A la mañana siguiente,Anabella se sentía completamente adolorida, pero llevaba una sonrisa en el rostro, el haber tenido relaciones con Jean Carlo había sido de lo más normal que en verdad lo había disfrutado por completo. Su abuela se levantó, al Al parecer la anciana había dormido de manera maravillosa y se miraba muy contenta por la situación, al bajar a desayunar se encontró que su nieta se ya se encontraba ahí. Buenos días, querida, ¿Cómo dormiste? — pregunto la abuela — espero que hayas podido descansar, yo caí muerta — la mujer comenzaba a tomar unos cuantos sorbos del café caliente que tenía en la taza — terminando de desayunar, iremos a ver a tu padre —hablo Katherine — y creo que deberíamos guardar en secreto la visita de Jean Carlo te hizo por la noche, no queremos causarle otro infarto a tu padre — hablo como si nada la anciana logrando que la joven se sonrojara de manera visible. Anabella decidió que era mejor no decir o negar que Andollini estuvo en su habitación ca
Ethan Smith entro en su departamento, realmente iba furioso, Anabella se las pagaría, saco su celular, el nombre de Jean Carlo Andollini,se le hacía muy familiar, así que lo puso en el buscador y miles de imágenes comenzaron a salir del empresario italiano, información sobre él, dueño de doce restaurantes, de una empresa de seguros y otra de bienes raíces. ¡Maldición! — exclamo Ethan, cuando escucho el nombre sabía que era alguien conocido, pero no que en realidad fuera ese hombre, en algunas conversaciones con Anabella, ella lo había mencionado, al parecer era amigo de su hermano y de la familia, pero nunca imagino que ella se llegaría a casar con ese hombre, eso quería decir que ella le había sido infiel todo este tiempo, o como en muchas familias de alta sociedad, eran matrimonios arreglados. El hombre siguió mirando las fotos y demás, busco en revistas de sociedad, pero nunca encontró alguna nota que el heredero Andollini estuviera comprometido con Anabella Connor, quizás fuera
Mientras tanto Anabella escuchaba las indicaciones del médico, al parecer a su padre lo darían de alta antes de lo previsto, habían transcurrido dos días, después de que pasará la noche con Jean Carlo y este se había comportado caballeroso y amable. Le había flores, la llevaba a comer, pero sobre todo le enviaba mensajes, ella se sentía un poco incomoda debido a que los sentimientos que tenía por el italiano eran ambivalentes, sabía que su boda era inminente, el banquete estaba elegido, los anillos, los vestidos, las invitaciones estaban siendo enviadas, las flores, todo se encontraba listo, su parte racional odiaba a Jean Carlo por sus desprecios cuando ella fue adolescente, pero igual su parte de mujer lo deseaba y comenzaba a desear de manera que no podía controlar. El señor Connor, podrá irse a su casa mañana, tendrá que seguir una dieta muy estricta, tranquilidad y sobre todo, tendrá que tomarse unas vacaciones — puntualizó el médico, mientras le daba una carta de instrucciones
— Anabella suspiro bastante cansada, en verdad esa mujer la había sacado de quicio, en verdad era odiosa, siempre lo habia sido. FLASH BACK Era una enorme fiesta, se celebraba la mayoría de edad del hijo mayor de los Connor, era una fiest con mucho estilo, buena comida, bebida hasta acabarse todas las cajas, Dj´s exclusivos, muchos invitados. Los jovenes se encontraban en un lugar apartado era el festejado acompañado de su novia quien en ese momento era Constanzza Brassi y otros amigos entre ellos Jean Carlo Andollini, todos tenían un cocktail en las manos. Anabella se encontraba ahí, se había escapado de la pijamada que tenía con sus amigas, su madre le había dicho que era muy joven para la fiesta, pero que en cambio podía invitar a sus amigas y tener su propia fiesta. Iba en busca de unas cuantas bebidas, y le llamo la atención el grupo,entonces decidio acercarse, iba con un pijama de dos piezas azul cielo, llevaba en una bolsa de cocina, varias bebidas y unas cuantas bot
