Liesel no sabía lo que había pasado, estuvo a punto de besar a Derek, otra vez, y en un minuto su sexto sentido le gritó que no, que esa no sería una buena opción. Debía alejarse de él, pero estar separada de Derek era imposible cuando lo que ella quería era tenerlo cerca. Le dolía el corazón solo con verlo y tener que esconder todo lo que su cuerpo sentía cuando estaba cerca de él.
La sangre le hervía y casi podía oír su propio pulso, estaba temblando y temió desmayarse, eso sí que sería el colmo de su mala suerte.
—Concéntrate Liesel, concéntrate. —Se repitió una y otra vez. No podía permitirse perder el sentido, en cualquier momento alguien la encontraría y pediría ayuda en el restaurante y Derek la encontraría inconsciente, y confirmaría una vez más lo débil qu
—Liesel, me ha llamado George.Liesel alzó la ceja, acaso su mamá creía que era tonta.—Te llamo George eh.—Sí, pero descuida, ha llamado para saludar e invitarnos a almorzar.—¿Mamá?—Cariño que él ha llamado, te juro que yo no he tenido nada que ver, ni siquiera a tu padre le he contado sobre Derek, porque se lo contaría a tu doctor.—Porque mi doctor es tu amigo, y tal vez sentías ganas de desahogarte mamá.—Estás un poco paranoica esta mañana cariño.—Como sea, tengo planes.—Por qué no me cuentas.—Es sobre la empresa que quiero montar de servicio de catering y relaciones públicas. Quede con una inmobiliaria para ver locales donde pueda instalarme. Me urge trabajar, hacer algo mamá.—Siempre puedes ayudarme con la asoci
Derek salió de los aseos dejándola más confundida de lo que estaba. Que había sido toda esa charla de estar cansado de hacer las cosas como debe y de no dejarla ir. Pero si él nunca la había querido, se lo había dejado muy claro desde hace años, por eso fue que ella salió huyendo, por la humillación que le causó lanzarse a los brazos de Derek y que él la rechazara limpiamente sin inmutarse por destruir los sentimientos de una adolescente tonta y enamorada de un imposible. —Dios, ayúdame. —No es que Liesel fuera una fiel creyente, pero estaba segura de que había fuerzas más poderosas y aun se aferraba a ellas. Se acomodó la ropa, se alisó el cabello y se maquilló de nuevo los labios. Si Derek quería jugar, ella no lo haría sin las armas que la naturaleza le había dado. Ya no era la misma chiquilla de antes y ahora usaría todo lo que tenía para participar ella también. Cuando volvió a la mesa, Derek y Sarah, de quien se había olvidado, estaban enfrascados en un
Los días que siguieron, Liesel no tuvo noticias de Derek ni por error. Había querido preguntarle a Tatiana, pero no quería delatarse y gracias al cielo no hubo necesidad porque su amiga le informaba de cada paso que daba su querido hermano.—Y así sin más se levantó de la mesa para atender una llamada y cuando regresó dijo:—Mamá, abuelo me voy unos días a Chelan—¿Qué? — Grité, casi me atraganto.—Derek nunca toma vacaciones Liesel. Así que se me ocurrió que algo importante debe pasarle a mi hermanito.—Ideas tuyas Tatis.—Lis, te lo juro que no. Derek no es de los que se van, así como así.—Pues ya iba siendo hora de que tu hermanito dejará de ser tan estirado.—Aunque no lo creas me preocupa.—Es un chico grande Tatis, él sabe lo
La dicha de estar con sus amigos hacía que Liesel se sintiese mejor, la desagradable charla que mantuvo con Derek le había dejado un mal sabor de boca, pero al ver a ese par destilando tanto amor era imposible no llenarse el alma con la esperanza de que todo saldría bien, por lo menos esa noche.El grupo subió al vehículo, sin percatarse de que eran vigilados.—Señor, está saliendo del edificio, va en grupo.—Síguelos y no los pierdas.—Sí señor, lo mantendré informado.Una vez que tomaron la calle rumbo al restaurante, Liam se percató de que un auto iba detrás de ellos, las cosas con el consejo se habían estado poniendo peligrosas, así que aceleró la marcha intentando perderlos.Al llegar al restaurante, las chicas decidieron sentarse fuera pese a todas las objeciones de Liam, si los estaban siguien
