—¿Qué es una jardinera? —Radu escucha la emoción con la que todos anuncian la llegada de esa persona y cómo comienzan a palmear y a cantar con más fuerza. Ese era otro detalle que lo tiene atento: ¿cómo es que no les duelen las palmas de tanto aplaudir?—Es la encargada de hacerle la prueba del pañuelo a Vanessa —son las palabras de Irina al sacar el cigarrillo de su boca—. Si Vanessa no da las tres rosas, no solo no podrá casarse, sino que el honor de la familia quedará en duda.Irina suspira con frustración, deja caer el cigarrillo al suelo y se coloca de pie. Radu, por su parte, termina su cigarrillo y se levanta igual para tomar las camisas que le faltan por repartir.—¿No vas a hacer nada? —pregunta hacia Irina y esta solo lo mira, pero antes de que pueda darle una respuesta, el yeli interrumpe sus palabras.“En un verde prado, tendí mi pañuelo y salieron tres rosas como tres luceros, ya levanta a la novia pa' arriba, que se despida de su familia yeli yeli yeli, yeli yeli ya.”El
“Saca las almendras que trajimos para ti, que sean flores al aire del color del carmesí.”Y esa última copla hace que los vítores y palmeos se silencien, esa es la señal de que es la hora de comenzar con la prueba del pañuelo.—¿Nona? ¿Radu? —pregunta al ver que son los únicos integrantes de la familia de los que no se ha despedido, por lo que, comienza a buscarles entre la multitud sin encontrarlos.Cuando su mirada se encuentra con la de Tatiana, ve cómo ésta la cuestiona con sus gestos, por lo que solo moviendo sus labios menciona a su abuela y mejor amigo. En ese momento Tatiana también los busca y al no encontrarlos, se sale de la multitud para ir por ellos.Al sentir un agarre en su hombro, se gira para encontrarse con una mujer mayor, su traje todo blanco y su cabello cubierto por una pañoleta blanca le deja en claro que se trata de la jardinera.—¿Lista? —pregunta con un tono amable mientras le dedica una sonrisa cálida.¿Lista? No, lo que está es aterrada, con ganas de salir
—¡Nessa! —exclama Vaiana mientras se hacer a Vanessa quien sigue llorando contra las piernas de su abuela.—Tu hijo acaba de humillar a mi hija—son las palabras de Nicolau al momento que cierra la puerta de la cocina y solo quedan ellos dentro de la casa.—Marcus no humillo a Vanessa—asegura Klaus con total tranquilidad—. Solo la salvó y evitó que todo se volviera un escándalo mayor.—¿Qué está insinuando? —Radu, aunque no tiene idea de que pasa, si entiende lo que el mayor dice y que Vanessa sea puesta en duda es algo que no va a permitir.—Por favor, vamos a calmarnos y hablemos—son las palabras de Marcus mientras se coloca entre su padre y Nicolau.—¡¿Dónde están tus testigos?! —Nicolau no puede evitar explotar al preguntar.—No los necesito —es la tranquila respuesta de Klaus—. Nicolau, eres un amigo al que tengo gran aprecio y al que nunca me atrevería a ofender, y mucho menos a tus hijas…—¿Te atreves a decir eso mientras ofendes a mi hija?Sin querer alzar la voz o caer en una
Tatiana se abre paso hasta llegar con Marcus. Tomando el hombro del mayor lo hace girarse y su mirada se fija en la de él. Su corazón late con fuerza mientras intenta procesar la petición de Vanessa.—Dime ¿qué está pasando? —pregunta, su voz llena de urgencia—. ¿Por qué Vanessa está pidiendo una prueba de miramiento? Se supone que ella debía pasar la prueba del pañuelo.Tatiana no entiende absolutamente nada. Primero, los cantos que se escucharon dentro de la cocina le dieron a entender que todo está bien, después de todo, era el yeli, y el yeli solo se canta cuando la novia entrega las rosas. Luego Vanessa entra llorando a la cocina, los videos que envió Xavier y ahora Vanessa pidiendo un miramiento, a este punto siente que se va a volver loca. Marcus abre la boca para responder, pero antes de que pueda decir algo, Klaus se adelanta, poniendo una mano en el hombro libre de su hijo.—Tatiana, Marcus ofreció la dote sin pedir la prueba del pañuelo —explica Klaus, su voz grave y seria
