Por fa, déjame saber que te está pareciendo la historia. ¡Besos!
ERA PAPA.―Señor, el señor Storm y la señorita Fox, salieron. Fueron al centro comercial y ella fue al área de los niños, compró varios muebles y muchos juguetes.Cassian estaba sentado en la oficina trabajando en unos documentos, cuando escuchó la noticia sus ojos se entrecerraron y sus labios se apretaron.―¿Dónde están ahora?―Uno de los hombres los siguió sin que lo vieran, se detuvieron en un departamento.El alfa guardó silencio durante un rato y luego dijo con frialdad.―¡Bien!Colgó el teléfono y el bolígrafo en su mano fue apretado con fuerza y sus ojos estaban particularmente sombríos.Después de que saliera de la consulta con el médico, le ordenó a Lorcan que averiguara los datos del pequeño. Si era un lobo, entonces había ido con el mismo médico que él. Cris Vanderbit, era un médico especializado en cardiología, pero también era un hombre lobo y los únicos que conocían el secreto, eran los de su misma especie.Más tarde, Lorcan llegó con noticias. Incluso el beta no podía
¡PERTENECER A OTRO!Aylin colgó el teléfono y se dirigió a la puerta.―¿A dónde vas?―Faltaron algunas cosas por entregar, el pedido acaba de llegar, dijeron que se accidentaron. Tengo que bajar para confirmar.Sebastián se guardó el teléfono en el bolsillo y la siguió.―Vamos, te acompañaré y luego iré a casa ―le dio una mirada complicada ―Hoy es la última noche que pasó en compañía de Rowan.―Sebastián…―Sí, sí, sé tus razones. Pero sigo pensando que debiste quedarte a mi lado.―Voy a estar bien.Aylin le dio una pequeña sonrisa y tomó la llave de la casa y salieron. Cuando salió por la puerta principal del edificio, de repente se mareó y gimió levemente.―¿Estás bien? ―Sebastián se apresuró a sostenerla y le dio una mirada llena de preocupación.―No lo sé, me mareé de repente ―agito su mano ―Debe ser el estrés, toda esta situación me afecta demasiado.―¿Quieres que vayamos con Cris?―No, de verdad estoy bien.―¿Seguro? ―Sebastián acunó sus mejillas y sonrió ―No intentes hacerte la
PERTENECER A OTRO (II) Cuando subieron al departamento, Aylin fue por el botiquín de primeros auxilios. Mientras tanto, Sebastián esperaba paciente en el sofá. Incluso para él, que era un hombre, le pareció bastante duro la actitud de Aylin. Ella regresó y se sentó a su lado y comenzó a limpiar la herida. ―¿Te duele? ―le pregunto con voz suave. Sus delicadas manos acunaron la cara del alfa ―Tenías razón, lo mejor era que me quedara contigo. Sebastián apartó la mano y la sostuvo entre las suyas. ―Aylin, no es seguro que te quedes aquí, ya ves que te encontró y va a seguir molestándote. ―suspiro ―Si seguimos así nada bueno va a resultar de todo esto. Él sabe que Rowan es su hijo y lo más normal es que quiera estar cerca de él. ¿Por qué no intentas…? ―¡No! ―exclamo y se puso de pie ―No voy a dejarlo estar cerca de mi hijo. No lo merece. ―Estás siendo egoísta, Aylin. ―Sebastián también se puso de pie ―Y lo peor de todo es que es con tu propio hijo. Ella evadió su mirada y se cruzó
CAER EN LA TENTACIÓN Tan pronto como entraron en el departamento, Cassian observó todo con ojos de águila, quería cerciorarse de que no hubiese pertenencias de Sebastián. Afortunadamente no las encontró. ―¿Dónde quieres la caja? ―pregunto. ―Deja ahí ―Aylin señalo una esquina y también dejó la de ella. El alfa miró la pequeña sala y luego tomó asiento en el sofá. ―¿Quieres que te ayude a desempacar? ―No hace falta ―espeto sería ―Voy por el botiquín, primero hay que curar tu brazo. Fue por algunos materiales y luego se sentó a su lado. ―¿Puedes levantarte la manga de la camisa? El alfa miró la herida y respondió fingiendo dolor. ―No creo, eso solo lastimará la herida. ―Ok, voy por unas tijeras. Cuando se iba a poner de pie, Cassian sostuvo su brazo. ―Espera, ¿Qué vas a hacer? ―¿Qué más? Cortar la camisa, ¿Cómo piensas que voy a limpiar la herida? El hombre apretó los dientes y luego dijo con una sonrisa triste. ―Pero es mi camisa preferida, no puedes cortarla. Aylin parp
