El beso era demasiado apasionado, la joven no quería separarse de los labios del hombre, y tampoco deseaba que el la soltara, los brazos del hombre recorrian la espalda de ella con ansiedad, era un beso que el hombre deseaba sobremanera y no la iba a soltar, hasta que la mujer poco a poco fue quedandose sin aire.
Tengo que entrar a casa— dijo ella antes de volvera el hombre a besarla— te veré más en el hospital, y gracias por traerme a casa, en verdad que lo hago—la joven se separó del hombre y se dirigió a la entrada de su hogar.
Al entrar a casa Anabella suspiro, necesitaba un baño y hablar seriamente con su madre, como abogada tenía que estar sumamente atenta a todas las cláusulas y pequeñas letras del contrato que se encontraba a punto de firmar.
Jean Carlo se encontraba en su casa, al parecer su padre paso una buena noche, en una de las habitaciones, mando construir una sala de terapia intensiva y tenía tres médicos que rolaban el turno, así como enfermeras.¿Cómo paso la noche? — pregunto Jean Carlo a la enfermera de turno — tuve un pequeño imprevisto, el padre de mi futura esposa, tuvo un pequeño ataque cardiaco y la acompañé —explico el hombre. contrato celebrado entre la Señorita Anabella Marie Connor Connor y el Señor Jean Carlo Andollini Ferragamo, el día 25 de febrero del año 2018, en la ciudad de Nueva York. La señorita Connor se compromete a tomar vínculo matrimonial con el señor Andollini, el cual será efectuado dos semanas después de que sea firmado dicho contrato. El tiempo en que durara el matrimonio entre esta pareja será de un año, y se contara a partir de la fecha que se efectuara el matrimonio. El matrimonio será legal en las leyes de los hombres. Por cuestiones de practicidad, igual el matrimonio será efectuado por la iglesia católica, iglesia a la que pertenecen ambos involucrados en el contrato, al término del año se buscara la anulación de este matrimonio. El matrimonio deberá ser consumado durante la noche de bodas y mantener relaciones sexuales mínimo una vez por semana. La señorita Connor deberá cambiar su nombre a la semana de efectuado el matrimonio para ser llamada Anabella Andollini ConnorEl contrato
La joven tenía la cara bastante concentrada leyendo cada uno de las cláusulas del contrato, tenía que encontrar alguna falla, pero no había ninguna.¿Qué diablos significa tener un hijo? — dijo ella, eso quería decir que tendría que embarazarse casi de inmediato —¿estás loco? — ella tenía la cara crispada entre sorpresa y enojo, no sabía cuál podía ganar, en verdad ese contrato era una completa locura. Jean Carlo se acercó a la joven mujer que ya se encontraba sentada en unos de los sillones de la sala de espera, en el rostro de ella se miraba el enojo, el temor, pero sobre todo un poco de resignación; igual se encontraba sumergida dentro de sus pensamientos, hace años, hubo una época en la cual se encontraba enamorada de Jean Carlo Andollini, solo que eso había sido hacía años, ahora lo único que le ocasionaba era un fuerte dolor de cabeza.Veía como las personas miraban a la gente pasar de una manera mecánica, m&eacutRecuerdos de adolescencia.
Jean Carlo entro a su oficina con el rostro serio y con cara de que sus pensamientos eran lo más importante en ese momento, saludo con cortesía a su secretaría que se encontraba en su escritorio, y esta le dijo:Alguien lo espera dentro de su oficina, señor Andollini — hablo Meredith — esa sorpresa —le dijo con una sonrisa en el rostro.
Constanzza Brassi, salió del edificio donde se encontraba la elegante oficina de Jean Carlo, el enojo que sentía en contra del hombre era bastante fuerte, tenía que hacer algo, Andollini siempre había ido corriendo a ella cuando terminaba con una amante o novia ocasional, siempre había sido asi desde que ambos tenían veinte años, pero ahora se casaría con la chica de los Connor.
se encontraba fuera del hospital, el aire que se comenzaba a sentir era cálido, el verano comenzaba y era común que el aire cambiara un poco, ella necesitaba encontrarse unos momentos a solas, el anillo lo sentía sumamente pesado, la mano le pesaba y sentía que en cualquier momento la joya se le saldria del dedo o algo parecido.Su padre evoluciono de manera adecuada, era algo alentador, la noticia del matrimonio con Jean Carlo, le caería bastante bien y lo haría recuperarse, ella siempre había sido cobijada por el dinero y fortuna de su padre, no tuvo que pedir financiamiento para estudiar en la universidad, cuando comenzó a est
jean Carlo se rio un poco al escuchar lo del pastel, al parecer era lo único que le importaba a Anabella en ese momento, entonces solo asintió con la cabeza levemente y tenía una sonrisa en el rostro, la mirada de ella la tenía fija sobre él, había algo en la de ella que lo hacía tener una leve esperanza que todo saldría bien y que ambos serían felices.Iremos a escoger el sabor del pastel —el hombre se sentó al lado de ella y le tomo la mano donde se encontraba el anillo — será de tu sabor favorito, crema batida con fresas y vainilla — Anabella volteó a verlo con incredulidad, <&l