Poco más de veinticuatro horas habían pasado desde que Derek la dejara en la puerta de su casa ese viernes por la noche que para nada fue lo divertido que ella esperaba, tener a Derek dentro de su espacio personal no era llamase un fin de semana relajado.Liesel tenía ganas de salir, la noche anterior se habían frustrado sus planes por el energúmeno de Steiger, así que de nueva cuenta llamó a Tatis.—Hola, dime que por favor no tienes planes de solo Liam y tú esta noche.—No, ¿Por?—Quiero salir, ir a bailar y pasarla bien ¿es acaso mucho pedir?—Estás en todo tu derecho amiga.—¿Entonces?—Me apunto y Liam también.—Ok, pero Tatis no se te ocurre incluir a tu simpático hermano en los planes de acuerdo.Tatiana se echó a reír, sabía que Liesel aún seguía enojada con él, pero era muy divertido mirarlos arrojarse piedras en el tejado así que por un breve momento estuvo tentada a dejarle saber a su hermanito a donde iría con Liesel esta noche. Pero se dijo que no rápidamente, ella era un
Como un acto reflejo Derek salió disparado hacia la posición de Liesel, ella era suya y ese mal nacido no tenía derecho a tocarla como lo estaba haciendo. Quien se creía que era para tocar así a su mujer, para abrazarla y susurrarle quien sabe que sarta de estupideces al oído. La expresión dura de su cara alertó a su hermana y a Liam de que Derek estaba fuera de sí. —Calma ese cólera hermano. —Sal de mi camino. —Derek, detente aquí. —Pero es que ella… —Ella está bailando con un hombre que sí le presta atención, que no juega a jueguitos de estira y afloja, que no se hace el macho orgulloso y arrogante, y que la puede hacer feliz. —Pero si apenas lo conoce. Tatiana río y él solo pudo contemplarla. Acaso Liesel y ese hombre… No quería ni imaginarlo. Tal vez era un ex novio que vino tras ella, él iría tras ella si Liesel lo hubiese abandonado. «Maldición». Nunca en toda su vida había estado tan conf
Al volver a casa, Liesel se encontró con la noticia de que Derek les envió una invitación con motivo a su festejo de cumpleaños número 32.«Vaya que le siguen gustando los eventos aburridos y estirados, —pensó para sí misma. —Si fuera yo estaría divirtiéndome en una isla del caribe»—No iré. —Soltó de lo más despreocupada, después de haber visto la invitación que le extendió su madre.—Pero Liesel, los Von Steiger son socios y amigos de la familia desde hace muchos años y su hermana es tu mejor amiga.—No me importa mamá, no voy a ir a esa fiesta. —Se cruzó de brazos.—Tendrás que hacerlo.—No. No iré porque no estaré aquí para ese día.—Liesel, no puedes irte.—Mamá, yo no quiero
Derek iba distraído rumbo a la casa de su madre, ver a Liesel con otro hombre que representara una verdadera amenaza en alejarla para siempre de su lado lo tenía pensativo y preocupado; y Grace era la única capaz de calmarlo en un momento como ese.«No podía perderla, no iba a perderla»Tanto era su apatía que estuvo a punto de pasar desapercibido el vehículo deportivo color blanco que estaba estacionado en el lateral de la calle; frenó en seco en cuanto lo reconoció.«¿Qué carajos estaba haciendo ella ahí?»Se bajó del auto furioso, estaba dispuesto a gritarle un par de cosas, estaba molesto con ella por atreverse siquiera a intentar olvidarlo, desechar lo que fuera que tenían, pero cuando se acercó al vehículo sus instintos más primitivos se pusieron en alerta.Liesel parecía… ¿