tiempo después Narra Liam Kane–¡Bang, bang, bang!– Los golpes en la puerta sacudieron la quietud de la mañana, como un tambor marcando el compás de mi ruina. Mi corazón se aceleró antes de que pudiera dar el primer sorbo a mi café. –¡Ya voy, qué impacientes!– gruñí, dejando la taza a medio camino de mis labios. Mientras avanzaba hacia la puerta, un nudo se apretaba en mi estómago. La incertidumbre era un huésped constante en mi vida, pero esta vez sentía que algo peor acechaba al otro lado. Al abrir, la mirada dura de Carlota, la encargada del edificio, confirmó mis peores temores. Sin preámbulos, extendió un papel hacia mí, un aviso de desalojo que parecía pesar más que cualquier arma que hubiera cargado en el ejército. –Es la última vez que te lo digo, Liam. Pagas o te vas– declaró tan implacable como un juez sentenciando a muerte. –Carlota, por favor, dame unos días más– supliqué con mi voz rota por la desesperación. –Estoy buscando trabajo, pero no es fácil… soy un ex
–A quién trató de engañar, estoy más que dispuesto a asumir este trabajo– acepto el empleo de inmediato con firmeza sin la menor vacilación, haciendo que mis palabras destilen seguridad y convicción.La sorpresa se refleja en el rostro de Kate , sus cejas arqueándose ligeramente mientras observa mi reacción. –¿No te interesa conocer los detalles sobre la remuneración u otros aspectos?– Cuestiona, evidenciando su asombro ante mi falta de preguntas sobre esos aspectos fundamentales.Al escuchar sus palabras, no puedo evitar sonreír sinceramente, permitiendo que mi gratitud y voluntad se reflejen en mis ojos. –Confío plenamente en que tú compensarás adecuadamente el trabajo que realizaré. En este momento, cualquier cantidad que desees ofrecer será recibida con gratitud– expreso con total sinceridad, mientras nuestros ojos se encuentran en un momento de entendimiento mutuo. –Necesito desesperadamente mejorar mi situación, pagar este horrible departamento en el que vivo y tomar las rienda
Narrador OmniscienteFinalmente, el día tan esperado había llegado para Amara, la oportunidad de demostrar a su padre su innegable capacidad para liderar la empresa de manera autónoma. Sus rasgos meticulosos, una impaciencia intrínseca y una fijación férrea por mantener el control, la impulsaron a supervisar minuciosamente cada detalle, asegurándose de que todo estuviera impecable y se desenvolviera de acuerdo a su meticulosa planificación.Una majestuosa pasarela de mármol blanco se desplegaba ante sus ojos, flanqueada por sillas de tono crema que acogían a fotógrafos de renombre de prestigiosos medios impresos y revistas de influencia. A su lado, hábiles camarógrafos en representación de emisoras globales se preparaban para capturar cada efímero instante, mientras que afilados críticos de moda y destacadas celebridades, potenciales compradores de los deslumbrantes diseños de la icónica casa de moda Laveau, ocupaban lugares de honor en el evento.La tensión en el ambiente era palpa
El hombre, visiblemente disgustado, decide hacer caso a la mujer y la instante sube la ventanilla de la limusina, evitando así cualquier tipo de conversación con ella, pues le resulta una presencia desagradable. Mientras tanto, ella retoma su asiento con un aire de superioridad y toma su celular, la herramienta que conecta todos los hilos de su plan maestro.–Hasta que finalmente decides contestar. Quiero que comiences con lo que hemos planeado antes de que ese viejo despierte y quiera regresar al maldito desfile– ordena a la persona al otro lado de la línea, con una urgencia que refleja la importancia de su maquiavélico plan.–Mi cuenta bancaria está completamente vacía. Si no depositas la cantidad acordada en los próximos dos segundos, este desfile será un rotundo éxito, en todos los sentidos que puedas imaginar– responde el hombre con una fuerza que hace temblar el aire en la limusina, como si estuvieran jugando con fuego en medio de un terreno minado. La tensión se eleva en el
