El aire gélido azotaba las calles de la ciudad, y una neblina espesa las hacía parecer tenebrosas, aún no estaban en invierno, pero el frío podía llegar a calarte los huesos. Había dejado su moto estacionada cerca de la entrada del gimnasio, antes de entrar para hablar con ella.Jacob no había querido tener que buscar a Natasha Reber, no había querido tener que verla por qué esa mujer lo exasperaba de tal manera que hasta él se odiaba por caer en ese juego. Aún no cruzaba una sola palabra con la rubia de ojos verdes y cuerpo de diosa, y ya se sentía inquieto.La busco con la mirada, pero no logro encontrarla, le pareció raro, ya que Natasha no es de las mujeres que suelen pasar desapercibidas, así que debía estar en los vestidores, pero no estaba ahí, unas chicas que iban saliendo le dijeron que ellas eran las últimas. Jacob decidió preguntar en la recepción, tenía que pasar por ahí. Efectivamente le informaron que acababa de irse. —Se hace menos de cinco minutos, tal vez aún la alca
George se ocupó de atender a Natasha, por lo menos en la parte física. Hizo todo para que ella estuviera cómoda y que sintiera el menor dolor posible, pero las heridas causadas en su alma, esas tardarían más en sanar, y ahí él no podía hacer nada.Antes de partir, George dejó indicaciones para el cuidado de la chica.—Esta es la lista de medicamentos, pero sobre todo mucho reposo —le dijo a Jacob.—No se preocupe, yo cuidaré de ella.—Si mañana está en condiciones de moverse, llévala a mi consultorio para revisar el ojo y la fractura de costillas y pómulo. —Así lo haré doc. Gracias por tomarse la molestia de venir.—Lo hago con gustó muchacho.George se retiró dejando a Jacob solo en la habitación con la mujer que hasta hacía unas horas lograba alterarlo y poner su mundo de cabeza.Jake se sentó al lado de la cama y le tomó la mano entre las suyas, incluso así en ese estado la fuerza y la personalidad que Natasha Reber emanaba no se había aminorado. Él no podía negar que era hermosa
Jacob y Natasha llegaron a la consulta de George, después de que este le revisara el ojo y las costillas que eran los golpes que más le preocupaban, les informo que todo estaba progresando bastante bien.—Entonces ya puedo irme a mi casa. —Estaba ansiosa por salir fuera de la vista del gato.—¿Vives sola?—Sí, hay algún problema con eso —Natasha se tocó las costillas, aún le dolía. Esos malditos le habían dado una paliza, pero ya se iba a encargar ella de ese trío. Paró el pensamiento, no quería ir por ahí y menos frente a un par de desconocidos.—No me parece buena idea que estés sola. Sigues muy lastimada.—No es la primera paliza que me dan. Se lo aseguro que no me va a…—Se quedará conmigo doctor, —interrumpió Jacob —no se preocupe, yo me encargaré de ella.Natasha se giró hacia él, lanzándole otra de sus miradas asesinas, pero él la ignoró.—Como te atreves, no me voy a…—Te quedarás en mi casa y se acabó, no puedes ni debes estar sola. —Volvió a interrumpir nuevamente.—Él tiene
Liesel no podía esperar a su amiga, la charla con Raoul la dejó muy ansiosa, así que le llamó para cancelar la cita, pagó la cuenta y se fue de inmediato. Lo único que quería era estar en la seguridad de su habitación y ver a Derek, pero él se encontraba lejos de ella. Sufrió en silencio por la separación.«Al diablo la fiesta, vayamos simplemente al juzgado y listo» se dijo a sí misma.Cuando subió al coche quería gritar por los recuerdos que vinieron a su mente, porque tenía que haber visto de nuevo a ese hombre, porque tuvo que toparse con él. «Para que la había buscado, con qué sentido», La cabeza iba a explotar del dolor que la estaba martillando, era como si su cuerpo tuviera la necesidad de sacar esa energía acumulada, pero ¿Cómo?Entonces se dio cuenta, pero no podía hacerlo en plena calle, debía estar en un lugar seguro, hacerlo en la comodidad de su casa.Manejó a toda velocidad y no paró hasta encontrarse a solas en su habitación, cerró la puerta con llave y tomó una lámp
Liesel estaba a punto de bajar para encontrarse con Derek, pensaba echarle bronca por irse sin despertarla, pero de pronto vio el sobre que le había entregado Raoul el día que se encontró con él en el restaurante. Lo tomó con toda la intención de echarlo a la basura, pero no pudo, le intrigaba lo que pudiera contener ese sobre, pero a la vez le daba miedo abrirlo y conocer su contenido. Así que decidió guardarlo en un cajón y dejarlo para después cuando decidiera lo que haría con él.Derek la esperaba en la sala, estaba más guapo que nunca, los trajes hechos a la medida le sentaban más que bien, pero ese look de hoy, de aspecto relajado, como si fuera un hombre común lo hacía verse como Derek siendo el animal salvaje que moraba en su interior. Llevaba unos jeans oscuros y una playera manga larga y encima una gabardina corta en color negro también, se veía definitivamente muy masculino y extremadamente peligroso. El cabello le había crecido un poco más de lo habitual y se moría por hun
Derek y su padre tenían horas hablando en la habitación de este último, eso intrigaba a Liesel sobre manera, no se imaginaba sobre que podían estar charlando.Así que ella caminaba de un lado a otro de la habitación como fiera enjaulada.Acababa de sentarse cuando llamaron a la puerta.—Adelante —respondió sin ganas.—Así recibes a tu futuro esposo.La voz de su hombre de ojos negros la sobresalto.—Derek —Liesel se levantó y corrió hasta cerrar el espacio que la separaba del hombre que la hacía la mujer muy feliz, en más de un sentido. —¿De qué tanto hablaban papá y tú?—De ti y de mí, de nuestro futuro, de los planes para la vida que hemos hecho.—No hay muchos planes que hacer, siempre seremos solo tú y yo.
Natasha había sentido que necesitaba eso, el compañerismo, la fraternidad... comenzaba a sentirse nuevamente como ella. Después de reír un poco más ambas mujeres se pusieron serías.—Y cuál es ese reto que tienes para mí.—Necesito encontrar a una persona.—Nena, sabes que encontrar gente es mi negocio.—Esta es una persona que no quiere ser encontrada y que ha cubierto muy bien sus huellas.—Sabes que nada es imposible para Dorothea Lewis.—Lo sé, por eso recurrí a ti.Natasha le dio el nombre y la información que le había proporcionado Liesel, le contó un poco sobre la historia de esa familia, el por qué y sobre todo la importancia de hallar a esa mujer.—Ella es una pieza esencial en este juego de ajedrez Thea, no me falles.—Cuando lo he hecho. —La morena le gui
Liam le dio a Jacob la oportunidad de asimilar y procesar la información que acababa de contarle. Ahora entendía un poco la actitud de Antón Liester, si él hubiera participado en esas atrocidades tampoco podría perdonarme, es por eso que el doctor sufría de depresión y consumía drogas, su conciencia, aunque fuera poca, no le perdonaba lo que había hecho dentro de esos laboratorios.—Lo que no entiendo, es como nuestro amigo el doctor, sabía sobre esto, me imagino que los consejeros de la Hermandad no van por ahí contando sus planes a todos sus empleados.—Antón trabajó por un tiempo en ese proyecto, pero después lo dejó.—Y los consejeros le permitieron dejar un proyecto de esa magnitud, así como así, me parece muy raro.—Estuve investigando rápidamente en internet un dato que compartió