Ella giró su cabeza al sentir la penetrante mirada de Derek, era consciente que otras mujeres lo observaban y hasta le lanzaban sonrisas coquetas, pero él solo la miraba a ella. Eso le gustó, la hizo sentir especial. Derek sonrió, y en sus ojos burbujeaba la risa, pero también algo ardiente, algo que susurraba que él podía enseñarla a vivir nuevamente, enseñarla a vivir de verdad.Después de bailar y jugar, Liesel fue hasta Derek, se sentía feliz y llena de energía y vitalidad.—¿Quieres beber algo? —le ofreció Derek.—Sí, gracias.Derek se marchó para traer unas bebidas y Liesel aprovechó ese momento cuando él estaba de espaldas a ella, se permitió el lujo de deleitarse contemplándolo, apreciar su pura belleza masculina, era simplemente exquisito.Él volvió con ella y traía en las manos una bebida caliente, chocolate.«Chocolate» su mente se esforzaba en intentar recordar si alguna vez lo había probado, pero fue en vano.Liesel tomó la taza caliente en sus manos y sopló antes de darl
Derek bajo su boca para besarla, no tenía la intención de ir más allá que solo rozar sus labios, no quería asustarla y mucho menos presionarla, y así lo hizo al principio, pero cuando quiso separarse de ella, Liesel se aferró a él tomándolo de la chaqueta, y subió la intensidad del beso.El gélido aire del lago golpeaba sus cuerpos y el canto armonioso y melancólico de los animales nocturnos los atrapó en una vorágine de pasión y delirio.Derek la apretó contra su cuerpo, no esperaba esa reacción por parte de ella. Bajo las manos hasta sus nalgas y la instó a subirse sobre su cuerpo para sentarla sobre la barandilla quedando él entre sus piernas, se moría por tocar la suavidad de su piel, por explorar cada parte de su cuerpo, y para darle un beso tan íntimo, que los llevará a ambos hasta la gloria.Liesel estaba absorta, totalmente entregada a la pasión de su cuerpo y al goce de su corazón, era como si por fin después de mucho tiempo su alma probará alimento. Las manos de Derek estaba
Derek la ayudaba a sacarse la ropa mojada, ella está temblando debido al frío, odiaba el frío, porque eso le recordaba a sus días dentro de los laboratorios de La Hermandad, cuando la castigaban por no cooperar, y ponían su habitación tan helada como un congelador, y a ella únicamente la dejaban vestida con su ropa interior, esas noches eran un verdadero martirio, cuando su cuerpo ya no lo soportaba más, y llegaba casi al punto de la congelación, los médicos de La Hermandad cambiaban la temperatura y de pronto la habitación parecía el mismo infierno.Derek noto el cambio en su humor, la chispa de hacía un momento había desaparecido.—¿Qué te pasa? Recordaste algo.—No solo que... Odio el frío. —No era la verdad, pero tampoco una mentira.—Ven aquí —Derek abrió sus brazos para ella y Liesel terminó de cerrar la distancia que los separaba ambos tenían desnudos la parte del torso, pero en ese momento la caricia no era para nada sexual, ella necesitaba cariño, afecto, consuelo y él iba a
Sentada sobre la cama, no podía dejar de pensar en el sueño que acababa de tener, el sudor perlaba su frente y su corazón aún se sentía agitado. Acaso su subconsciente estaba tratando de decirle algo. Se cubrió la cara con ambas manos, y de pronto fue como si algo hiciera "click" en su mente, cómo si finalmente las piezas se hubieran acomodado, ahora lo veía claro, pero no podía ser posible, no.De un movimiento se quitó de encima la colcha que cubría su cuerpo y se puso de pie, una parte de ella quería quedarse y seguir durmiendo, pensar que todo había sido un mal sueño, pero la otra parte quería desesperadamente salir de la recámara e ir hasta el jardín, a la fuente de los lobos y comprobar lo que había estado soñando.Al final Liesel supo que no podía quedarse con la duda, tenía que saberlo, debía hacerlo y no podía esperar hasta que amaneciera, tenía que ir ahora. Se calzó las sandalias y salió de la habitación rumbo hasta el jardín. Cuando llegó hasta la fuente de los lobos, miró