–La siguiente colección que estamos a punto de presentar se centra en los exquisitos vestidos diseñados para ocasiones de bodas– anuncia la portavoz del desfile, llenando la sala de un aire de anticipación.Una vez más, las modelos comienzan a desfilar con gracia y elegancia, cada una de ellas luciendo un vestido que es una obra maestra en sí mismo. Los tejidos caen con fluidez y los detalles cautivan a la audiencia, transportándola a un mundo de romance y sofisticación. Los susurros de admiración se mezclan con el sonido de las cámaras mientras los diseñadores, con el corazón en la mano, observan cómo sus creaciones cobran vida en la pasarela. Es un momento de expectación y belleza que promete eternizarse en la memoria de quienes tienen el privilegio de presenciarlo.Finalmente, el desfile llega a su apoteósico clímax con la última modelo de la noche, quien se presenta con un vestido de novia de una elegancia indescriptible. El traje es un deslumbrante vestido blanco de corte largo
NARRA AMARA La incredulidad me abruma en este momento. Es difícil de creer que todo lo que he trabajado y luchado por lograr, se haya desmoronado de esta manera tan cruelmente irónica. Justo hoy, el día en que debía brillar con todo su esplendor, mi evento perfectamente planeado se ha convertido en un desastre completo, cortesía de aquellos individuos maliciosos que han dejado un rastro de destrucción a su paso.Cada gota de esfuerzo que invertí, cada noche de insomnio dedicada a perfeccionar cada detalle, todo parece haber sido en vano. El escenario que con tanto cuidado preparé se ha transformado en un caos absoluto, y la armonía que buscaba crear se ha convertido en discordia. Es como si el universo mismo se hubiera conjurado en mi contra, burlándose de mis aspiraciones y anhelos. La frustración y la rabia amenazan con consumirme, pero también siento una profunda tristeza. Todo lo que he soñado, todo lo que he trabajado tan duro por alcanzar, yace hecho pedazos ante mis ojos.El r
Llega a la puerta, pero al darse cuenta de que no puede abrirla, sus ojos se posan en mí con una mezcla de expectación e incertidumbre. Espero que me pida ayuda, que acepte que no puede hacerlo por su cuenta, pero en lugar de eso, me desafía con la mirada. Sin embargo, no cedo. Me mantengo firme en mi sitio, con los brazos cruzados y la barbilla en alto. Este hombre no tiene derecho a darme órdenes. Liam, si es que ese es su nombre, como escuché hace apenas unos minutos, comienza a avanzar hacia mí. Su sombra se proyecta con severidad, y aunque mi instinto me grita que retroceda, me obligo a permanecer inmóvil. –No vamos a entrar con la llave, sería entregarnos demasiado fácil. Así que le ruego que vuelva a ingresar al automóvil mientras yo entro y realizo una inspección del lugar– me ordena con una autoridad que me resulta cada vez más exasperanteLo miro con una mezcla de incredulidad y desprecio. –Escúchame bien, no tengo por qué obedecerte. Tú eres mi empleado y nada más
HORAS DESPUÉS Mis ojos se despiertan abruptamente, arrancados de un sueño intranquilo por una serie de golpes atronadores que sacuden la puerta de mi alcoba. El sonido resuena en mi cabeza como un eco inquietante, y mi cuerpo se tensa de inmediato en respuesta a la amenaza implícita. Me incorporo de la cama con una rapidez que me hace tambalear, mis pies descalzos aterrizan en el suelo de mármol con un frío que me eriza la piel. La puerta de mi alcoba se alza ante mí como un enigma sin resolver, y los golpes continúan, martillando en mis oídos como un latido insistente. Mis dedos se aferran al picaporte, y con un movimiento decidido, la puerta se abre de par en par. El pasillo se extiende ante mis ojos en sombras inquietantes, y la tensión en el ambiente se vuelve casi palpable. La atmósfera está cargada de un dramatismo que acelera las pulsaciones de mi corazón, mientras enfrento la incertidumbre que se cierne a mi alrededor. Mi padre