¡Besitos!
VINCULOS QUE NO SE ROMPEN.―¿No crees que es demasiado? ―pregunto Lorcan por tercera vez ese día. ―Tendrá que vivir dos vidas para que juegue con todo esto.―No tienes hijos Lorcan, así que no puedes opinar.El beta que cargaba tres autos deportivos, un carro de bomberos, y un muñeco de acción, le dio una mirada de reproche a su amigo.―No los tengo todavía, pero planeo tenerlos. Solo espero que soluciones cuanto antes tu vida para poder tener mi propia familia.El alfa se echó a reír y siguió viendo otros juguetes.―Lo dice quien no ha salido con nadie en cuatro años, no… ―se giró para mirarlo ―… cinco años.Lorcan apretó los dientes y en ese momento, deseó no ser su amigo. Sabía que estaba refiriéndose a su ruptura con Daphne. Y ese era un tema que él prefería no tocar, lo mejor era dejarlo en el pasado y hacer de cuenta que nunca sucedió.Cassian vio el cambio en su amigo y suspiró.―¿Cuándo vas a contarme? Sabes todo de mí, pero yo, no tengo idea de porque rechazaste de la noche a
HACERLO POR ÉL. Después de que el pequeño Rowan se calmó y se quedó dormido en los brazos de Cassian, Aylin lo apartó suavemente y lo llevó arriba. Repitió su deseo de que Cassian se mantuviera alejado de ellos, pero sus palabras parecían vacías incluso para ella misma. A pesar de su enojo y resentimiento, sabía que Rowan necesitaba a su padre en su vida. Cassian se fue, sintiéndose molesto y frustrado. Pero sabía que no podía dejar las cosas así. ―Volveré ― le dijo antes de marcharse. Cuando Aylin dejó a Rowan en el cuarto, encontró a Sebastián esperándola en la sala. Había presenciado todo y sabía que tenía que intervenir. ―Aylin, ese niño es tu hijo ― dijo con voz suave. ―Por su salud y bienestar, debes permitir que Cassian lo vea. Pero Aylin se negó obstinadamente. ―No puedo confiar en él, Sebastián. No quiero que Rowan se lastime, además… Sebastián suspiró, comprendiendo las preocupaciones de Aylin, pero sabiendo que la situación debía resolverse de alguna manera, le dijo
UN LOBO VALIENTE. Cassian se encontraba sentado en la habitación de su hijo Rowan, sosteniendo un libro en sus manos. La luz suave de la lámpara iluminaba la habitación mientras el pequeño se acurrucaba junto a él, ansioso por escuchar una historia antes de dormir. El libro que Cassian sostenía era uno de los favoritos de Rowan, un cuento sobre un pequeño lobo que anhelaba convertirse en un valiente alfa. Con voz suave y melodiosa, Cassian comenzó a leer las páginas llenas de aventuras y desafíos. Rowan escuchaba atentamente cada palabra, imaginando que era el pequeño lobo enfrentando peligros y superando los obstáculos. Su rostro se iluminaba con cada giro de la historia, y sus ojos brillaban con emoción ―...Y así, el pequeño lobo aprendió a ser valiente y a enfrentar sus miedos. ― susurró Cassian, pasando suavemente los dedos por el suave cabello de su hijo ― ¿Te gustó esa historia, pequeño? ―Sí, papá. Es mi libro favorito. ―Te prometo que te leeré más en el futuro. Rowan se ap
LA CASA DE CAMPO. ―No iremos ―dijo Aylin en tono serio ―Cuando acepté que vieras a Rowan nunca dije que viajaríamos contigo. Cassian suspiro y se llenó de paciencia. ―No está muy lejos de aquí, es más, ni siquiera saldremos del estado. Vamos, Aylin, solo quiero que Rowan esté en contacto con la naturaleza. No voy a secuestrarlos si es lo que te da miedo. Ella torció los labios, no muy convencida, su temor no era que los secuestrara, sino lo que podría suceder si pasaba demasiado tiempo cerca de él. ―¿Quién dijo que tenía miedo? Es solo que… ―ella no sabía que excusa inventar. De repente el pequeño entró con la niñera y corrió a los brazos de su padre, Aylin comenzó a darse cuenta de que su hijo ya casi no la tomaba en cuenta. ―¡Papi! ―¡Hola, campeón! ¿Cómo te portaste? ―Bien, papi. Cassian cargó en brazos a su hijo y le preguntó deliberadamente. ―¿Te gustaría conocer mi casa de campo? Aylin abrió y cerró los labios estupefacta, estaba impresionada del comportamiento de Cass
