo.

Ver a Golden me hacía recordar las veces que salía a montar con Henry, ese hombre había sido mi corazón entero en aquellos tiempos y aun seguía siéndolo, el había roto mi corazón hace casi diez años, nunca entendí porque lo hizo tampoco fue como que lo explico pero aun seguía con la esperanza de volver a verlo pero también intentaba dejarlo atrás.

Intentaba olvidar lo mucho que lo amé y lo mucho que lo amo aun, me había negado a buscarlo y también a siquiera leer una nota de él en cualquiera de las revistas, no quería contactarme, el día que me dejo con una sola carta fue el final de cualquier relación que pudimos tener.

Aun si no había dejado de amarlo no sabía si aun estoy dispuesta a tener una relación con el, mi corazón anhelaba volver con el pero yo misma me estaba negando, no sabía si podría negarme algún día cuando lo tenga frente mío pero vale la pena intentarlo.

Podía pasar todo el día pensando en el, en lo que se volvió su vida después de nosotros haber terminado, aun si me dejó abruptamente jamás le había deseado el mal, nunca podría haberlo hecho pero jamás a una persona que quise demasiado.

Tenía dieciséis cuando lo conocí, habíamos pasado juntos cinco años y podía admitir que fueron unos de los mejores de mi vida, habíamos sido unos adolescentes enamorados y podías notarlo desde lejos.

Cuando lo conocí no sabría decir que cosa me encanto de él a primera vista, su sonrisa, sus ojos o su manera de hablarme, todo de el era hermoso y juvenil en ese entonces, nunca podría pude olvidar la primera vez que me sonrió o la primera vez que me invito a salir.

Cuando terminamos había jurado no estar con nadie más para evitar sentirme de la manera en la que me sentí cuando terminamos, no quería volver a experimentar ese tipo de dolor, no quería estar deprimida y mucho menos sentirme tan vacía como antes.

Tenía veintiun años, sentía que mi mundo se estaba derrumbando por completo y que no encontraría a alguien que me amara de la manera en la que el lo hizo pero después de ocho largos meses de sentirme vacía y sin ganas, volvía a intentar ser yo misma.

A mis treinta y un años no pensé que aún siguiera sintiendo cosas por el, tuve relaciones pero ninguna fue cómo está, nunca busque a alguien que me besara y me tratara de la misma manera en la que el lo hizo pero todos terminaban siendo unos idiotas.

Me esforzaba lo que era mínimo en una relación y esperaba lo mismo a cambio pero al parecer no sabían lo que era y terminé cansándome de salir con alguien.

Mi vida es feliz pero aveces parecía que me faltaba algo, quería hacerme la loca al decir que no sabía lo que faltaba pero no quería darme ilusiones con que algún día Henry regresaría a mi lado para volver a ser felices.

No podía pensar un solo momento en el porque todo se convertía en el, mis pensamientos se dirigían a él y la incertidumbre de querer buscar cada noticia sobre el, de querer investigar su número telefónico para hablar con el pero se controlaba, desde que terminamos no había leído una noticia de el en las revistas o internet, aveces era inevitable porque su familia siempre fue una de las más adineradas del país y seguramente estaría en cualquier revista.

Prefería no usar las redes sociales muy seguido porque pensé que dejar de verlo en cualquier lugar haría más fácil que lo olvidara pero mi propia mente me traicionaba a veces o no solo aveces.

El terminaba siendo el recuerdo de media noche que me atormenta cada que navegaba en mi memoria a esa hora, el siempre había sido el capituló que quería cerrar pero había algo que me impedía hacerlo, había algo que hacía que mi corazón latiera con el y que mi mente impedía que lo olvidara.

Parecía un viejo recuerdo por el tiempo que había pasado, parecía también que nunca existió y todo fue parte de mi imaginación, aveces ponía en duda todo pero había un sentimiento que me decía que todo era real.

Henry O’Connor había sido lo mejor de mi vida pero también me hizo conocer lo peor de mi, el que me hizo conocer el amor y el odio hasta cierta parte de mi vida, aun si mi corazón seguía amándolo y latiendo desbocado por el, sentía resentimiento por la forma en la que me dejó.

¿Quiero verlo? No lo sé, no sabría cómo reaccionar aún cuando han pasado demasiado años.

¿Sentiría lo mismo? Aun siento lo mismo por el, no había duda alguna pero lo que si ponía en duda era si volvería con el.

Nada había cambiado en mi, seguía siendo aquella chiquilla que se había enamorado de su vecino.

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