la cena transcurrió de manera tranquila, pero Anabella se encontraba tratando se manera cortante y fria a Jean Carlo, sus padres se retiraron a dormir a lo mismo que su abuela, así que tanto ella como Jean Carlo se quedaron solos en la sala de estar. Quiero hablar contigo — expreso la chica — nuestro compromiso es por un contrato, pero estando en mi casa o en mi presencia no hables o contestes a tus amantes o amante, por favor, merezco respeto puesto que me voy a convertir en tú esposa en un par de semnas — le dijo con el ceño muy fruncido. Lo de esa mujer, ya termino, éramos amantes ocasionales, teníamos relaciones, pero nunca fue algo permanente —se justificó Jean Carlo, no quería que su relación con Anabella se viera empañada por la llamada o la antigua relación que mantuvo con Constanzza Brassi, esperaba que ella lo comprendiera. Solo te pido eso, respeto para mí y la posición que tendré — la chica hablo con seriedad — ahora creo que te puedes retirar — Anabella hablo — tengo q
Anabella se encontraba completamente perturbada en su habitación su madre había salido de ella. Había leído lo que ella le mostró en el celular acerca de la ludopatía y ella había negado todo y eso la hacía sentir tan impotente. No tenía ni la más mínima idea que hacer, ni cómo actuar, pero tenía que hacerlo, tenía que convencer a su madre que se encontraba enferma y que sobre todo necesitaba ayuda. sus pensamientos pasaban uno a uno por su cabeza, que lo único que pudo hacer en ese momento fue irse a dormir, y ya no pensar en las distintas cosas que tenía en la cabeza, así que se fue a dormir de manera inmediata. Tuvo un sueño bastante inquiero, Andolliini entraba y salía de su sueño, siempre parado sin mencionar palabra alguna, o mirándola fijamente, parecía querer decirle muchas cosas, pero a la vez no, el calor que comenzaba a sentir por encontrarse ahí era demasiado abrumador, tenía unas ganas inmensas de llorar, pero no podían salir las lágrimas, el dolor que sentía en el pech
Anabella se levantó y dio un baño, en verdad se encontraba molesta por los tantos mensajes que Andollini le había enviado, ¿en verdad creía que era tan estúpida?, esos tontos y obsoletos protocolos la hacían sentirse enferma, recordaba los ágapes, fiestas de té y demás cosas. Siempre haciendo lo mismo, todos eran los invitados de siempre, comenzaba a tener un ataque de pánico. ¿Qué hare?, ¿Qué estos haciendo? ¿tome la decisión correcta? Todas esas preguntas pasaban por su mente, sabía que no se podía echar para atrás, ni decir no, así que miro entre todos los vestidos que tenia, y saco uno en color azul oscuro, sobrio pero elegante, esperaba que le gustara al anciano señor Andollini. La joven mujer salió del baño con unos jeans y una playera, era momento de ir al centro comercial, sabía que el señor Andollini se encontraba enfermo, así que decidió comprar algo cómodo para él, si en dos semanas el hombre se convertiría en su padre político, entonces le compraría una frazada para sus
la cena en la casa de los Andollini fue realmente agradable para los comensales, la comida había sido perfecta, el señor Andollini miraba con cariño a su nueva hija, siempre le había caído bien y le tenía mucho a Anabella, incluso en un momento de la cena, el hombre le pidió a la chica que si podía leerle el poema favorito de la madre de Jean Carlo, el cual era el seminarista de los ojos negros, al ser la madre de Jean Carlo de origen español, el hombre se lo aprendió para que su esposa se enamorara de él. Anabella tomo el libro que le había proporcionado el señor Andollini, tenía pocos conocimientos de español, pero sabía leerlo, esperaba que su pronunciación fuese buena. Desde la ventana de un casucho viejo Abierto en verano, cerrado en invierno Por vidrios verdosos y plomos espesos Una salmantina de rubios cabellos Y ojos que parecen pedazos de cielo Mientras la costura mezcla con el rezo Ve todas las tardes pasar en silencio Los seminaristas que van de paseo Baja la cabe