VINCULOS QUE NO SE ROMPEN.―¿No crees que es demasiado? ―pregunto Lorcan por tercera vez ese día. ―Tendrá que vivir dos vidas para que juegue con todo esto.―No tienes hijos Lorcan, así que no puedes opinar.El beta que cargaba tres autos deportivos, un carro de bomberos, y un muñeco de acción, le dio una mirada de reproche a su amigo.―No los tengo todavía, pero planeo tenerlos. Solo espero que soluciones cuanto antes tu vida para poder tener mi propia familia.El alfa se echó a reír y siguió viendo otros juguetes.―Lo dice quien no ha salido con nadie en cuatro años, no… ―se giró para mirarlo ―… cinco años.Lorcan apretó los dientes y en ese momento, deseó no ser su amigo. Sabía que estaba refiriéndose a su ruptura con Daphne. Y ese era un tema que él prefería no tocar, lo mejor era dejarlo en el pasado y hacer de cuenta que nunca sucedió.Cassian vio el cambio en su amigo y suspiró.―¿Cuándo vas a contarme? Sabes todo de mí, pero yo, no tengo idea de porque rechazaste de la noche a
HACERLO POR ÉL. Después de que el pequeño Rowan se calmó y se quedó dormido en los brazos de Cassian, Aylin lo apartó suavemente y lo llevó arriba. Repitió su deseo de que Cassian se mantuviera alejado de ellos, pero sus palabras parecían vacías incluso para ella misma. A pesar de su enojo y resentimiento, sabía que Rowan necesitaba a su padre en su vida. Cassian se fue, sintiéndose molesto y frustrado. Pero sabía que no podía dejar las cosas así. ―Volveré ― le dijo antes de marcharse. Cuando Aylin dejó a Rowan en el cuarto, encontró a Sebastián esperándola en la sala. Había presenciado todo y sabía que tenía que intervenir. ―Aylin, ese niño es tu hijo ― dijo con voz suave. ―Por su salud y bienestar, debes permitir que Cassian lo vea. Pero Aylin se negó obstinadamente. ―No puedo confiar en él, Sebastián. No quiero que Rowan se lastime, además… Sebastián suspiró, comprendiendo las preocupaciones de Aylin, pero sabiendo que la situación debía resolverse de alguna manera, le dijo
UN LOBO VALIENTE. Cassian se encontraba sentado en la habitación de su hijo Rowan, sosteniendo un libro en sus manos. La luz suave de la lámpara iluminaba la habitación mientras el pequeño se acurrucaba junto a él, ansioso por escuchar una historia antes de dormir. El libro que Cassian sostenía era uno de los favoritos de Rowan, un cuento sobre un pequeño lobo que anhelaba convertirse en un valiente alfa. Con voz suave y melodiosa, Cassian comenzó a leer las páginas llenas de aventuras y desafíos. Rowan escuchaba atentamente cada palabra, imaginando que era el pequeño lobo enfrentando peligros y superando los obstáculos. Su rostro se iluminaba con cada giro de la historia, y sus ojos brillaban con emoción ―...Y así, el pequeño lobo aprendió a ser valiente y a enfrentar sus miedos. ― susurró Cassian, pasando suavemente los dedos por el suave cabello de su hijo ― ¿Te gustó esa historia, pequeño? ―Sí, papá. Es mi libro favorito. ―Te prometo que te leeré más en el futuro. Rowan se ap
LA CASA DE CAMPO. ―No iremos ―dijo Aylin en tono serio ―Cuando acepté que vieras a Rowan nunca dije que viajaríamos contigo. Cassian suspiro y se llenó de paciencia. ―No está muy lejos de aquí, es más, ni siquiera saldremos del estado. Vamos, Aylin, solo quiero que Rowan esté en contacto con la naturaleza. No voy a secuestrarlos si es lo que te da miedo. Ella torció los labios, no muy convencida, su temor no era que los secuestrara, sino lo que podría suceder si pasaba demasiado tiempo cerca de él. ―¿Quién dijo que tenía miedo? Es solo que… ―ella no sabía que excusa inventar. De repente el pequeño entró con la niñera y corrió a los brazos de su padre, Aylin comenzó a darse cuenta de que su hijo ya casi no la tomaba en cuenta. ―¡Papi! ―¡Hola, campeón! ¿Cómo te portaste? ―Bien, papi. Cassian cargó en brazos a su hijo y le preguntó deliberadamente. ―¿Te gustaría conocer mi casa de campo? Aylin abrió y cerró los labios estupefacta, estaba impresionada del comportamiento de Cass