SER UN CABALLERO. Cassian entró en la habitación y se encontró con la mirada desaprobatoria de Aylin. ―¿Qué pasa? ―Pasa, que recorrí toda la casa y solo hay dos habitaciones. Convenientemente, las demás están cerradas. El alfa se alzó de hombros con actitud despreocupada, cerró la puerta y comenzó a desabotonarse la camisa. ―No están aptas para ser habitadas, por eso no las abro. Ella torció los labios y frunció las cejas cuando conoció sus intenciones. ―No vas a dormir aquí, Cassian. ―¿Y dónde se supone que duerma? ¿Con Niko junior? ―No me interesa, pero tú y yo no vamos a compartir ni la habitación, ni esta cama. Cassian terminó de quitarse la camisa y la lanzó a un lado. ―Estás siendo infantil, solo vamos a dormir, no voy a hacerte nada. ―estaba a punto de abrirse la bragueta, cuando Aylin lo detuvo. ―¡Detente! ―su respiración era agitada, el vínculo entre ellos se hacía cada vez más fuerte y sabía que su autocontrol estaba a punto de romperse. ―Tienes que ser un caballe
SER UN CABALLERO (II) ―Puedo sentir tu dolor… ―murmuro mientras sus manos acarician lentamente la piel de sus muslos. Aylin no se dio cuenta en qué momento le quitó el pantalón de dormir ―… Yo también estoy sintiendo lo mismo. Nuestros lobos se anhelan y ambos también lo queremos… ― el alfa se arrodilló delante de ella y susurro aspirando el aroma de su coño excitado ―Relajate y disfruta. Aylin obedeció y abrió las piernas para él. Todo el tiempo Cassian mantuvo sus ojos en ella. ―¿Estás humedad para mí, cariño? ―ronroneo. Aylin tuvo que morderse el labio para no decirle que ‘sí’. Odiaba que su cuerpo la traicionara de esa manera. Cassian tenía mucho poder sobre ella, todo lo que tenía que hacer era darle una mirada o estar cerca y despertaría cada célula de su cuerpo. Ella había permanecido como en un sueño profundo, hasta que Cassian apareció. ―Oh, nena. Estás empapada ―él gimió contra la suave piel de su muslo. Sus dedos se engancharon en sus bragas y las bajo con tortuosa lenti
RECONOCIENDO SU NATURALEZA. Aylin se despertó esa mañana de un excelente humor, tanto así que preparó el desayuno preferido de Rowan, que sorprendentemente también era el desayuno preferido de Cassian. ―¡Está delicioso, mami! ―dijo el inocente mientras saboreaba un pedazo de tocino. Sin embargo, en la mesa no todos estaban de buen humor, en especial el alfa. El pequeño miró a su padre y le preguntó con curiosidad. ―¿Estás enojado, papi? ―No, campeón, estoy bien ―respondió mientras pinchaba con odio un pedazo de tocino. ―¿Y por qué tienes cara de perro amargado? Incluso Niko está de lo más feliz. Aylin, que terminaba de servirse su porción, miró a su hijo y dijo con una sonrisa divertida. ―No pasa nada, cielo ―le sirvió más tocino ―Es que tu papi no durmió bien, el pobre seguramente tuvo una noche incómoda. ―su mirada burlona se clavó en Cassian ―¿No es así? El alfa gruño y torció los labios. ―Al menos uno de los dos durmió bien. Pero no te preocupes, ya encontraré quien me li
TIENES QUE REGRESAR ―¿Qué sucede, Lorcan? Pareces muy preocupado. Cassian y Lorcan fueron al estudio, pero la expresión de preocupación en el rostro de su amigo hizo que Cassian se sientiera inquieto. El beta se acercó al escritorio y tomó asiento. ―La manada está en peligro, Cassian. Un extraño virus se ha propagado en la manada… ―el beta negó con pesar ―… Los ancianos Nicholson fueron las primeras víctimas. El alfa estaba estupefacto ante la noticia. Nunca había visto algo así en muchos años. ― ¿Y las sanadoras? ¿Han encontrado alguna cura? Lorcan negó con la cabeza y había una expresión de ansiedad en su rostro. ―Han intentado todo lo que está en su poder, pero nada parece funcionar. La manada está asustada y no saben qué hacer. Cassian estaba abrumado por la gravedad de la situación. Por un lado, está su manada, a la que no puede abandonar en un momento como este. Pero, por otro lado, está su familia, a quien no está dispuesto a dejar ahora que finalmente los encontró. El