—¿Estás seguro de lo que dices? —Nicolau no duda en volver a preguntar aquello mientras observa fijamente a Radu.—Seguro—responde sin titubeo—. Vanessa también pensaba que algo había pasado entre ellos, por esa razón estaba atormentada cuando llegamos hace un mes. Ella de verdad no sabía cómo verlos sin sentir que morirá de vergüenza y pena, y luego, cuando Emil se comprometió con Tatiana, todo simplemente empeoró.—Lo qué no entiendo, es porque no dijo nada—Vaiana habla mientras muerde su pulgar con marcado nerviosismo.—Bueno, si debo ser sincero, yo tampoco veía lo ocurrido como un gran problema—Radu observa a todos fijamente y simplemente ignora las miradas casi asesinas que le dedican a causa de sus palabras—. Seamos sinceros, en el caso de que Vanessa y Emil en realidad hubieran dormido juntos, eso no hace que Vanessa deje de ser Vanessa. Con o sin virginidad ella sigue siendo la misma persona maravillosa que es. ¿O acaso ustedes esperan que ella cambie en el momento que tenga
Para él la tensión es demasiada. Bajando la mirada a su celular nota que nuevamente el mensaje fue dejado en visto por lo que deja salir un suspiro pesado y guarda el teléfono. Radu nota como todos conversan amenamente, los pocos niños que se encuentran allí corretean por el patio con emoción, casi como si estuvieran ajenos de la antelación que cubre a los adultos. Ya no deseando seguir bajo interrogación. Radu pasea su mirada por el jardín buscando otro lugar donde está que no sea con Nicolau, Klaus y Marcos. Notando que Tatiana se encuentra en la puerta de la casa que da al jardín, se apresura a ir con ella. Una vez que está más cerca de ella, nota que su mirada está fija en la puerta de la casa donde se está llevando a cabo el miramiento. La música y el rumor causado por las conversaciones que llenan el ambiente parecen distantes para ella.—¿Por qué no entraste con Vanessa y tu madre? —es la pregunta con la cual le hace notar su presencia.Volviendo su mirada hacia él, Tatiana s
Radu sube las escaleras con un paso calmado, revisando la hora en su reloj, nota como este marca las 2:30 de la mañana. Los cantos y la algarabía que llegan del jardín le deja en claro que esa celebración no parece estar ni cerca de terminar.Al entrar en el pasillo de las habitaciones, nota como la luz del cuarto de Vanessa está encendida, y tomando en cuenta que tiene más de veinte minutos sin ver a su mejor amiga. Por lo que, sin dudarlo, se encamina hacia el cuarto.Radu toca suavemente el marco de la puerta del cuarto. La puerta está entreabierta, lo que le permite ver el interior donde Vanessa está sentada en el alfeizar, abrazando uno de sus peluches y mirando por la ventana con una expresión más serena de que ha tenido en toda la semana, especialmente en ese día. Al escuchar el suave sonido, ella voltea hacia la puerta y al ver que se trata de él, una sonrisa cálida y sincera ilumina su rostro.—Entra, tarado—dice con suavidad, su voz llena de cariño.Radu pasa por alto el ins
El bullicio de gritos y pasos rápidos resuena por toda la casa, despiertan a Vanessa. Abriendo los ojos parpadea varias veces para despejarse del sueño. Nota que se ha quedado dormida en el alfeizar de la ventana, sus piernas aún descansando sobre las de Radu, quien también está dormido y apoyado contra el marco de la ventana. La confusión inicial se disipa mientras se da cuenta de lo que está pasando a su alrededor.Vanessa se espabila un poco y, frotándose los ojos, escucha los golpes suaves sobre la puerta de la habitación. Con una voz aún cargada de sueño, responde:—Adelante.Cuando la puerta se abre lo primera que la pelinegra ve, es la cabeza de su hermana asomándose por un espacio de la puerta. Vanessa se endereza y en ese momento su cuerpo reciente la incómoda posición en la que se durmió. Usando su pie, mueve a Radu para despertarlo, mismo quien parpadea por lo que pasa.—Carajo…—murmura mientras se estira, su cuerpo doliendo al haber dormido sentado.—¿Qué pasa? —Vanessa pr