Derek la tomó en brazos y subió con ella hasta la recámara, la sangre y la piel le hervían por hacerle el amor, por tomarla y nuevamente hacerla suya, por hundirse en la tibieza de su cuerpo, que parecía terciopelo.Se sentó sobre la cama, con ella aún encima de él, y Liesel se dejó hacer, llevar y cuando Derek aplastó los labios entre los suyos al tiempo que apretaba, la parte interna del muslo, no esperó a que le diera permiso, sino que la asaltó con una furia sensual que la llevó a apretarse aún más a él.El cuerpo de Liesel ansiaba el de Derek, no tenía el menor deseo de apartarse, sino todo lo contrario, quizá porque no había tenido tiempo de sentir temor o quizá porque podía sentir el hambre que le embargaba, un hambre que solo él podía saciar.Derek le mordió el labio inferior y ella le devolvió el mordisco.—No —protestó cuando él puso fin al beso, para deslizar los labios por su mandíbula y su cuello.Algo entre sus piernas se derritió y cuando los dedos de él nuevamente asce
Esa noche, cómo en todas las otras noches que había dormido entre los brazos de Derek, no acosaban las pesadillas. Ella sabe que tarde o temprano tendrá que decirle, que contarle todo lo que ha hecho. Está comenzando a amar a este hombre y no puede iniciar una relación basada en la mentira, y si él la desprecia y la odia después de que ella diga la verdad, será menos doloroso separarse ahora. «Vamos Liesel, tu puedes» Ella se había llamado Liesel a sí misma, y fue algo tan espontáneo que ni siquiera se percató de ello.Cuando Derek despertó, pero solo un segundo antes de abrir los ojos, recordó que esa noche no había dormido solo. Liesel, su mujer estaba a su lado, y fue todo lo que se necesitó para que su miembro se pusiera viril, así que se giró para abrazarla, listo para hacerle el amor una vez más, en esta ocasión iba a sentarse sobre la silla para tener un buen alguno de sus hermosos pechos, adoraba los senos de Liesel. Derek se llevó una sorpresa al ver qué ella ya no estaba e
El día era perfecto, el clima, el tráfico e incluso las buenas noticias que sabía iba a recibir tan pronto como llegará a su despacho. En uno de los edificios de mayor prestigio de la ciudad, Balthazor Amery, presidente de La Hermandad, se encontraba en su oficina, del piso 103, junto con el doctor Ignaz Isordia. Ambos celebraban la captura de cambiantes leopardo, capturados en la última intrusión a una manada de cambiantes que se escondía en las montañas de Thompson Peak—¿Cuantos lograste capturar? —Balthazor Amery deseaba conocer todos los detalles sobre la nueva adquisición.—Un par de ellos. Un macho joven y un cachorro.—Excelente. Me imagino que ya los mandaste al laboratorio.—Sí, está vez los tengo aquí en la ciudad, nunca nadie sospechara de la nueva ubicación.—Sí, no podemos permitirnos darnos el lujo de perderlos cómo lo hicimos con Liesel.—¿Qué noticias tienes de ella?—Ninguna, pero me imagino que están con los Von Steiger. Eliot Dunham, logró engañarnos por mucho tiem
En las oficinas de Steiger Enterprise, Liam y Natasha, se encontraban reunidos para una videoconferencia con Jacob D'angelo.—¿Cuál es esa información tan importante que tienes para nosotros gato? —Nat, fue al grano como siempre. Ese hombre la ponía nerviosa y de malas, ambas cosas en partes iguales.—Buenos días para ti también hermosa —Jacob se sonrió de medio lado al ver la expresión de Natasha Reber. Ella siempre lo trataba con la punta del pie, y él no sabía porque, pero le gustaba empujar ese lado perverso de ella.Natasha no le regresó el saludo, estaba por demás intenta ser cordial con ese hombre, sacaba lo peor de ella siempre. Por el contrario, fingió quitarse una pelusa de la manga del saco negro que usaba esa mañana.Jacob sonrió más ampliamente al darse cuenta de que ella acababa d